Desde los noventa, Beyoncé ha brillado sobre los escenarios. Su voz, sus coreografías, sus lentejuelas y excesos estilísticos han provocado que esta tejana, conocida en el mundo entero por sus primeras actuaciones con Destiny’s Child, sea considerada la mayor estrella del pop del siglo XXI. “Beyoncé encabeza nuestra lista editorial elegida por nuestro personal basándonos en sus veinticinco años de influencia, impacto y evolución”, aseguró Andrew Unterberger, de Billboard. Este hecho sorprende, después de que Beyoncé perdiera cientos de miles de seguidores –peccata minuta, teniendo en cuenta que solo en Instagram la siguen trescientos catorce millones de personas– por su relación cercana al nuevo sujeto “non grato” de Hollywood, Sean “Diddy” Combs. Más allá de las tormentas, ¿qué hace que un cuarto de siglo después de su debut, el reinado de Beyoncé permanezca vivito y coleando? Entre otras razones, que ella se atreve con todo. Por ejemplo, este año ha roto estereotipos. Se ha convertido en la primera cantante afroamericana en alcanzar la cumbre de la música country, con Texas Hold ‘Em. Sin la osadía de Beyoncé, la industria musical no sería la misma.
1. BEYONCÉ SINÓNIMO DE RÉCORDS
¿Quién iba a decir a la hija de Matthew y Tina Knowles, la que iba de concurso infantil de talentos a concurso infantil en busca de una oportunidad, que en las siguientes décadas no habría nadie que la desbancara de los números uno? Con Destiny’s Child, junto a Kelly Rowland y Michelle Williams, hizo historia. Vendieron más de sesenta millones de discos y revolucionaron las ondas. A finales del siglo XX y principios del XXI, Beyoncé arrasaba con una nunca escondida hambre de éxito. Actuaba con las Destiny’s Child, componía muchos de los temas que dieron la vuelta al mundo, ponía la voz y las coreografías, y parecía infatigable. Algunos temas, como “Say my Name” o “Survivor”, se convirtieron en auténticos himnos generacionales.
A Beyoncé nadie le arrebata un récord que parece inalcanzable: acumula treinta y dos premios Grammy, una cifra jamás vista antes. Curiosamente, le sigue el director de orquesta húngaro Georg Solti, con treinta y un galardones; y el recién desaparecido Quincy Jones, con veintinueve. Además, a lo largo de su carrera, ocho de sus álbumes alcanzaron el número uno en la lista Billboard 200. Entre ellos, el álbum en el que debutó en solitario en 2003, Dangerously in Love. Se podría seguir ad infinitum con sus cifras irrepetibles, el aval de su fama.
2. EL PODER FEMENINO
Si hay algo que distingue a Beyoncé de otras artistas es su defensa a ultranza del poder femenino. Sobre los escenarios es una mujer empoderada que transmite un mensaje de fortaleza a sus fans. Nunca ha olvidado de dónde viene y a qué aspira: "Diría que descubrí mi poder después del primer álbum de Destiny's Child. La discográfica no creía realmente que fuéramos estrellas del pop. Nos infravaloraron y, por eso, nos permitieron escribir nuestras propias canciones y nuestros propios vídeos. Acabó siendo lo mejor, porque fue entonces cuando me convertí en artista y tomé el control".
En la actualidad, Beyoncé tiene cuarenta y tres años y sus frases se repiten como un mantra entre muchas mujeres que necesitan esa dosis de empoderamiento: “Tu valor lo determinas tú. No dependes de lo que alguien te diga que eres”. Más allá de los escenarios, donde sus puestas en escena son un derroche de talento y energía, Queen B, como la conocen sus fans, ha dado continuas muestras de ese poder femenino en su vida cotidiana, como mujer influyente e ícono de estilo. Entre los ejemplos de lo anterior, recordamos su participación en la campaña de Kamala Harris. Cuando en octubre participó en un mitin de la candidata demócrata en Michigan, encendió la noche con sus palabras: “Estoy aquí como madre, una madre que se preocupa profundamente por el mundo en el que viven mis hijos y todos nuestros hijos (...) Un mundo en el que tenemos la libertad de controlar nuestros cuerpos, un mundo en el que no estamos divididos". No podemos olvidar que Beyoncé, casada con Jay-Z desde 2008, además de artista universal es madre de Blue Ivy, de doce años, y sus mellizos, Rumi y Sir, de siete.
3. LAS POLÉMICAS
Lemonade salió al mercado, en 2016, como el sexto álbum de estudio de la artista. Según los publicistas “se basa en el viaje de cada mujer al autoconocimiento y la curación”. Ocho años después, la carrera y vida de Beyoncé se ha tambaleado por la estrecha relación que la cantante y su esposo mantenían con Sean “Diddy” Combs. Más allá de lo que decida la Justicia –el juicio al rapero no se celebrará hasta el próximo 5 de mayo–, Beyoncé no ha podido evitar situarse en el ojo del huracán de ese otro juicio paralelo, realizado por la opinión pública y las redes sociales.
Tan pronto como se supo que Beyoncé y Jay-Z habían acudido a las fiestas de Sean “Diddy” Combs corrieron versiones, algunas totalmente rocambolescas, sobre cómo era la relación que el matrimonio mantenía con el productor musical. De hecho, circuló la hipótesis de que una canción de J.Cole, She Knows, podría referirse a que Beyoncé, de apellido Knowles, conocía lo que ocurría en esas fiestas, investigadas en la actualidad por la policía. Cuando se desencadenaron esas teorías, la cantante vio cómo el número de sus seguidores descendía estrepitosamente de un día para otro.
4. SUS DEBILIDADES
Tras su boda, Beyoncé y Jay-Z se convirtieron en “la primera pareja musical milmillonaria”. Les sobraba talento y fortuna, pero, sin embargo, cuando nadie los veía sacaban a aflorar sus miedos pasados.
Beyoncé, un torbellino incansable sobre los escenarios, capaz de hacer de cada uno de sus conciertos un espectáculo único, sufrió en su propia piel lo que significa estar deprimida y no tener energía alguna. Le ocurrió al final de la vida de Destiny’s Child y, en su día, lo explicó así: “Ahora que era famosa, tenía miedo de que nunca encontrara a nadie que me amara por mí misma. Tenía miedo de hacer nuevos amigos”.
En esas circunstancias, encontró a su alma gemela en la misma industria y siguieron adelante el uno junto al otro formando una familia. Sin embargo, a lo largo de estos años no ha tenido reparo en hablar abiertamente de temas como la salud mental: “He sufrido demasiada presión por ser el pilar de mi familia y de mi empresa. Hasta hace poco no era consciente del impacto que todo eso ha tenido en mi salud mental y en mi bienestar físico. No siempre me he puesto a mí como prioridad”.
5. SALIR A FLOTE CON EL CORAZÓN ROTO
Cuando en 2003, dio el salto en su carrera como solista, lo hizo con un álbum de título muy significativo Crazy in Love. Cabe recordar que a Beyoncé no se le recuerdan grandes amores y que, antes de su esposo, tuvo un largo noviazgo con el chef Lyndall Locke, pero después de casi una década de noviazgo la relación se rompió y ambos quedaron muy heridos. “Haberla perdido –comentó él en alguna ocasión– es de lo que más me arrepiento en el mundo”. Como iniciaron su relación siendo tan jóvenes, se conocen perfectamente. Lyndall Locke ha compartido distintas anécdotas de la adolescencia y primera juventud de la mejor estrella pop del siglo XXI –con permiso de Taylor Swift y Rihanna, segunda y tercera de la lista– como cuando le preguntó, una vez que Beyoncé ya era famosa, que desearía llevar una vida normal a su lado y ella le respondió: “No quiero una vida normal. He estado esperando todo esto desde que era una niña”. U otra fantástica anécdota. En 1993, le preguntó a su novia que por qué corría y cantaba al mismo tiempo: “Porque papá me ha dicho que esto aumentará mi control de la respiración y mi capacidad pulmonar. Necesito poder actuar en el escenario durante horas cuando me convierta en una estrella”.
Cuando cumplió cuarenta años, Queen B. concedió una larga entrevista a Harper’s Bazaar. En ella se sinceró sobre las distintas etapas de su vida: “Trabajé para curar traumas generacionales y convertí mi corazón roto en arte que ayudaría a hacer avanzar la cultura y, con suerte, a vivir mucho más allá de mí”.
Su deseo por triunfar era tan grande que lo logró más allá de sus expectativas. En la constelación de las estrellas del pop ella, según Billboard, sigue siendo la más luminosa.