Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. En este caso, detrás de una gran artista, está ella: Alba Melendo. O lo que es lo mismo, cuando tu estilista te ama y se nota. Ella es la encargada de dar forma a los looks de artistas nacionales e internacionales como Bad Gyal, Karol G o la italiana Elodie...También ha vestido a Georgina Rodríguez, y ha llevado a cabo portadas protagonizadas por Kylie Jenner o Paris Hilton.
Creando estilos que no solo marcan tendencia, sino que se convierten en una extensión de la personalidad y la fuerza de los artistas sobre el escenario. La capacidad de Alba para fusionar la estética urbana con prendas de lujo, archivo o vintage, sin perder la esencia de cada uno, la ha posicionado como una de las estilistas más solicitadas del momento. Y no es para menos. En sus manos, no solo se ve bien a los artistas, sino que se sienten poderosas. ¡HOLA! habla con Alba Melendo y nos cuenta sus inicios en el mundo del estilismo, sus referentes, cómo es su proceso creativo y lo último que piden las grandes estrellas...De tú a tú con Alba Melendo.
Su trabajo, que abarca desde el estilismo editorial hasta el asesoramiento personalizado, refleja su profundo conocimiento de la moda y su capacidad para transformar la imagen de quien confía en su visión
-Alba, ¿qué te inspiró a cambiar del periodismo al estilismo?
-Hice periodismo en el CEU, y el cuarto año me fui a Milán, a la ‘Cattolica del Sacro Cuore’. Sabía que, aunque estaba estudiando periodismo, terminaría siendo estilista. Es lo que suele pasar en muchas casas, o en generaciones anteriores, que hasta que no terminas una carrera no están tranquilos, como si fueras a echar tu vida a perder. Cuando les dije que quería estudiar estilismo, imagínate… no les convencía en absoluto.
-¿Siempre habías tenido claro que querías dedicarte al mundo de la moda y el estilismo?
-Sí, desde que tengo catorce años. Mi pasión nació por John Galliano cuando estaba en Dior, en esos años 2000. Tenía un grupo de amigas, muchas de ellas se han dedicado al mundo de la moda, incluso una es la directora de Victoria Beckham. Nos encantaba la moda, comprábamos ropa juntas porque no teníamos dinero y siempre estábamos leyendo revistas. Esa fue también la época de Dolce & Gabbana, pero mi gran referente fue Galliano.
-¿Quiénes han sido o son tus referentes principales en el mundo de la moda?
-Galliano, Miuccia Prada, Rick Owens… mi universo está dividido, son muchos. Pero en la época en la que empecé, Victoria Beckham también fue un referente. De hecho, recuerdo que en uno de los primeros números de la revista Cuore vi a una modelo con unas Dior Ski y me las compré enseguida. Al principio fue una cuestión estética, pero cuando entendí que podía dedicarme a esto, me metí en periodismo, que al final era comunicación. Después hice un máster en el Instituto Marangoni en Milán, y poco a poco todo encajó.
-¿Te ha merecido la pena?
-Sí, definitivamente. Aunque en el camino siempre ha sido difícil. He tenido momentos de incertidumbre, pero ser freelance te obliga a aprovechar cada oportunidad. Ahora, con 18 años fuera de casa, me siento más centrada que nunca.
-Tu trabajo te ha permitido hacerte un nombre en la industria.
-Lo agradezco, pero no me lo creo. Siempre estoy pensando en qué más podemos hacer o en qué nuevos proyectos trabajar. Creo que nunca hay que dar por hecho que has llegado a un sitio, eso es lo bonito de esta profesión. Mi trabajo no es convencional; me encanta no tener una rutina diaria y enfrentarme siempre a proyectos nuevos. En un principio trabajaba más en el mundo editorial y de imagen, porque los editoriales de moda siguen siendo mi parte favorita, aunque no generen tanto dinero.
El proceso creativo
-¿Cómo es trabajar como estilista en una campaña de moda?
-Por ejemplo, con Carolina Herrera llevo más de cinco años. Siempre hablo con el director creativo del proyecto, quien me dice qué fotógrafo y modelo van a participar. A partir de ahí, elaboro los looks según lo que necesiten, ya sea para una campaña de gafas, bolsos o ropa. En los desfiles, las marcas ya tienen un equipo de celebrities, pero yo hago una selección de looks que luego se presentan a las artistas. Lo difícil es cuando los looks seleccionados no encajan con lo que la artista tiene en mente.
-¿Suelen ceder a lo que pides? ¿Cómo llegáis a un acuerdo?
-Depende. Cuando es una marca, generalmente respetan los códigos y la estética. Pero cuando es un cliente concreto, tengo en cuenta su perfil. Ahora mismo estoy trabajando con Bad Gyal, Karol G y Elodi... También he trabajado con Georgina Rodríguez y Chiara Ferragni. Hay artistas con las que trabajo diariamente y otras con las que curro para un videoclip o una gira en concreto.
-¿Cómo describirías tu proceso creativo al trabajar con artistas como Bad Gyal, Karol G o Georgina Rodríguez?
-Antes de empezar con el proceso, hacemos un ‘moodboard’ con nuestras ideas y las enviamos a la marca. A partir de ahí, la marca nos manda algunos diseños y vamos refinando los detalles: telas, colores, formas… Es un trabajo en equipo, aunque la gente no siempre es consciente de todo el proceso que conlleva. A veces se trata la moda de forma frívola, pero hay mucho más trabajo detrás de lo que parece.
-Por otro lado, hace unos días vestiste a Karol G en los Latin Grammy ¿Cuántos looks suelen llevar las artistas para estos eventos?
-Por lo general, tres looks: uno para la alfombra roja, otro para la actuación y un tercero más cómodo para cuando se sienten a ver las presentaciones. Por ejemplo, Bad Gyal llevaba un look de Atelier Versace para la presentación de su documental. Para Karol G en los Latin Grammy, trabajamos desde cero, comenzamos con los diseños, y tras muchas conversaciones con la marca y la artista, encontramos el look perfecto.
Su experiencia
-¿Qué cualidades consideras imprescindibles para ser un buen estilista?
-Es importante no tener miedo a empezar desde abajo, a mancharte las manos de barro. Antes, la moda era más elitista, pero hoy en día, el estilismo requiere de una buena comunicación y de saber adaptarte al cliente, sea una marca o una persona. Es fundamental tener una perspectiva abierta y no imponer tu visión, sino encontrar el equilibrio con lo que el cliente necesita. Yo empecé haciendo trabajos muy básicos, como abrir cajas en Vogue España, y de ahí aprendí cómo funciona todo el proceso.
-¿Cuáles han sido los mayores retos a los que te has enfrentado?
-El dinero siempre ha sido un reto. Es difícil que te paguen lo que realmente vales, y durante años tuve que apoyarme en mis padres. Pero nunca me rendí. Sabía que con esfuerzo y constancia, las oportunidades llegarían.
-¿Has tenido momentos de querer tirar la toalla?
-No, nunca. Siempre he confiado en que, aunque las oportunidades lleguen tarde, siempre vendrán si sigues trabajando.
La exclusividad está de moda
-¿Qué tendencias están marcando la diferencia en este momento?
-Ahora las artistas buscan exclusividad no solo en las colecciones actuales, sino en los archivos históricos de las marcas. Por ejemplo, prendas icónicas de los años 70 que raramente se permiten fuera de los museos o colecciones privadas. La exclusividad ahora está en los archivos, y esos vestidos son más caros que los nuevos.
-¿Qué consejo darías a alguien que sueña con ser estilista?
-Si tiene las posibilidades económicas, que se vaya fuera de España. Aprender idiomas y vivir en lugares como Milán o París es fundamental. La moda española es increíble, pero las oportunidades reales están fuera, donde se encuentran las conexiones y relaciones personales que marcan la diferencia.
-¿Alguna anécdota curiosa trabajando con artistas?
-Una de las más memorables fue cuando trabajé con Paris Hilton, que se vistió de Barbie. También recuerdo cuando hice un reportaje con Pamela Anderson. Fue fantástico. O cuando empecé hice un shooting con Lindsay Lohan, en Los Ángeles. Tengo muchas anécdotas (risas).