Ha sido una semana llena de emociones para Jorge Martín. Tras proclamarse campeón del mundo de MotoGP el pasado domingo, el piloto se ha convertido en el gran protagonista de esta semana… aunque, en esta ocasión, por motivos ajenos a su último hito en el plano deportivo.
Tal y como explicaba ayer David Broncano, estaba previsto que estuviese en su programa, La Revuelta… pero “más o menos media hora antes de empezar a grabar, nos han dicho que en El Hormiguero se han enterado de que hoy venía aquí y como en teoría la semana que viene iba allí, ellos, no quieren que nadie venga aquí antes”.
Una revelación que ha desatado la polémica, puesto que, desde hace tiempo, es muy comentada la ‘rivalidad’ que existiría entre el espacio conducido por Broncano y el liderado por Pablo Motos.
Desde El Hormiguero, han emitido un comunicado explicando que se trata de “un malentendido sin mayor importancia” y que “dos semanas antes de la final, habíamos acordado contar en exclusiva con Jorge Martín en nuestro programa. Hoy uno de sus representantes ha cometido un error al cambiar la visita que tenían programada con otro piloto”.
"Todavía no me lo creo del todo"
¡HOLA! tuvo la oportunidad de acompañar a Jorge en el Gran Premio Solidario Motul de Barcelona, esa carrera decisiva en la que hizo historia al convertirse en el quinto español -junto a Álex Crivillé, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Joan Mir- en llegar a lo más alto del pódium.
Como puede verse en las páginas de nuestra revista, entramos con su familia y su novia, María Monfort, en el box, desde donde seguían, con atención, muchos nervios y emoción -de hecho, María no pudo contener las lágrimas-, esa competición en la que se jugaba ‘todo’. Y en cuanto el piloto logró la victoria, comenzó la gran celebración: “Un momento superemotivo”, en palabras de la influencer.
“Estoy muy emocionada”, nos detallaba. “Jorge y yo no paramos de decir que no nos despierten de este sueño”.
Apenas unas horas después de su gran logro, era el propio deportista quien nos confesaba: “Me siento totalmente feliz y todavía sin creérmelo del todo…”. “Aunque es verdad que creo que seré más consciente pasados un par de días. Ahora quiero estar muy centrado en el inicio con mi nuevo equipo”, añadía.
El sueño de 'Martinator'
A sus 26 años, el niño de San Sebastián de los Reyes que se perdía entre las páginas de las revistas Motociclismo y Solo Moto ha tocado el cielo. Lo llevaba en sus venas. Su padre, Ángel Martín, le transmitió ese nervio por estar encima de la moto, y pronto supo ver que su hijo -al que llama ‘Martinator’- había nacido para estar en los circuitos. Aunque la travesía para llegar a lo más alto no fue sencilla.
“Todos hemos sacrificado mucho. Todo lo que ganábamos se iba a las motos. Nos olvidamos de las vacaciones para poder pagarle los neumáticos”, explicababa su madre, Susana Almoguera, al diario El País.
El pequeño Jorge tenía un gran talento, pero, en un mundo como el del motor, con eso no basta. Se necesitaba también una gran inversión económica a la que sus padres no podían hacer frente. Por eso supo, desde bien temprano, que sólo con la victoria podía cubrir los gastos… y aquello, quizá, también ayudó a forjar ese espíritu competitivo y de sacrificio –“el seguir luchando, el no rendirse nunca, así ha sido toda la vida”, como decía en dicho periódico-, que le caracteriza.
Por más dolorosa que fuese la caída, la derrota nunca ha sido una opción sobre la mesa. Su tercera carrera como piloto de MotoGP, en el GP de Portugal de 2021, se saldó con siete huesos rotos y varias operaciones. Y con el cuerpo ‘lleno de hierros’, volvió a levantarse, para resurgir con más fuerza y ganar el GP de Esteria meses más tarde.
“Me he acordado de todas las horas extras de mi padre, de los macarrones de mamá en la furgoneta, de las abuelas y el abuelo Ángel, que han podido vivir esto. También del abuelo Rafa, que desafortunadamente ya no está aquí pero seguro que lo ha visto desde el cielo”, declaraba el flamante campeón, el pasado fin de semana. Porque, como él mismo reconocía, no ha tenido “un camino fácil, nunca, ni yo ni los míos, pero nadie dijo que los sueños son fáciles de conseguir”. Y ahora puede decir que saborea el éxito que, con tanto sacrificio, ha conseguido.