La leyenda de Ilia Topuria no deja de crecer. Su reciente victoria contra el estadounidense Max Holloway lo ha coronado como el rey indiscutible de la UFC en la categoría de peso pluma y le ha permitido conservar el cinturón que acredita esta hazaña que logra por segunda vez consecutiva en el mismo año. No solo su pelea ha dado la vuelta al mundo, también lo ha hecho el espontáneo beso que le dio en la cabeza a Juan Carlos I, quien le apoyó a escasos metros del octógono en el Etihad Arena de Abu Dabi. De ese efusivo gesto con el anterior monarca ha hablado por primera vez durante su visita a El Hormiguero.
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"La verdad es que fue un momento de tanta emoción... Antes de salir al combate me dijeron, 'mira está el Rey ahí, hay un protocolo, te tienes que dirigir a él como su majestad'. Yo salté del octógono, le vi y le dije que si podía darle un beso. Me hizo así (gesto de asentir y bajar la cabeza). Creo que pensó, a ver si este loco me da un beso donde no debe y la liamos aquí..", ha dicho recordando con humor la anécdota. Además de don Juan Carlos, también estaban presentes en el combate Felipe de Marichalar, Sergio Ramos, Omar Montes, Marta Díaz, Laura Escanes y Violeta Mangriñán.
En esos instantes en los que acababa de derribar a su contrincante, Topuria ha asegurado que no puede explicar la inmensa felicidad que sintió. "Nunca consigo la palabra que lo describa porque no se puede describir ese nivel de felicidad que uno siente. Es algo inigualable", ha reconocido. Es la recompensa al esfuerzo, al trabajo y el broche de oro a un 2024 inmejorable en todos los aspectos. Y es que además de grabar su nombre en oro en el deporte, en julio dio la bienvenida a su primera hija en común con la empresaria e influencer Giorgina Uzcategui (ya era padre de un niño de una relación anterior).
Ilia Topuria pretende inspirar a nuevas generaciones y demostrar que no hay límites y que las barreras están para derribarlas. "De pequeño no era nada talentoso y siempre estaba constipado y flaco. Nadie podía imaginar que pudiera convertirme en campeón del mundo", ha reconocido. Comenzó a entrenar con su hermano, que siempre ganaba, y a su familia les daba tanta pena que siempre le ofrecían apuntarse a otras cosas como clases de piano. Pero él nunca se rindió porque desde que el deporte entró a su vida empezó "a soñar a lo grande".
Recuerda que gracias a su padre se produjo el primer punto de inflexión. Y es que ambos empezaron a fantasear con que Ilia llegaría lejos. "Me dijo que iba a revolucionar el deporte. Me hizo creer en mí y es algo muy valioso", ha confesado. Aquellos sueños no solo se han hecho realidad, sino que han superado todos los límites. Ahora afronta cada asalto con gran disciplina, un riguroso estudio del contrincante y con un lema con el que deja claro que para él no hay nada imposible: "Si alguien lo ha hecho, yo también lo haré; y si nadie lo ha hecho, seré el primero en hacerlo".