En los bosques tropicales de América Latina crece una de las flores más codiciadas por los amantes del exotismo en el mundo vegetal. Se trata de la psychotria elata, una planta increíblemente efímera que modifica su estructura para atraer a los colibríes y a las mariposas. En realidad, sus exuberantes labios rojos son dos brácteas (hojas que nacen del pedúnculo de las flores) que sirven para atraer a los polinizadores y proteger a las verdaderas flores, escondidas en su interior. Sin embargo, no es la única flor extraordinariamente extraña de la zona. En estas líneas, tres ejemplares de calceolaria uniflora. Originaria de Tierra de Fuego, capaz de sobrevivir en climas extremos, fue descubierta por Charles Darwin en los años 30 del siglo XIX.
'¡Cuidado con la flor: muerde! así es la Nepenthes Rajah, una planta carnívora gigante
En los bosques de Borneo, a unos 3.000 metros de altura, crece la nepenthes rajah, una planta carnívora, conocida como 'la Gigante' por su tamaño (unos 40 centímetros de alto por 20 de ancho) y voraz apetito. No solo atrae a insectos, sino que también puede ser una trampa mortífera para pequeños reptiles, como lagartijas, en casos extremos.
La exótica orquídea que se disputa el puesto de la flor más bella del mundo
Aunque se considera que la rosa es la flor más bella del planeta, los orquideólogos reivindican la presencia de las orquídeas en el pódium de la belleza floral. No es una decisión fácil, porque hay alrededor de 20.000 especies divididas en 800 géneros. En la imagen, la coelogyne mayeriana, una de las apreciadas desde que se descubrió, en 1877.
El cambio de colores de los árboles en Japón, uno de los más grandes espectáculos de la Naturaleza
Los japoneses tienen una palabra para definir los colores de los árboles en otoño: 'koyo'. Los tonos cambiantes de las hojas antes de caer son muy apreciados en el país del sol naciente por su belleza y su profundo significado cultural. La transformación anual del paisaje atrae a multitud de turistas que recorren parques, montañas y jardines de templos para admirar hipnotizados este regalo de la naturaleza. Las ciudades de Tokio y Kioto atraen a muchos visitantes por sus famosos miradores de «koyo». Allí los árboles exhiben tonalidades impresionantes: mientras que las hojas del ginkgo lucen de amarillo chillón, en el parque costero de Hitachi, unas 40.000 plantas de kochia se vuelven de un rojo especial, creando una vista única.