Cuando mira a los ojos y a la cara de ese niño, la emoción de Simoneta Gómez-Acebo es más que evidente. En ese pequeño ve el fiel reflejo de su añorado hermano Fernando, quien falleció el pasado 1 marzo a los 49 años en un hospital madrileño tras agravarse su estado de salud por la enfermedad pulmonar crónica que sufría.
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Por todo ello, la visita que la prima de Felipe VI ha recibido este sábado por la mañana en el rastrillo Nuevo Futuro no era como otra cualquiera. Ha sido un encuentro muy especial con su cuñada Nadia Halamandari y su sobrino Nicolás, algo que además se aprecia con claridad en las imágenes.
La aristócrata saludaba primero con dos cariñosos besos a la periodista griega, viuda de Fernando Gómez-Acebo y madre del pequeño de 8 años, para después fijar toda su atención en el jovencito con gran alegría y felicidad. Este, que también se mostraba encantado durante su estancia allí, abrazaba a su tía y se sentaba en su regazo.
Era entonces cuando se producía una escena verdaderamente conmovedora, en la que Simoneta apoyaba su cabeza sobre los hombros de Nicolás -estando solos- y su mirada de nostalgia lo decía todo. Muy posiblemente recordando a su familiar perdido, a la vez que lamentando el hecho de que ese niño se haya quedado tan pronto sin su padre (con el que además guarda un gran parecido físico).
En este sentido, Fernando adoraba a su retoño y estaban muy unidos, según contaron a ¡HOLA! personas de su entorno cuando este nos dejó. “Con él mantenía un vínculo muy fuerte y se mostraba muy orgulloso, ya que Nicolás es trilingüe de español, griego e inglés a la hora de hablar y escribir pese a su corta edad", señalaban.
Además, el hermano de Simoneta estaba ilusionado con la idea de que su vástago pudiera "jugar en el equipo infantil del Real Madrid, del que ambos eran seguidores”, añadían desde su circulo más cercano. De hecho, la afición de su hijo por el deporte rey se ha podido comprobar hoy durante al tradicional evento solidario, ya que este acudía vestido de corto con el uniforme y las botas de fútbol.
En la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles (Madrid), Nadia Halamandari aprovechaba también la ocasión para mirar los artículos que allí se venden y hacer algunas compras. Preguntada cómo se encuentra, aclaraba a la prensa que no habla bien el español, pero sí reconocía que aún le sigue costando el día a día ocho meses después de la muerte de Fernando.