Ganar una medalla olímpica representando a su país es el sueño de cualquier deportista y la tenista Sara Sorribes lo vio cumplido el pasado verano en París, cuando obtuvo el bronce en dobles junto a Cristina Bucsa. Un éxito que ha reconocido que consiguió estando lesionada. La castellonense de 28 años ha trabajado mucho para llegar hasta este punto de su carrera y también ha superado momentos difíciles, sobre todo después de que una lesión le hizo debatirse entre si merecía la pena seguir adelante o era mejor tirar la toalla… Y menos mal que no la tiró.
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El amor que desde niña siente por este deporte le hizo seguir adelante y enfrentarse a su recuperación, no solo física sino también mental, ya que para cualquier deportista de élite verse alejado de la competición es muy duro.
Ahora, con la mirada puesta en seguir consiguiendo triunfos y aún con el buen sabor de boca de haber subido al podio en las pasada olimpiadas, hemos podido conversar con Sara, que ofreció la semana pasada una masterclass en el club de Tenis de Chamartín (Madrid) de la mano de Nara Seguros. Al salir de la pista, nos ha hablado de la importancia de la salud mental en el deporte, de encontrar el equilibrio entre la carrera profesional y la faceta personal y de deportistas a los que admira, el gran Rafa Nadal y la campeona de bádminton Carolina Marín… ¡Y también nos ha contado dónde guarda su preciada medalla de bronce!
-¿Qué significa el tenis en tu vida? ¿Cuándo empezaste a jugar?
-El tenis lo es todo para mí. No recuerdo un momento de mi vida en el que el tenis no haya estado presente. Empecé a jugar con tan solo seis años y desde entonces no he parado de entrenar y trabajar para llegar hasta donde estoy hoy. El tenis es un deporte que me ha dado y enseñado valores, disciplina y muchas experiencias que para mí, a día de hoy, son inolvidables.
-¿Cuándo pasó de ser un hobby a una profesión?
-Te diría que ha sido un hobby la mayor parte del tiempo, pero el momento clave fue cuando gané el Campeonato de Europa en Moscú. Fue un punto de inflexión. Me di cuenta de que ganar a nivel europeo era diferente, que significaba algo más grande, y eso despertó en mí la idea de que podía dedicarme al tenis profesionalmente.
-Si no te hubieras dedicado al tenis, ¿qué camino habrías escogido?
-Creo que habría intentado dedicarme a otro deporte si hubiera tenido la oportunidad. Quizás el fútbol, que siempre me ha gustado muchísimo. Si no, también me habría gustado estudiar Periodismo, ya que me interesa mucho la comunicación y la manera en que se pueden contar historias.
-¿Cuesta compaginar una vida entre entrenamientos y torneos con una vida personal? ¿Separar los dos ámbitos te ha costado?
-La verdad es que sí, no es fácil. Paso muchas horas entrenando, viajando y compitiendo, y a veces cuesta desconectar del tenis. Sin embargo, he aprendido a valorar mucho los pequeños momentos con mi familia y amigos.
-Este verano conseguiste una medalla olímpica en dobles de tenis, ¿te ha cambiado la vida de alguna forma?
-Sin duda, ha sido un sueño hecho realidad. Representar a tu país y lograr una medalla olímpica es algo que siempre soñé, pero vivirlo es otra cosa. Me ha dado una motivación enorme para seguir trabajando duro y aspirar a más.
-¿Dónde guardas tu medalla?
-De momento está en casa de mi madre. Es un lugar especial para mí, y quiero que esté allí mientras encuentro el lugar perfecto para llevarla a mi propia casa.
-¿Es difícil llegar a la cima de este deporte?
-Sí, muchísimo. El tenis requiere un nivel de dedicación y esfuerzo impresionante. Competimos en un circuito global, donde todos los días te enfrentas a jugadoras con un talento increíble. Llegar a la cima no solo depende de tu talento, sino también de tu capacidad para ser constante, superar lesiones y mantenerte fuerte mentalmente.
-¿Cuál ha sido para ti el momento más complicado?
-Hubo momentos muy duros, pero probablemente los más difíciles han sido las lesiones. Cuando tienes que estar fuera de las pistas por meses, sientes que pierdes parte de tu identidad. El proceso de recuperación es muy duro física y mentalmente, pero en esos momentos tan complicados, tener el apoyo de los tuyos da mucha tranquilidad. En mi caso, saber que cuento con el respaldo de Nara Seguros y que están ahí para cuidarme en todos los aspectos me ha permitido centrarme en mi recuperación y en volver a dar lo mejor de mí en la pista. Es un alivio enorme saber que alguien te respalda cuando más lo necesitas.
-Hace un tiempo sufriste una lesión que te mantuvo alejada de las pistas, ¿pensaste en tirar la toalla?
-Hubo momentos en los que lo pensé, no lo voy a negar. Pasar tanto tiempo lejos del tenis fue muy duro y llegué a cuestionarme si valía la pena seguir. Pero al final, recordar todo lo que he logrado y el amor que siento por este deporte me ayudaron a seguir adelante. Es en esos momentos cuando te das cuenta de lo importante que es tener una buena mentalidad.
-Psicológicamente, ¿es complicado mantenerse fuerte siendo deportista de élite?
-Totalmente. La cabeza necesita tanto entrenamiento como el cuerpo. Estamos constantemente sometidos a mucha presión, expectativas y desafíos, y eso puede ser abrumador. Por eso es fundamental trabajar el aspecto psicológico para mantenerse firme y equilibrada.
-¿Vas a terapia o tienes algún 'coach' que te ayude?
-Sí, llevo tiempo yendo a terapia y creo que es una de las mejores decisiones que he tomado. No solo me ayuda en el ámbito deportivo, sino también en mi vida personal. Entender mis emociones y aprender a gestionar las situaciones me ha dado herramientas valiosas para afrontar todo lo que se presenta.
-¿Cuál es tu mantra para seguir adelante?
-Mi mantra es ir día a día, enfocándome en lo que toca en cada momento. No pienso demasiado en el futuro; prefiero darlo todo en el presente y confiar en que el trabajo dará sus frutos.
-Una de las imágenes más desgarradoras de las Olimpiadas de París fue la grave lesión de Carolina Marín, ¿cómo vive un deportista un momento así?
-Es desgarrador. Todos sabemos cuánto sacrificio y trabajo hay detrás de cada temporada, y ver cómo todo se desvanece por una lesión es muy duro, no solo para quien lo vive, sino también para sus compañeros. Es un recordatorio de lo frágil que puede ser una carrera deportiva.
-Las despedidas también son muy duras, ¿Qué te ha parecido la de Rafa Nadal?
-Creo que son complicadas y que estar a la altura de Rafa siempre es difícil porque lo que ha conseguido para el deporte y en especial para el deporte español es algo alucinante. Quizá la derrota contra Países Bajos no permitió que su despedida fuera tan grandiosa como todos hubiéramos querido, pero eso no quita todo lo que representa. Rafa es, y siempre será, un ícono del deporte.
-¿Lo conocías? ¿Qué destacas de él como deportista?
-Sí, he tenido la suerte de cruzarme con él en varias ocasiones. De hecho, me escribió un mensaje cuando gané en París y compartí muchos momentos con él en camilla, ya que estábamos los dos lesionados. Lo admiro mucho porque es un ejemplo de trabajo duro y perseverancia, alguien que nunca se rinde y siempre da lo mejor de sí mismo.
-Por último, ¿cómo ves tu futuro? ¿Cuáles son tus próximos retos?
-Estoy muy enfocada en seguir creciendo como tenista y como persona. Quiero dar lo mejor de mí en cada torneo y continuar trabajando en los aspectos que puedo mejorar. Mi reto principal es mantenerme constante y seguir disfrutando del tenis, que al final es lo más importante.