Una nueva vida ha conquistado el corazón de la audiencia y se ha convertido en un fenómeno a nivel global. El tormentoso romance entre Ferit y Seyran, interpretados por Afra Saraçoğlu y Mert Ramazan Demir, tiene atrapado al público, que vive en vilo preguntándose qué camino tomará la relación entre los dos jóvenes: si llegará a buen puerto o si, por el contrario, se dirán adiós para siempre. Este tira y afloja es uno de los ingredientes que nos mantienen pegados a la pantalla, pero no es el único. Son muchos los factores que han llevado a esta serie a lo más alto, pero... ¿sabes cuál es el secreto del éxito de la ficción para sus protagonistas? Ellos mismos lo desvelan.
Afra lo tiene claro: "Seyran y Ferit no solo tienen una relación de idas y venidas, sino que son dos jóvenes que crecen ante nuestros ojos", comentaba en una entrevista con ELLE Turquía. Esto supone un atractivo especial para los espectadores que ven cómo los protagonistas y su historia van evolucionando capítulo a capítulo. Dada su edad e inexperiencia se equivocan en muchas ocasiones, pero eso les hace más humanos. "Su juventud, los errores que cometen, su comportamiento áspero cuando se aman y, al mismo tiempo, cómo se quieren de una manera muy inocente, hace que los personajes sean más reales", proseguía explicando.
La protagonista de La señora Fazilet y sus hijas, de 26 años, no duda al asegurar que, desde su punto de vista, "lo que realmente atrapa al público es esta realidad", que pueden sentirse identificados con ellos. La verdad de los personajes es lo que los hace tan auténticos y una de las cualidades que Saraçoğlu destaca de Seyran es su fortaleza. "Es la segunda hija de una familia de Antep que ha tenido una vida difícil pero, a pesar de todo, se mantiene desafiante", ha contado en una entrevista con Antena 3, canal que emite Una nueva vida en España.
En la ficción, la joven no solo tiene una complicada relación con Ferit, con quien la obligan a casarse, sino que la que mantiene con su padre es aún más difícil, "prácticamente sin apoyos y llena de altibajos". La muchacha, junto con su hermana Suna y su madre, son víctimas de maltrato por parte del cabeza de familia, lo que que enseguida empaticemos con ellas, sobre todo al ver cómo el dolor y el amor se mezclan en la vida de una chica de 20 años.
Afra, quien reconoce que le encantan los desafíos, ha dejado lo mejor de sí misma en este personaje, pero también se ha llevado algo de él a cambio: "obtuve control de la ira y calma. Seyran me enseñó a no preocuparme. Estoy muy contenta con este papel y espero que continúe durante muchas temporadas", aseguraba en Gazetemagazin.
Por su parte, para Mert Ramazan Demir, uno de los aspectos más atractivos de interpretar a Ferit es su visión optimista de la vida. Su personaje tiene una firme creencia en su capacidad para lograr todo lo que quiere: "él piensa que puede conseguir cualquier cosa que desee", ha explicado el protagonista de Şahmaran en una entrevista con Antena 3. Aunque también reconoce que las pretensiones de Ferit a menudo son demasiado ambiciosas, lo que genera complicaciones cuando sus sueños comienzan a desmoronarse. "Estas aspiraciones pueden llevarlo a situaciones difíciles", ha señalado.
En lo que respecta a su relación con los demás, Ferit es un niño rico malcriado que hace lo que quiere y "obliga a los demás a hacerlo, excepto a su abuelo, con quien tiene una relación más complicada”. A pesar de estar casado con Seyran, su personaje muestra una actitud desafiante, cede a las presiones familiares, pero no está dispuesto a renunciar a nada, ni siquiera a su relación con Pelin, quien hasta el momento de su boda había sido su novia.
Ferit Korhan tiene un punto canalla y cómico que, pese a que algunos de sus comportamientos son reprobables, consigue caer simpático y levantar pasiones. De entre todas las virtudes y defectos de su alter ego televisivo, si Mert tiene que decantarse por algo, lo que destacaría es su impulsividad: "Ferit actúa según lo que le pasa por la mente, sin pensar demasiado en las consecuencias", lo que puede resultar divertido, pero... también arriesgado.