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Conmoción en Italia por la muerte de una joven de 22 años tras hacerse una rinoplastia en una clínica que encontró en TikTok

La tragedia de Agata Margaret Spada ha puesto bajo el foco los riesgos de las intervenciones estéticas en centros publicitados en redes sociales


16 de noviembre de 2024 - 12:33 CET

Conmoción en Italia tras la muerte de Agata Margaret Spada, una joven de 22 años que perdía la vida tras una operación de estética en una clínica de Roma. Fue ella misma quien, ilusionada, contactó con el centro después de verlo anunciado en TikTok, pensando que había encontrado el lugar perfecto para acabar con un complejo que la había acompañado durante años. El centro, dirigido por el cirujano Marco Antonio Procopio, prometía resultados rápidos y económicos, una oferta que atrajo a Agata. Tras ahorrar para llevar a cabo el procedimiento, viajó a Roma desde Siracusa, su ciudad natal, acompañada de su pareja.

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La sencilla rinoplastia parecía estar al alcance de la mano. Un viaje nacional, 2.800 euros pagados en efectivo y, supuestamente, una remodelación de nariz en solo 20 minutos. La operación, que ni siquiera llegó a comenzar, tomó un giro dramático minutos después de administrarle la anestesia local. Agata comenzó a sufrir temblores, mareos y náuseas, entrando en coma poco después. Fue trasladada de urgencia al hospital Sant’Eugenio de Roma, donde, tras tres días de lucha sin respuesta, perdió la vida.

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Según las primeras investigaciones, la causa más probable de su fallecimiento sería un shock anafiláctico causado por la anestesia. Sin embargo, las circunstancias del caso han levantado numerosas sospechas. En la clínica no se encontraron documentos fundamentales como el historial médico de Agata ni el consentimiento informado, un requisito indispensable para cualquier intervención quirúrgica.

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Además, las autoridades han descubierto que el centro no contaba con la licencia necesaria para realizar operaciones invasivas, limitándose legalmente a tratamientos estéticos menores. Tampoco disponía de equipos ni personal adecuado para manejar emergencias como la que sufrió la joven.

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El caso ha provocado la apertura de una investigación por presunto homicidio imprudente contra el cirujano Marco Antonio Procopio y uno de sus colaboradores. Mientras tanto, la fiscalía espera los resultados de la autopsia y el análisis de la sustancia anestésica administrada a Agata para esclarecer las causas exactas de su muerte.

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El novio de la víctima, quien estuvo presente durante toda la operación, ha aportado vídeos grabados en el quirófano que podrían ser clave para reconstruir lo sucedido. “La instalación debería haber ofrecido garantías”, declaró el abogado de la familia, quien también señaló el inmenso dolor que atraviesan los seres queridos de Agata.

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El caso de esta joven ha puesto en el punto de mira el creciente fenómeno de las clínicas que se promocionan a través de redes sociales como TikTok, a menudo ofreciendo precios atractivos pero con estándares de seguridad cuestionables. La tragedia de Agata ha servido como un recordatorio de los riesgos que puede implicar confiar en intervenciones quirúrgicas sin verificar  la reputación y certificaciones de los centros médicos.

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