Jorge Javier Vázquez, actual conductor de Gran Hermano, se ha abierto en canal en el blog que escribe en la revista Lecturas, en el que ha confesado una de las decisiones más difíciles de su vida, pero de la que está muy orgulloso: dejar el alcohol. A sus 54 años, el presentador ha superado varios problemas de salud que le obligaron a aparcar sus compromisos profesionales. Ahora, explica sin tapujos el porqué de su determinación: “No me gustaría volver a lo de antes: resacas, estados de ánimo cambiantes, energías bajas. He bebido mucho durante muchos años de mi vida. Para evadirme, para salir por la noche, para no pensar. Por no estar conforme con mi trabajo. Con mi realidad. Conmigo mismo".
La importante ayuda de su psicóloga
El conductor de programas como Sálvame o Supervivientes, agradece la importante ayuda que le ha brindado los consejos de su psicóloga: “Cuando mi psicóloga me dijo que tenía que dejar de lado el alcohol me resistí muchísimo. Fue en vano. Pese a que intenté negociar, no dio su brazo a torcer: abstinencia total", le insistió rotunda su psicóloga.
El catalán continúa explicando que en esta nueva etapa de su vida ha descubierto: "Emociones y sentimientos que estaban dormidos o anestesiados: no hace falta beber para sentirse bien, para vivir momentos de euforia o felicidad, aunque dejar de beber implique enfrentarse a pelo a momentos tristes y de infelicidad".
Vázquez, que también ha probado con éxito su faceta de actor, explica que al llegar a una cena y dices que: "No quieres una copa de vino, siempre hay alguien que suelta lo de 'venga, va, solo una'. Y te contienes, pero te dan ganas de contarle que no solo te tomarías una sino media docena, y que bastante te cuesta no aceptarla como para que venga un brasas a recordarte que ya no bebes porque no lo controlas".
Muy contento con su nueva vida
Vázquez acaba explicando en su blog que “Estoy muy contento de llevar una vida sin alcohol. Lo escribo pensando en todos aquellos que piensan que no es posible una existencia plena sin el correspondiente copazo. Nunca antes me había sentido tan cómodo conmigo mismo. He aprendido a relativizar porque por fin estoy empezando a descubrir lo esencial. No beber conlleva también algo importantísimo: dejar de hacerte daño".