Rafa Nadal se despidió del tenis como una leyenda. El tenista balear pronunció un discurso que hizo llorar a todos los presentes después de que España cayera eliminada ante Holanda en los cuartos de final de la Copa Davis. El campeón de 22 títulos Grand Slam puso fin a su carrera con 38 años siendo uno de los deportistas más queridos del mundo y así se lo demostró su afición después de que jugara su último partido.
'Mi cuerpo me dice que no quiere jugar más'
"Buenas noches a todos. Las gracias las tengo que dar yo a tanta gente. Es difícil empezar. Empiezo por los que están aquí. Gracias a todos vosotros, el público de Málaga. Sinceramente, han sido veinte años de carrera profesional en los que me habéis llevado en volandas. En los momentos buenos me ayudabais a ganar el siguiente punto y en los malos me ayudabais a seguir peleando. Me he sentido un superafortunado por sentir tanto cariño alrededor del mundo, especialmente aquí en España", comenzó un emocionado Rafa Nadal sobre la pista del palacio de los deportes Martín Carpena de Málaga.
"Quiero continuar felicitando al equipo de Holanda. Buen juego. Y quiero agradecer a todo el equipo español. Me habéis permitido la ilusión que tenía de jugar otra vez la Copa Davis. Sinceramente, he dado lo que tenía y quiero agradecer el apoyo. No ha salido como todos hubiésemos querido. Mis últimos días como profesional los he pasado en equipo. Ha sido un increíble privilegio y un honor. Mil gracias equipo. Ahora os toca a vosotros. La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. No estoy cansado de jugar al tenis, pero mi cuerpo ha llegado a un momento que no quiere jugar más a tenis. Me siento un privilegiado de hacer esta carrera más larga de lo que hubiera imaginado", continuó poniendo el vello de punta a todo el que le escuchaba.
Su familia rompía a llorar. Su hermana Maribel se mostraba muy emocionada al escuchar las emocionantes palabras de Rafa. Su esposa, Mery Perelló, con su hijo Rafa Jr. en brazos, que con dos años fue testigo de su adiós; sus padres Ana María Parera y Sebastián Nadal, e incluso Carolina Cerezuela, la esposa de Carlos Moyá, entrenador de Rafa Nadal. Nadie pudo evitar las lágrimas. El tenista manacorí conmovió al mundo entero con su discurso.
'Habéis contado mi historia que ha sido preciosa'
"Gracias a la familia, equipos, amigos… no quiero personalizar. Habéis sido una parte inolvidable de mí, día a día, durante todos estos años. Creo que en la continuidad manteniendo a la gente que me quiere. Eso me ha llevado en llevar una relación personal con todos vosotros", prosiguió. Y continuó provocando un nudo en la garganta con sus palabras, sin olvidarse de nadie, ni de la Federación, ni los sponsors, ni de los periodistas. "No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Me habéis acompañado por todo el mundo. Me habéis tratado genial la mayoría de las veces. Me he sentido muy bien tratado y siempre ha habido una relación de trabajo, aprecio mucho la manera en la que me habéis tratado y que hayáis podido contar al mundo una historia preciosa, con momentos malos, pero la realidad es que la mayoría han sido buenos e inolvidables. Gracias por también haber sido parte de mi historia", destacó el vencedor de 22 títulos de Grand Slam.
"A toda la industria del deporte. A todos los que hacéis que este deporte esté en la cima del mundo. Sigue moviendo a masas. Y os animo a continuar con este camino. Me voy a retirar del tenis profesional, pero sigo estando aquí para cualquier cosa. Espero ser un buen embajador para el tenis. He intentado hacerlo desde el respeto, la humildad, el valorar todas las cosas buenas que me han ido pasando. He intentado ser buena persona, espero que así lo hayáis percibido", añadió conmovido.
'Lo que venga en el futuro será más fácil de llevar'
"Me voy de este mundo sintiendo que he encontrado muchos amigos en el camino, tanta gente a la que agradecería, torneos. Es difícil acordarme de todos. Me voy con la tranquilidad de que he dejado un legado como realmente lo siento, no solo deportivo, también personal. Entiendo que el cariño que recibo, si fuese solo por lo que hay en la pista, no sería el mismo. Agradecer a mi familia, que no me ha fallado nunca. Ha estado cuando las cosas parecían imposibles, cuando iba bien me han mantenido con los pies en el suelo. Lo que venga en el futuro será más fácil de llevar. Todos los cambios llevan un proceso de adaptación, y estoy tranquilo porque he recibido una educación que me permite afrontar lo que viene con tranquilidad, tengo una gran familia alrededor que me ayuda en todo lo que necesito diariamente", reveló.
"Los títulos, los números están ahí, la gente lo sabe, pero el modo en el que me gustaría que se me recordase es como una buena persona de un pequeño pueblo en Mallorca que ha tenido la suerte de tener un tío que era entrenador de tenis cuando era pequeño y una gran familia que me ha apoyado en todo momento. Un niño que ha seguido sus sueños, que ha trabajado lo más duro posible para ser lo que soy hoy. Hay gente que lo intenta, pero yo soy un afortunado porque la vida me ha dado la oportunidad de vivir cosas inolvidables gracias al tenis. He conseguido mucho más de lo que soñaba", pronunció el 14 veces campeón de Roland Garros.
Y llegó el momento de despedirse. "Mil gracias por haberos quedado hasta el final, significa mucho para mí haberme podido despedir en España, en Málaga, en este caso. Estoy más que feliz y agradecido por todo. Me he olvidado antes de mis grandes rivales, me han empujado a tener una carrera mucho más larga y exitosa que habría tenido sin ellos. Les agradezco haber compartido tanto juntos. Me despido como tenista profesional, espero que la persona siga aquí mucho tiempo. Muchas gracias a todos", finalizó mientras el público coreaba su nombre y Nadal se despedía conmocionado y con los brazos en alto en señal de despedida. Inolvidable ha sido el último aplauso de su afición antes de partir ilusionado hacia su nueva vida. Gracias Rafa.