Este próximo sábado, Madrid se convierte por primera vez en la sede oficial de Eurovisión Junior, un certamen que despierta ilusiones en los pequeños talentos de toda Europa. Este año nuestro país estará representado por Chloe de la Rosa, una extremeña de 11 años que interpretará Como la Lola acompañada por sus bailarinas Ilinca, Laia, María y Amy, Chloe. Extrovertida y muy divertida, Chloe ha logrado meterse a todos los eurofans en el bolsillo conectando con las cámaras y el público con la misma energía que otros niños prodigio que marcaron historia en Eurovisión Junior como María Isabel, Antonio José o Dani Fernández, quienes continuaron cosechando éxitos tras su paso por el concurso. Sin embargo hubo uno, el primero que representó a España a este certamen hace ya veinte años del que poco o nada se ha sabido hasta ahora y cuya actuación se grabó en la memoria colectiva de toda una generación y marcó el inicio de un fenómeno eurovisivo en España.
Se trataba de Sergio Jesús García Gil, un niño de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, que con su voz y su historia conquistó en el primer Festival de Eurovisión Junior, donde representó a nuestro país con la emotiva canción Desde el cielo, dedicada a su madre, quien había fallecido unos años antes. Hoy, Sergio ha vuelto a ser noticia al conceder su primera entrevista en casi dos décadas en la que ha revelado que ha sido de él durante estos años alejado de los focos y el estrellato.
En 2003, con solo 11 años, Sergio fue seleccionado para representar a España en el primer Eurovisión Junior tras su participación en el programa Eurojunior. Sin apenas experiencia en los escenarios, Sergio cantó Desde el cielo, una balada conmovedora que compuso junto a Alejandro Abad en homenaje a su madre. "Era como si le hablara directamente al cielo”, recuerda Sergio en una reciente entrevista en el podcast Ahora me entero de Juanje Diánez . Su interpretación no sólo le valió el segundo puesto en el certamen sino también un lugar en los corazones de millones de espectadores.
"Fue un momento mágico, y aunque tenía miedo, sentía que mi madre me acompañaba", ha confesado Sergio. Su actuación, en la que miraba constantemente al cielo rompió las barreras lingüísticas y culturales y acabó conquistando cada uno de los rincones de Europa.
De niño iprodigio a ídolo infantil
Después de su éxito en Eurovisión Junior, Sergio formó parte de la agrupación infantil 3+2, junto a algunos de sus compañeros de Eurojunior, como Blanca, Diego e Irune. El grupo fue un fenómeno en España, con éxitos como Girando sin parar y El baile de la ola. Durante años, recorrieron el país llenando auditorios y cantando para multitudes, convirtiéndose en ídolos de miles de niños y jóvenes.
Pero en 2008, la historia de 3+2 llegó a su fin, y Sergio, a sus diecisiete años, se enfrentó a una decisión que marcaría su vida: dejar la fama atrás y retomar su vida en Sanlúcar. "Quería volver a una vida normal, sin el ruido de la fama", relata Sergio en su reciente entrevista. "Hay una gran paz en mirar hacia atrás y saber que elegí un camino con el que me siento bien", afirma. Sergio decidió estudiar para convertirse en higienista bucodental y enfermero, y encontró en su nueva profesión una vocación que lo llena profundamente.
Padre de dos hijos
Desde entonces, Sergio ha construido una vida lejos de los escenarios, pero nunca abandonó su amor por la música. Aunque ya no la persigue como carrera, sí ha continuado cantando en momentos especiales. En 2023, Sergio forma parte del grupo Vocem, que actúa en ceremonias y eventos íntimos. "Es una forma de quitarme la espinita", confiesa.
Además de su carrera en el ámbito sanitario, Sergio es hoy padre de dos hijos, una experiencia que describe como "el mayor regalo de la vida". Mantiene vivo el recuerdo de su madre, quien inspiró aquella canción que lo llevó a Eurovisión Junior, y asegura que "no pasa un día sin pensar en ella y en todo lo que me ha enseñado".