Uno de los secretos de las novelas turcas es su capacidad para mezclar en sus tramas el dolor y el amor. Ese ha sido uno de los factores que han llevado a Hermanos a convertirse en un fenómeno global. Los seguidores se han reunido en torno a la pantalla para despedirse de la serie y de los personajes a los que han sentido como parte de sus seres queridos durante más dos de años y cuatro temporadas. Después de tanto sufrimiento y sacrificio, entre lágrimas de emoción, la ficción culminaba con una nueva y feliz vida para Ömer y Emel: él, casado con Süsen y siendo padres de una niña; y ella, como una joven escritora que presentaba públicamente una novela donde recoge la historia, unas veces dramática y otras alegre, de la familia Eren.
A ese libro lo llamaba Kardeşlerim, que, precisamente, significa hermanos, palabra que ha dado nombre al título de la serie, cerrando así el círculo. Y, justamente, es esta novela la que ha servido de nexo de unión entre esta ficción con otras dos telenovelas turcas, que también han sido grandes éxitos en nuestro país y a nivel mundial: Mujer y Erkenci Kuş: pájaro soñador. Todas ellas tienen en común que el desenlace de la historia culmina con la presentación de una obra literaria que refleja la trama personal de los protagonistas.
En el caso de Mujer, Bahar, a quien daba vida Özge Özpirinçci, se convertía en una gran escritora con Kadin, un libro que, curiosamente, también daba nombre a la ficción. En su novela autobiográfica relataba la historia de dolor, lucha y empoderamiento de una joven madre que era abandonada por su esposo Sarp (Caner Cindoruk), a quien creyó muerto. Se transformaba en una madre coraje que peleaba contra viento y marea para sacar adelante a sus dos hijos pequeños, Nisan y Doruk, frente a las adversidades que la vida les iba poniendo en el camino.
Esa obra cambiaba la vida de la protagonista para siempre, otorgándole no solo la fama internacional, sino también la estabilidad económica que tanto había peleado. Los seguidores de la serie no habrán podido olvidar el momento en el que Bahar presenta el libro junto a sus hijos con un potente discurso, mientras en la pantalla vemos sobreimpresa la dedicatoria: "Esta historia está dedicada a las mujeres que no se rinden y a los hombres cuyo corazón está lleno de amor".
Erkenci Kuş llegaba a nuestro país como un huracán y desataba la locura por Can Yaman, a quien descubríamos en España con esta comedia romántica. El apasionado romance entre Can Divit y Sanem Aydın, interpretada por Demet Özdemir, conectaba con la audiencia desde el primer instante. A diferencia de las otras dos ficciones, en esta ocasión, la novela no se presentaba para cerrar la historia, sino como inicio de la segunda temporada, tratando de dar explicación a lo que había sucedido entre los enamorados desde el momento donde les dejamos al final de la primera entrega.
En El Fénix y el albatros, la joven usaba como figuras literarias a estas dos aves. En ella, narraba la historia de su búsqueda del albatros, que simbolizaba a su amado Can Divit, mientras que el ave fénix era una representación de ella misma, quien se hundía en las cenizas de la locura por el abandono del hombre al que amaba, pero que lograba alzar el vuelo para sobrevivir y salir adelante. Tal fue el éxito de la serie que la novela llegaba comercializarse en la vida real. De esta forma, las tres series mantienen un vínculo común: un libro que recoge la vida, el amor y el drama de sus protagonistas, reflejando sus historias de superación y empoderamiento