Como leyenda indiscutible de la música y reina del country, ha actuado ante millones de personas en todo el mundo. Por eso, escuchar a Dolly Parton interpretar de manera privada uno de sus temas en su estudio de Nashville es un sueño hecho realidad. Sentada muy cerca de nosotros, la estrella entona una de sus canciones más festivas, Bubbling Over. "Me considero una persona alegre. De niña, me gustaba divertirme y comprobar qué había ahí fuera. Siempre fui curiosa y algo alborotadora, una de esas niñas a las que nada les bastaba. Quería ver más, hacer más, ser más. Solía perseguir mariposas por el bosque y perderme", nos cuenta Dolly, que creció en la montañas Great Smoky, de Tennessee. "Una de mis grandes canciones, un éxito número uno que escribí hace 50 años, fue Love is Like a Butterfly. A lo largo de los años, ha sido mi emblema, y en Dollywood, mi parque temático, la 'w' es una mariposa".
Matrimonio feliz
Aunque las mantiene cubiertas bajo los ostentosos trajes que luce en los escenarios, la superestrella tiene tatuadas mariposas por todo el cuerpo. "Empecé a hacerme algunos tatuajes para tapar algunas cicatrices", confiesa, aludiendo a sus intervenciones quirúrgicas. Eternamente joven y célebre por su gran melena rubia, asegura que, a sus 78 años, disfruta de poder llevar una vida privada y discreta: "Parezco una muñeca fiestera, pero, cuando no trabajo, soy hogareña. Me encanta estar en casa, cocinar, leer y hacer pequeñas cosas y rutinas femeninas". "Mi marido y yo siempre hemos disfrutado el uno del otro", añade. "Adoro pasar tiempo con él. Tenemos una pequeña autocaravana con la que nos gusta viajar, sobre todo por Tennessee. Hemos recorrido todo el país en ella".
Dolly, que pronto celebrará su 60 aniversario de boda —se casó con Carl Dean cuando ella tenía 20 años y él, 23—, afirma que el respeto mutuo y el sentido del humor son algunos de los ingredientes secretos de su feliz matrimonio. Ella acepta la decisión de su marido de apartarse de los focos y explica el motivo de mantener su imagen pública separada de su vida personal. "A él nunca le ha gustado salir a cenar y todas esas cosas. Y aunque a mí me encanta pasar una velada agradable con los amigos y divertirme, me pareció natural mantener mi vida personal en privado", dice. Aunque su relación ha resistido la presión de la fama, Dolly admite que ha habido algún que otro bache en el camino. Uno de sus mayores éxitos, Jolene, sobre una seductora mujer pelirroja a la que le suplica que no se lleve a su hombre, está basado en un incidente en la vida real: "Ella era una chica muy guapa, que trabajaba en el banco en el que mi marido pasaba más tiempo del que yo consideraba necesario. Un día bajé a ingresar un dinero y lo encontré sentado en su escritorio. Le pregunté: 'Oye, ¿qué haces con esta chica tan guapa?'. Me dijo que estaba negociando un trato para poder adquirir un rodillo para su negocio de asfalto. Y le respondí: '¿No crees que deberías estar hablando del rodillo con alguno de estos chicos de piernas peludas?'. En la canción, solo cambié el nombre de la chica para proteger al culpable".
Con un patrimonio estimado de 650 millones de dólares y 100 millones de discos vendidos en todo el mundo, la intérprete de 9 to 5, que creció como una más de doce hermanos, en una cabaña de dos habitaciones, nunca ha olvidado sus raíces. Su cada vez más grande familia de hermanos, sobrinos y sobrinas es su prioridad. "¿También entretiene a sus amigos famosos en casa?", le preguntamos. "No", contesta riendo. "La mayoría de las veces entretengo solamente a mi familia más cercana y a mis amigos íntimos. Suelo ir a las casas de los músicos 'country' cuando me invitan, pero no me codeo con muchas estrellas. Me llevo bien con varias, pero no puedo decir que me junte con ellas". Hace una pausa y añade: "Estoy más unida a Miley Cyrus que a cualquiera de las otras", continúa Dolly, refiriéndose a su ahijada, con quien colaboró en una nueva versión del éxito de Miley Wrecking Ball, para su álbum Rockstar, y apareció como estrella invitada en la serie de televisión de Miley, Hannah Montana. "Somos una familia unida y nos gusta divertirnos", dice Dolly, que no tiene hijos.
La reina Isabel II
"Tengo una casa grande y varias mesas espaciosas, así que podemos relajarnos en cualquier espacio. Todo el mundo se reúne en el comedor y la cocina, donde suelen acabar las mujeres". Y añade: "Mi hermana Rachel y yo hemos sacado un nuevo libro de cocina, 'Good Lookin’ Cookin'', con muchas de las recetas que solíamos cocinar en casa. Siempre preparábamos las de nuestra madre, tías y abuelas. Somos una gran familia a la que nos gusta comer, con grandes comilones, así que hay que darles de comer a todos. La Navidad y los días de Acción de Gracias y de Pascua son ocasiones especiales para nosotros". "También me encanta Halloween. Me gusta decorar la casa de forma divertida, sobre todo el exterior, aunque también en el interior coloco mis pequeñas calabazas y cuelgo adornos divertidos. Me gusta que la casa luzca bonita y, en las fiestas navideñas, coloco un árbol en cada habitación".
Puede que prefiera mantener ciertos aspectos de su vida privada en secreto, pero, como miembro de la realeza del country, Dolly también conoció a la Reina Isabel II durante la gira que hizo Su Majestad por el Reino Unido para celebrar su Jubileo de Plata, en 1977. La cantante guarda con orgullo una foto enmarcada del momento en que se encontraron entre bastidores en el King’s Theatre, de Glasgow, donde ella actuaba. Años más tarde, en el Jubileo de Platino de Isabel II, en 2022, Dolly apareció por videoconferencia en la fiesta celebrada en palacio para enviarle un sentido mensaje a la monarca: "Solo quería darle las gracias por ser tan maravillosa. Eres más que perlas y más que platino. Has sido un diamante brillante en este mundo durante mucho tiempo y todo el mundo te quiere. Yo también te querré siempre".
Legión de admiradores
Este tipo de reuniones especiales merecen que se abran unas cuantas botellas de burbujas y Dolly tiene el acompañamiento perfecto. Su símbolo de la mariposa aparece también en su nueva y emocionante aventura: las botellas de su colección Dolly Wines, que incluye un rosado francés y un prosecco tan efervescente como la propia artista. "Me identifico con el vino espumoso", afirma riendo, para acto seguido añadir: "La gente me decía que debería tener mi propio vino y supongo que mi música me ha llevado a un lugar donde poder hacerlo realidad. Estoy muy orgullosa y emocionada por ello".
Ahora, su creciente legión de admiradores espera que regrese al Festival de Glanstobury el próximo verano. "Fue uno de los grandes momentos de toda mi carrera. En su día, no estaba segura de hacerlo, porque conozco este tipo de festivales. A la gente que acude le gusta beber y divertirse, y me preguntaba si me escucharían mientras cantaba. Estaba hecha un manojo de nervios entre bastidores, con todo ese torbellino de gente ahí fuera. Pero fue uno de los mejores shows de mi carrera", recuerda. Y añade: "Disfrutaban conmigo cuando tocábamos las canciones más alegres, y cuando contaba historias, se quedaban callados". ¿Volverás, entonces, al famoso escenario? "¿Quién sabe? Todo es posible", sonríe. No hay duda de ello: si Dolly Parton se postulara para presidenta, ¡se ganaría los corazones de todos ustedes!