Hijo del legendario maestro Enrique Morente y de la gran bailaora Aurora Carbonell, Kiki Morente lleva en su ADN el arte flamenco. Cantaor, guitarrista y compositor, ha sabido labrarse un camino propio desde que debutó en solitario en el Festival Suma Flamenca en 2012, hasta convertirse en una de las voces más destacadas del flamenco contemporáneo.
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Durante nuestro encuentro con él, Kiki nos abre su corazón para hablar de su herencia artística, de cómo ha logrado actualizar el flamenco sin perder su esencia más pura y del camino recorrido desde su primer álbum Albayzín hasta la nominación al Latin Grammy con El Cante. Con una mezcla única de carisma, talento y pasión, el artista no solo conecta con las raíces del género, sino que las reinventa con una autenticidad que conquista a todos los públicos.
Kiki Morente en el escenario, cantando uno de sus temas
Pregunta: ¿Cómo recuerdas tu infancia? ¿Hay algún recuerdo que siempre tengas presente?
Respuesta: Siempre tengo en mente los momentos con mi padre en casa. Él nos enseñaba a ser buenas personas y nos transmitía su amor por la música. Lo recuerdo con su guitarra, siendo padre y músico al mismo tiempo. En nuestra casa, la música era tan natural como comer, algo que formaba parte de nuestra vida diaria. Nunca hubo un momento en el que decidiera ser artista, simplemente lo fui sintiendo de manera natural.
Enrique Morente presentando 'El Barbero de Picasso', junto a su hijo Kiki
¿Cómo definirías el legado que tu padre dejó en tu vida y en tu música?
Lo siento como una lotería. A pesar de llevar muchos años sin él, sigo aprendiendo cada día. Me considero muy afortunado, no solo por tener un buen padre, sino también un compañero y un genio a mi lado. Él me enseñó todo, y cada día me guío por lo que me dejó.
Este disco es muy familiar. ¿Cómo ha sido para ti trabajar rodeado de tu familia?
Ha sido maravilloso. Es un disco que he cocinado en casa, literalmente. Mi madre ha estado muy involucrada, ayudándome con las letras. Ella estaba en la cocina mientras yo componía en el sofá, y me traía ideas para las canciones. Fue un proceso muy casero y muy de corazón. La colaboración con mi madre y mis hermanas ha hecho que este disco sea especial y esté lleno de emociones auténticas.
Solea Morente, Estrella Morente y Kiki Morente en el encendido de las luces de Marbella
¿Cómo llevas el hecho de ser impulsivo en tu proceso creativo?
Lo llevo con naturalidad. Grabo y canto cuando realmente me apetece, aunque, claro, en los conciertos uno tiene que cumplir. Pero en general, intento ser fiel a mis impulsos y trabajar con quien me inspire en ese momento. Creo que eso es clave para mantener la autenticidad en mi música.
¿Alguna vez has tenido que cantar sin ganas debido a un compromiso?
Sí, como en cualquier trabajo, hay días complicados. A veces uno está cansado o le cuesta subir al escenario, pero el escenario tiene algo mágico. Es como una zona de confort donde se libera todo y, al final, se convierte en una experiencia sanadora.
¿Qué sientes al interpretar una canción que te emociona?
Depende del día, del ambiente, del estado de ánimo... En el flamenco, las letras suelen hablar de emociones profundas, de la tierra, de los amores y desamores. Al final, los sentimientos van fluyendo conforme avanza la canción.
Kiki Morente en la presentación de su último disco 'Azabache'
'Intento ser fiel a mis impulsos y trabajar con quien me inspire en ese momento'
¿Qué papel juega la tradición en tu música y cómo logras adaptarla a los tiempos actuales?
La tradición es fundamental en mi música. Vivimos en una época con mucha información y herramientas como las redes sociales, que nos permiten mostrar nuestro trabajo. Me apoyo en mi equipo para adaptarme a esta modernidad sin perder de vista las raíces flamencas.
¿Cómo es un día típico en tu vida cuando no estás trabajando?
Me gusta mucho cocinar, jugar al fútbol, hacer deporte y disfrutar de la sierra y de mi Granada. Siempre intento pasar mi tiempo libre aquí, aunque acabo yendo al estudio de grabación, incluso en mis días libres.
¿Cuál es tu mayor reto como artista?
Mi mayor reto es mantener el compromiso diario con el arte, la música y la cultura. Cada día es una oportunidad para aportar algo al flamenco, y esa responsabilidad me motiva a seguir creciendo como artista.
¿Cómo llevas haber nacido en una familia tan expuesta mediáticamente hablando?
Lo llevo de manera natural. Es verdad que, desde fuera, muchas veces parece más fácil de lo que realmente es. Hay momentos en los que encuentras personas que te apoyan y otras que no tanto, pero al final, todo se trata de tomárselo con naturalidad. En mi casa, mi padre siempre nos enseñó a centrarnos en el trabajo y a hacerlo desde la humildad, sin preocuparnos por estar en el ojo público o por las fotos bonitas. Lo importante siempre ha sido el esfuerzo y el compromiso con lo que hacemos.
¿Qué canción de tu repertorio dedicarías a alguien especial?
Cada canción tiene su propósito, está hecha para algo o alguien. La música es el lenguaje universal por excelencia, y cada tema conecta con diferentes personas o momentos. Pero si tuviera que elegir una canción especialmente significativa, sería una dedicada a Dios. Creo que Él representa todo lo más bello de la vida: el amor, la familia, la felicidad, la paz y la libertad. Todo eso está ahí, englobado en una misma esencia.
¿Te resulta difícil encontrar tiempo para el amor y las relaciones debido a tu carrera?
No, no lo creo. Como decía mi abuela Charo: Siempre hay un roto para un descosido. Pienso que la vida está para vivirla y dejar que las cosas fluyan. Es cierto que vivimos en tiempos en los que mucha gente es individualista, vivimos deprisa y queremos hacer lo que nos da la gana. Pero a mí me parece bien, cada uno tiene su camino. Por mi parte, intento centrarme en mi trabajo, y desde ahí que todo lo demás surja de manera natural. Cuando llegue la persona adecuada, será el momento. No me interesa estar con 20.000 novias y separarme cada año; prefiero esperar a que llegue la indicada, casarme y ya está.
El artista granadino sigue conquistando corazones con su tercer álbum, Azabache. Un trabajo profundamente flamenco que fusiona la esencia más auténtica de la casa Morente con nuevos matices sonoros. Compuesto junto a su madre, Aurora Carbonell, este disco representa un homenaje a sus raíces y una mirada al futuro del género. Presentado en exclusiva en 2024 en el Auditorio Manuel de Falla de Granada y el Teatro Albéniz de Madrid, ha sido un rotundo éxito que marca un nuevo capítulo en la carrera del cantaor.
¿Qué significa para ti la palabra Azabache y por qué la elegiste como título de tu disco?
Azabache es el color favorito de mi madre, y como ella estuvo tan involucrada en este disco, me pareció un homenaje perfecto. Es un color muy flamenco, y además tiene un significado especial como amuleto. Para mí, Azabache representa mis raíces, mi familia y mi conexión con el flamenco.
El single Adiquerala tiene una historia romántica y poética detrás. ¿De dónde surgió la inspiración para esta bulería?
La inspiración vino de mi madre. Ella tiene un alma muy flamenca y gitana, y siempre ha sido una fuente de letras preciosas. Estábamos en casa, en ese ambiente cálido y familiar, y empecé a trabajar en esa letra. Adiquerala cuenta una historia muy bonita: la de una gitana de ojos verdes que va a la fuente, una narración llena de romanticismo y esencia flamenca. Es una canción que mezcla tradición y poesía, y creo que conecta con el corazón de quien la escucha.
Si tuvieras que elegir un momento del proceso creativo que resumiera la esencia del disco, ¿cuál sería y por qué?
Me quedo con la grabación de la malagueña junto a mi padre. En la canción suena su voz detrás de la mía, y eso le da un toque mágico. Es la segunda vez que grabo una malagueña con su voz y, sinceramente, escucharme junto a él fue algo muy emocionante. Fue un momento de conexión profunda, un homenaje a su legado y a todo lo que me ha enseñado.
Has dicho que Azabache es tu trabajo más personal y valiente hasta la fecha. ¿Qué desafíos enfrentaste al abrirte de esta manera en tu música?
Azabache es mi tercer disco y, a diferencia del anterior, que era más moderno y con proyección digital, este supone un regreso a mis raíces. En el anterior quise experimentar con sonidos electrónicos y contemporáneos, pero con Azabache decidí dar un paso atrás para conectar con mi esencia como cantaor flamenco. El desafío fue hacer algo más clásico, más sencillo, pero también más auténtico. Quise construir este disco desde los cimientos, con calma, y creo que eso se refleja en el resultado.
¿Qué esperas que el público sienta al escuchar este disco?
Espero que disfruten de un disco flamenco diverso, con momentos apretados y otros más ligeros, pero siempre auténtico. Quiero que sientan la emoción, la diversión y las raíces que lo inspiran, y que lo encuentren como un reflejo del flamenco actual y de mi esencia como artista.
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