Joan Collins vive en su personaje: la diva, nacida en Londres en los años treinta del siglo pasado, cruzó el charco y conquistó todo lo conquistable con su talento, belleza, puesta en escena y carácter. Como Elizabeth Taylor, pronunció en su vida muchos “sí quiero” (protagonizó cinco bodas) y hoy sigue creyendo en el amor de la mano del productor Percy Gibson, su esposo desde hace dos décadas, treinta y dos años menor que ella. Resumiendo: la malvada Alexis de la mítica Dinastía (¿quién en los ochenta no siguió las aventuras y desventuras de los Carrington?) podría haber hecho del amor su elíxir de la eterna juventud, según se deslinda de su apretada agenda profesional y de su presencia. en redes sociales. Que tiemblen las jóvenes “influencer”, porque Joan Collins suma más de medio millón de seguidores. En estos días, la actriz y su esposo han dejado su hogar de Belgravia, uno de los barrios más distinguidos de Londres, para viajar a California, donde la Navidad está ya en su máximo esplendor.
Cada vez que Joan Collins se presenta en público su aspecto es intachable: peinado perfecto, maquillaje milimétricamente analizado y vestuario hollywoodiense vaya donde vaya. Apareció en el Hotel Beverly Hills con su halo de estrella y anunció que se iba a reunir con “algunas personas muy interesantes” para hablar de un proyecto en el que parece estar muy ilusionada. A caballo entre Estados Unidos y Gran Bretaña, aún se desconoce dónde celebrará estas Navidades, aunque a buen seguro que lo hará entre espumillones, bolas multicolores y glamour a raudales. Pasan los años, y Joan Collins sigue copando titulares, páginas de papel couché y noticias cibernéticas. Sin ir más lejos, hace unas semanas se la vio con su esposo en Bishopgate Plaza, en Londres, donde subió el árbol de Navidad más alto de todo Londres. Sencillamente, está divina.
“LA EDAD ES SOLO UN NÚMERO”
Joan Collins nació el 23 de mayo de 1933, en el norte de Londres. De siempre, quiso ser estrella de cine y se formó para ello desde adolescente. La profesión de sus padres, un agente de teatro y una profesora de baile, influyó en su fascinación por las luces de neón. Es importante destacar que Joan Collins existió mucho antes de la pérfida Alexis, aunque este será, probablemente, su papel más recordado. En 1951 (hace siete décadas, glup), debutó con Lady Godiva Rides Again, pero la fama le llegó gracias al genio de Howard Hawks , quien le abrió las puertas de Hollywood y la convirtió en una mítica princesa de Chipre, Nélifer, en Tierra de faraones Si bien es cierto que sus incursiones en el celuloide le valieron un lugar en la Meca del Cine, no es menos cierto que su poder de seducción cautivó a galanes de la talla de Nicky Hilton –por cierto, el primer esposo de su compatriota, Elizabeth Taylor–, Warren Beatty o Harry Belafonte. Poseedora de una aguda capacidad crítica, su autobiografía (My Unapologetic Diaries) no deja títere con cabeza y sus comentarios viperinos han hecho las delicias de muchos lectores.
Después de una larga vida a sus espaldas –siempre señoriales, siempre erguidas–, y tras cuatro matrimonios en los que tuvo sus más y sus menos (su primer esposo, el actor Maxwell Reed, la violó cuando tenía diecisiete años, según contó en Passions for Life ), Joan Collins se sentó cabeza, en 2002, con su último esposo, Percy Gibson quien, como ha revelado la estrella, ha sido “sin ningún género de dudas” el mejor de sus maridos: “No puedo imaginarme vivir sin él a mi lado. Es el puntal de nuestra familia entera. Gracias a Dios que me casé con un hombre treinta años menor. No soportaría estar casada con uno de mi edad”, reveló durante una larga entrevista con The Sunday Times Magazine.
Con respecto a la edad, Joan Collins y su espíritu sardónico han soltado en los últimos años una serie de frases que merecen un lugar aparte. Constituyen un arsenal ideal de respuestas para quienes están cansados de ser cuestionados por el paso del tiempo. De “la edad es solo un número. Es totalmente irrelevante a menos que, por supuesto, usted sea una botella de vino”; a “las claves para conservarme tan bien son muchas carcajadas, nunca estar ni muy flaca ni muy gorda, y un marido treinta y dos años más joven que yo”.
Sin embargo, tal y como veremos en las siguientes líneas, el caso de Joan Collins no está aislado. Hoy en día, el mundo del espectáculo y de los negocios cuenta con maravillosos personajes que han superado la barrera de los noventa años y que nos enseñan a vivir con una dignidad, glamour, ironía e inteligencia a prueba de petulancias efímeras. No hace mucho, en septiembre, la bellísima Sophia Loren se incorporaba a este club de nonagenarios dispuestos a seguir saboreando las cosas buenas de la vida. “Lloramos juntos, reímos juntos, bailamos juntos y esta noche incluso podremos brindar juntos”, pronunció durante el emotivo discurso que concedió en la fiesta organizada en su honor. “Si hay un regalo que podéis hacerme, es celebrar no solo a mí, sino a todos los que seguimos aquí”. Celebrar la vida: esta es una de las sabias lecciones que parecen darnos estos hombres y mujeres aguerridos, de los de antes, de los de siempre.
Rita Moreno, inolvidable tras su paso danzarín por West Side Story, sigue deslumbrando en las alfombras rojas gracias a su energía desbordante. El 11 de diciembre cumple sus primeros noventa y tres años de vida. A los ochenta y cinco, dio una serie de consejos a quien quisiera escucharle sobre cómo mantenerse joven, no solo de cuerpo y rostro, sino también de mente: “Escribo con la mano izquierda, aunque soy diestra, camino hacia atrás en lugares seguros. ¡Cualquier cosa que rete a tu cerebro… hay que hacerlo!”. Y concluyó: “La vida es buena. Me levanto tarareando”.
ECCLESTONE, MURDOCH Y EASTWOOD, TRES ROBLES
Como se levanta tarareando, y bailando, Dick Van Dyke, el inolvidable deshollinador de Mary Poppins, que cumple estas Navidades 99 años. ¿Su secreto para seguir en activo y con una sonrisa que no se le borra del rostro? “Siempre he hecho ejercicio. Todavía voy al gimnasio tres días por semana y tuve la suerte de no crecer nunca”. Su esposa, Arlene Silver, con quien se lleva medio siglo, da otra pista: “Está contento y es optimista. ¡Es simplemente la persona más alegre que conozco!”.
Clint Eastwood, de noventa y cuatro años, pudo haberse hundido tras la trágica muerte, el pasado julio, de Christina Sandera, su pareja en la última década. Sin embargo, además de seguir una dieta equilibrada y baja en grasas, él tiene un secreto infalible para preservar su vitalidad: “mantenerse ocupado y trabajando”. No para de rodar, de crear y de querer. Tras Cry Macho, en 2021, ha estrenado su último trabajo fílmico Juror #2, un thriller judicial que lleva su sello. Curiosamente, a pesar de sus noventa años largos, sigue protagonizando algún que otro rumor que asegura que ya ha estrenado una nueva novia. Casado en dos ocasiones y padre de ocho hijos, concebidos con seis mujeres distintas, Clint Eastwood parece dispuesto a cumplir con aquello de “genio y figura” hasta el final de su vida de película.
Alejados del mundo del cine, pero no del mundo del espectáculo y de las alfombras rojas, dos nonagenarios de armas tomar: Bernie Ecclestone, de noventa y cuatro años, y el magnate de los medios Rupert Murdoch, de noventa y tres. El segundo se casó con Elena Zhukova, de sesenta y siete años, en sus viñedos californianos, el pasado 1 de junio. Es decir, con más de noventa años, el australiano ha demostrado que para el amor no hay edad y que renunciar al mismo es un error de cálculo… y lo dice uno de los cien hombres más millonarios del planeta.
También merece la pena destacar el caso de Bernie Ecclestone, quien se casó en la más estricta intimidad en 2012 con su novia, Fabiana Flosi.