Gwyneth Paltrow, la madre más orgullosa durante el prestigioso Baile de Debutantes en París, el pasado 30 de noviembre, vuelve a ser noticia, pero ya no por la espectacular puesta en escena de su hija Apple, ni por su buena relación con su “ex”, Chris Martin, sino porque, según algunos medios, su empresa Goop–lanzada en 2008 como “marca de estilo de vida– está atravesando por un mal momento.
Mientras, según diversas fuentes, desde septiembre la empresa ha tenido que realizar recortes y ha despedido a varios trabajadores - un 6% de la plantilla recientemente, que se suma al 18% que se llevó a cabo hace tres meses -, el portavoz de la firma llama a la calma y asegura que los ingresos de la marca crecieron en 2023 y que todo apunta a que habrá un repunte en este 2024. ¿Qué está pasando entonces? Al parecer, que han saltado las alarmas sobre las nuevas prioridades de la actriz porque, después de cinco años sin hacerlo, ha aceptad oponerse delante de las cámaras en “Marty Supreme”, una película nada más y nada menos que coprotagonizada por el chico de moda de Hollywood, Timothée Chalamet. Gwyneth Paltrow ha compartido que si regresa al cine lo hace para superar el trauma del “nido vacío”. Apple y Moses, sus hijos, ya no viven en casa; y que ha preferido darse alas en proyectos creativos.
Durante los tres lustros de vida de Goop, la firma ha copado titulares del mundo entero por alguno de sus más polémicos productos, que la actriz ha defendido a capa y a espada. Hablamos, por ejemplo, de las velas con olor a vagina, que se vendían a unos setenta y cinco dólares y que lograron un éxito inmediato, quizá por la extravagancia de la idea. En 2020, The New York Times advertía que no se tomara tan en broma este asunto de Goop, ya que la empresa en ese entonces estaba valorada en 225 millones de dólares. Pero no solo de productos ha subsistido Goop, sino también de su plataforma en la que la actriz ofrece a sus seguidores algunos consejos sobre bienestar y estilo de vida que, en algunas ocasiones, han puesto los pelos de punta a la comunidad científica.
Las polémicas más sonadas de Goop
La lista de consejos y productos que saltaron a los medios por su extravagancia ha sido larga y probablemente siga extendiéndose. Veamos algunos ejemplos sin profundizar mucho en la materia. Gwyneth Paltrow recomendó los enemas de café para desintoxicar el cuerpo; o puso a la venta unas pegatinas llamadas “Body Vibes”, al módico precio de sesenta dólares, que se vendían para “equilibrar la frecuencia energética del cuerpo” (hasta la NASA puso ante esta idea el grito en el cielo); o sugirió la idoneidad de darse baños vaginales con vapor; o presentó a lmercado unos huevos de jade que prometían a las compradoras las más intensas experiencias sexuales (“mejores orgasmos, mejor tono muscular y equilibrio hormonal”). Por este último producto, fue multada por “publicidad engañosa” y hubo de desembolsar unos150.000 dólares.
La lista de ocurrencias es larga. Por ejemplo, la creación de unas mancuernas de mármol. “¿Por qué no? –se leía en Goop–. Es chic, con diseño avanzado… es una mancuerna”… y es un objeto al que se le podía dar un segundo uso en el hogar. Con cierto humorismo involuntario, declaraban: “puedes utilizarla como un bonito pisapapeles o un sujeta libros escultural para tus estanterías”.
En 2017, cuando Goop llevaba casi una década de andadura, The New York Times aseguró que parodiar a esta empresa se había convertido en un “deporte nacional”. De hecho, un año antes, se había publicado un libro que era un constante guiño burlón a las propuestas de la empresa capitaneada por Gwyneth Paltrow: Glop, ideas no tóxicas que te harán parecer ridículo y pretencioso. Además, entre los “premios” que ha ganado Goop cuenta con el Rusty Razor “por la pseudociencia más audaz”.
En esta línea, de poner entre paréntesis todo cuanto parte de Goop, Timothy Caulfield, un conocido científico canadiense y divulgador de la ciencia, previamente había escrito un libro titulado ¿Está Gwyneth Paltrow equivocada en todo? La respuesta era demasiado categórica: “sí”. El profesor confesó que era fan de la actriz, en cuanto a intérprete, pero que esto no le impedía ver que muchos de los consejos que daba no tenían ninguna base científica. Como ejemplo, las ventosas para eliminar toxinas del cuerpo: “¡Otra patraña! –escribió Caulfield–. El hecho de que sea una práctica del antiguo Egipto no significa quesea eficaz, a menos que el objetivo sea provocarle cardenales. Es lo único que conseguirá”.
La primera Gwyneth
A pesar de las críticas, o quizá porque estas llegaron a todo el mundo, Goop creció como la espuma. Curiosamente, hasta la prestigiosa Harvard Business School invitó a la actriz para que hablara de lo que ella consideraba las claves de su éxito. En esta charla, la actriz dio muestras de lucidez y olfato empresarial y reconoció que, en buena parte, el éxito de su empresa se debía a todos los que se habían convertido en sus “haters” feroces. En primer lugar, el nombre venía de sus iniciales (GP), pero también de la idea de que las empresas de internet que tienen éxito contienen en su nombre una doble “o”. Los estudiantes preguntaban a la oscarizada actriz –qué lejos queda su papel de Shakespeare in Love de su faceta de empresaria– sobre su modelo de negocio de comercio electrónica en torno al estilo de vida y bienestar y en qué hacer para crear una “ventaja competitiva sostenible”. En esta charla, confesó que era consciente de cómo quienes desechaban sus productos y consejos se habían convertido, involuntariamente, en sus mejores aliados: “Fue una gran publicidad –recordó– cuando la gente se burló de Goop por hacer cosas como instar a las mujeres a que se vaporizaran la vagina para equilibrar sus hormonas”.
Quizá una de las cosas que más sorprendieron, y que supuso un auténtico choque cultural, es que alguien como Gwyneth Paltrow, la pálida, delicada y extremadamente “chic” Gwyneth, capaz de hablar español con un encantador acento castellano, pudiera decir “vagina” sin ruborizarse. Curiosamente, los productos relativos a esta parte de la anatomía femenina, ya sea para burlarse de ellos, ya sea para comprarlos deseando sentir los efectos prometidos, se convirtieron en superventas.
En su día, sorprendió mucho el cambio de rubro en las actividades de Paltrow, miembro de la “realeza” de Hollywood, gracias a su talento heredado de sus padres. Su padre, Bruce Paltrow, era un cineasta para el que llegó a trabajar ene se delicatessen de filme llamado “Duets”; su madre es la también actriz Blythe Danner.
Su belleza, como una Audrey Hepburn rubia y exquisita, llamó la atención en la Meca del Cine… y en sus habitantes. Fue novia de Brad Pitt de 1994 a 1997, y aunque llegaron a prometerse, ella canceló el compromiso asegurando que no estaba preparada para casarse. Después, vivió un romance con muchas idas y venidas con Ben Affleck. Hasta que apareció Chris Martin, el vocalista de “Coldplay” y padre de sus dos hijos, Apple y Moses. Lo suyo parecía el matrimonio perfecto hasta que dejó de serlo (matrimonio), porque su relación perfecta persistió más allá de la ruptura y se han ganado el título de los “ex” mejor avenidos de Hollywood. Cuando en 2014 anunciaron su separación, después de diez años casados, rompieron el corazón de muchos románticos. Después, cada uno siguió su camino. Gwyneth Paltrow se casó de nuevo con Brad Falchuck, y Chris Martin mantiene un largo noviazgo con Dakota Johnson (aunque, desde hace meses, surgen continuamente rumores de ruptura).
Gwyneth Paltrow, quien cumplió cincuenta espléndidos años el 27 de septiembre de 2022, cuando llegó a las cinco décadas tan perfecta, en silueta y pie, compartió su dieta estrella y a más de uno alarmó: café sin azúcar en el desayuno; comida con un caldo de huesos, y una cena temprana sin carbohidratos y a base de recetas de la dieta paleo –es decir, un tipo paleolítico moderno, donde primen las carnes sin grasas, pescado, huevos, frutos secos, semillas, frutas y verduras–. El hecho de intercalar esta dieta con ejercicio físico alertó a nutricionistas y público en general. ¿Cómo subsistir hasta la tarde con solo un café y un caldo? Sorprendente, pero Gwyneth es Gwyneth y tiene una cohorte de admiradores, como demuestran sus ocho millones largos de seguidores en Instagram.