De luces y sombras, así es la vida de Robbie Williams. En febrero cumplió 50 años disfrutando de la estabilidad que le da haber formado una familia numerosa con Ayda Field y sintiéndose afortunado de seguir enamorándose de la música. Valora doblemente esta etapa porque no siempre ha sido fácil, ha atravesado dificultades y momentos de autodestrucción que narra en primera persona en la película Better Man. De esa parte menos amable de la fama y de otros instantes desconocidos se ha sincerado en El Hormiguero, donde ha entrado bailando y muy agradecido por la entrega del público, al que ha dicho: "Hola amigos, ¿cómo estáis?
Buena parte de la legión de fans que sigue a Robbie Williams (algunos presentes esta noche en el plató de Antena 3) le acompaña desde sus inicios musicales como miembro de Take that junto a Jason Orange, Howard Doland, Mark Owen y Gary Barlow. Su incorporación a la banda, que marcó un punto de inflexión, se produjo no solo por su talento, sino por un pequeño gesto que cambió su vida para siempre. "Fui a hacer el casting y, según me iba, abrí la puerta, miré al manager y como no sabía qué hacer, le guiñé el ojo. Gracias a eso pensó que yo tenía algo y que debía volver", ha relatado.
El artista quiso ser artista por seguir los pasos de su padre, que era "cómico y cantante, un showman una persona carismática de la que te enamorabas en cuanto lo conocías y alguien cuya presencia lo cambiaba todo, convertía la tristeza en felicidad". Pero sumergirse en ese universo artístico no fue fácil porque provocó que se sumergiese en una espiral de autodestrucción marcada por un "alcoholismo desatado y adicción". Reconoce que solo tenía 19 años cuando pensó que tenía un problema, pero entonces no se hablaba de eso ni de salud mental, así que no ahondó en el tema. Cuando se fue de Take that en 1995 acumulaba deudas por 400.000 libras (cerca de medio millón de euros).
Ese lado oscuro de una carrera brillante lo relata en Better Man, película en la que se abre como nunca. Precisamente este largometraje hace que la visita a España del artista británico se extienda durante parte de la semana ya que la tarde el miércoles tiene una cita en los cines Capitol de Madrid, donde se celebra la premiere. "Todo empezó en 1974, cuando nací. He tenido una vida muy intensa, activa y poco usual. A los 16 años llegué a la fama y he tenido que gestionar eso desde entonces con adiciones a las drogas, discografías raras, malas compañías, sin amor, odiándome a mí mismo, con una vida interior bastante complicada... Todos queremos que nos quieran y esa es la historia que cuenta la película, la de un ser humano que quiere que lo vean y lo quieran", ha indicado.
A la hora de salir de esa inestabilidad encontró en Elton John a una figura clave a la que está "muy agradecido". El ganador de cinco Grammy, que recientemente ha hablado del grave problema de visión que sufre, se movilizó durante una visita meramente laboral para que ingresara en un centro. "Me llevó a su casa, me quedé dormido y cuando me desperté había un médico, un psiquiatra, un terapeuta... David Furnish y él se sentaron conmigo y me dijeron: tienes que ir a rehabilitación, te va vas a morir", ha relatado. Además, con humor ha recordado que le llevaron a un centro del que esa misma noche escapó porque jugaba Inglaterra contra Polonia y quería verlo.