Como nunca y a corazón abierto. Así han sido las duras declaraciones que Mariola Orellana ha hecho sobre uno de los episodios más duros y que la marcó para siempre: la pérdida de cuatro de sus hermanos por culpa de las drogas. Ahora disfruta de una vida estable junto a su esposo, el cantante Antonio Carmona, y forman una sólida pareja rodeada de sus hijos y nietos, pero en su camino no siempre ha habido rosas, también espinas de las que Mariola ha hablado en el pódcast Charlas Adictivas de Ruy Arroyo, al que acudió como invitada y cuyo objetivo es hablar de adicciones e intentar superarlas con ayuda profesional. El suyo es un testimonio, duro y lleno de emoción, y con el que pretendía, como confesó, poder ayudar a otras personas que estuvieran en una situación similar a la que ella vivió hace años.
Las drogas acabaron con la vida de cuatro de sus hermanos, una cuñada y diversos amigos, en una época que, como recuerda Orellana, la moda era probar de todo. “La droga arrasó en mi generación, especialmente en la generación con poder adquisitivo en Sevilla”, recuerda la productora musical, que vio como muchos de sus amigos cayeron en ese infierno: “Todos mis amigos, de familias bien, empezaron a entrar en la droga. Era algo prohibido, divertido...". Incluso reconoció haber ‘tonteado’ con algunas drogas, llegando a probar hasta la heroína. Sin embargo, reconoció que tuvo mucha suerte porque supo frenar a tiempo: “Esto no lo vuelvo a poner en mi vida, de lo bueno que es. Tuve un ángel que me protegió, porque pude estar muerta como todos ellos".
El recuerdo de sus hermanos, siempre presente
Aún hoy y han pasado mucho años, la emoción embarga a la productora musical cuando habla de la tragedia de sus hermanos y los recuerda con cariño y mucha nostalgia: "Mis hermanos eran mis ídolos, guapos hasta decir basta, deportistas, buenos estudiantes... Imagínate lo que fue para mis padres enterrar a cuatro hijos. Éramos una familia ejemplar". Y es que ella pertenecía a una familia acomodada de Sevilla, su madre era la jefa del rectorado de la Universidad de Sevilla, y la pérdida de cuatro de sus 10 hijos por culpa de las drogas fue un shock. Dos de ellos murieron a causa de su adicción y los otros dos, a consecuencia de ella. "Se pincharon con una amiga que tenía sida y se contagiaron”, explica Orellana, que fue así como entró en contacto con el mundo del sida. Aunque trató de salvarlos, el esfuerzo fue en vano: "Como enfermera, tenía ansia por sacarlos de ese mundo. Peleé mucho por sacar a mi hermano de las adicciones, pero solo se salva el que quiere". Y sus hermanos no lo lograron. Ella, en cambio, supo decir "no" a tiempo y por eso se considera una "sobreviviente".
Palabras de cariño para Antonio Flores
Mariola Orellana también aprovechó su paso por este pódcast para recordar también a su gran amigo Antonio Flores, del que era como su hermano y representante cuando murió. La vida del hijo de Lola Flores también estuvo marcada por el infierno de las drogas, aunque el día que murió, recuerda Mariola, se juntaron muchas cosas: “Antonio Flores era el amor de mi vida como artista. El día que murió estuve con él. Tenía bastante controlada su adicción. Fue una mezcla de un montón de cosas, no fue una sobredosis. Estaba en su mejor momento, no le podía la droga, pero no podía dormir”. Sin duda, la muerte de Antonio fue un varapalo para todos y como ella misma recalca, “un ejemplo de lo que sufrió mi generación, de lo que arrasó con muchos. Se llevó a los maravillosos, a los más sensibles… Porque te llevaba a otro mundo, a un sitio que no podías controlar”.