Tokyo es una línea aparte. Otro renglón para comenzar una historia. Una mezcla imposible (e increíble) de tradición y modernidad, sensaciones y emociones, experiencias y sabores. De los ancestrales kimonos a pie de calle a la locura de la tecnología y cultura manga. Santuarios, jigshaws, bullicio, el mítico skytree, los maid coffees… todo es increíble y diferente.
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Pero esa noche el corazón vibrante de Tokio latía aún más fuerte. El Together X Sensorium de Tokyo abría sus (efímeras) puertas para celebrar diez años de triunfos de IQOS, la marca de dispositivos electrónicos para calentar tabaco (su gran propósito es que el fumador actual entienda que calentar tabaco es mejor opción que quemarlo, que no es lo mismo que inocuo). Esta nueva forma de consumir tabaco ha calado entre los japoneses, que por un lado se apasionan con todo aquello que suene a tecnología, modernidad, luces y enchufes y por otro son una cultura más respetuosa (y eso de que no genere humo, para ellos, es lo más). No hay más que recordar la primera indicación que cualquier visitante recibe a la llegada por primera vez al país del sol naciente: no se toca a las personas. Pero ni estrechar la mano. Y de dos besos, ni hablamos.
Desde la entrada al gran evento, el ambiente era magnético: un mar de neón turquesa recibía a los invitados, mientras pantallas LED gigantes proyectaban imágenes caleidoscópicas que anticipaban la energía que se viviría. Todo estaba listo para una experiencia a otro nivel, y el nombre de Steve Aoki flotaba en el aire como una promesa. Este templo de modernidad, luz y color fue titánicamente creado por la marca solo para esa noche. Luego desaparecería, al igual que la magia cuando dan las doce.
Enormes esculturas, espejos distorsionados que daban perspectivas únicas, y estaciones de ‘techno-picnic’ donde los invitados podían tomar asiento sobre cubos brillantes, cócteles inspirados en ingredientes japoneses… Cada rincón tenía detalles que hacían imposible no querer capturarlos. Una de las instalaciones más divertidas fue una superficie que ofrecía una experiencia ‘bailando bajo la lluvia’, donde el visitante entraba pertrechado por un paraguas y una gran tormenta se desataba a su alrededor (con truco, ya que detectaba movimientos y evitaba un desastre pasado por agua).
Antes de que Steve Aoki se apoderara del escenario, para ir calentando el ambiente (recuerden: aquí todo se calienta, nada se quema) las aclamadas actuaciones de TechnoBrass, una banda de trompetas electrónicas, y del dúo de DJs berlinesas Alyssa & Gia, que complementaron el ambiente futurista de la noche.
Y, por supuesto, en esta exclusiva cita, que reunió a usuarios de más de 30 países, no podía faltar la estrella de la cultura japonesa: la gastronomía. Toda la velada estuvo acompañada por un menú de platos tradicionales. Desde sushi fresco hasta delicados postres de sakura, cada sabor estaba pensado para ofrecer una muestra de su cultura gourmet en su máxima expresión.
El momento más esperado llegó cuando Steve Aoki se dirigía al ‘control de los mandos’. La atmósfera cambió, los colores se intensificaron, y los pulsos de luz de las pulseras de todos los asistentes se aceleraron junto con el latir de los corazones. Más que música, pura emoción. Cuando el artista se subió al escenario simplemente ocurrió la magia. Aoki, un ícono global del electro house, comenzó su espectáculo audiovisual que desató toda la energía entre el público. Los tenía hipnotizados. Que quería que fueran a la derecha, pues un solo movimiento hacía que el auditorio entero girara a su antojo. Nadie se cansaba. Los momentos épicos llegaron con sus grandes hits, mezclas exclusivas creadas solo para esta fiesta... Y un público que recibía cada tema enloquecido saltando y bailando al ritmo.
Antes de toda esta gran celebración, tuvimos un rato para compartir con Steve. Todo un lujo. Aclamado por su energía imparable y por fusionar culturas como pocos en la música, Steve Aoki ha conquistado el mundo desde los mejores escenarios. Líder indiscutible del electro house y colaborador de gigantes de la música, Aoki no solo es uno de los DJs más influyentes del mundo, sino un embajador cultural que lleva el ritmo de Japón al resto del planeta. Hablamos con él para explorar cómo entrelaza su herencia japonesa con su carrera global, sus momentos de triunfo y, cómo no, de su colaboración con IQOS que él explica de esta forma: “Cuando hablo de innovación, me refiero a progreso. Y de esto también habla IQOS. Esta es una de nuestras misiones conjuntas y ambos nos preocupamos por el impacto que podemos tener en la comunidad, qué podemos hacer para que sea más positivo y cómo podemos mejorar las cosas”.
Tu carrera ha sido un ejemplo de constante evolución. ¿Qué crees que ha sido clave para triunfar en la industria durante tantos años?
Mis errores, aprendizajes y progreso personal han jugado un papel importante a la hora de contribuir a mi evolución. Creo que sin errores no se puede evolucionar. Si todo es maravilloso y fácil, no podrás avanzar. Soy una persona innovadora, y siempre estoy pensando en qué puedo mejorar. Cuanto mayor es el desafío, mayor es el progreso. Cuando fallas, en realidad es una forma de experimentar, de probar algo que no has probado antes. Me pongo a prueba cuando colaboro con alguien de otra cultura, un sonido nuevo, con alguien de otro país. A veces cometo errores y no llega a ninguna parte. Pero a veces abre nuevas oportunidades. Cuanto más experimento, mejor lo hago. Cuanto mejor soy, a más personas llego. Acepto el fracaso con gratitud y con los brazos abiertos. Y en última instancia, una cosa que es clave es crear un momento que esté directamente asociado conmigo. Es lo mejor que puedo ofrecer, algo único, un momento decisivo. No quiero que la gente recuerde sólo a ese chico asiático, sino a Steve Aoki.
Has colaborado con muchos artistas de diferentes géneros, ¿cómo abordas la fusión de diferentes estilos y culturas en tu música?
Tengo la suerte de viajar y conocer muchas culturas, muchos artistas y a la gente en general: desde el conductor que me puso una canción hasta los amigos con los que he colaborado. La inspiración nunca termina, la encuentras en todas partes. Cuanto más viajas y experimentas, más lo encuentras. Es lo mismo y viceversa. ¿Sabes qué es genial? Que es sostenible y nunca termina. Es infinito.
Con una agenda tan ocupada y una exposición pública constante, ¿cómo gestionas tu equilibrio mental?
El equilibrio es clave en una vida tan ocupada como la mía. Mi tiempo libre lo uso de manera eficiente para encontrar lugares de retiro: mental, espiritual y físico. La meditación se ha convertido en mi mejor aliada en el avión, en el backstage, en la habitación del hotel o en casa. Aprender a encontrar estos momentos de relajación en cualquier lugar y en cualquier momento ha cambiado las reglas del juego para mí. Cuando vuelvo a casa, normalmente lo primero que hago es hacer un reinicio completo saltando a mi baño frío, sauna y cámara hiperbárica. Una increíble sensación de reposición de energía.