Verónica Sánchez regresa a nuestras pantallas con La Favorita 1922, una serie de época que marca su vuelta a Telecinco, la cadena que la vio nacer artísticamente hace 20 años con Los Serrano. En esta nueva producción, la actriz interpreta a Elena, una mujer decidida a romper con las reglas impuestas por la sociedad a comienzos del siglo XX. Hemos charlado con la protagonista de Ángela, de 47 años, sobre su personaje, sobre lo que ha significado para ella regresar a un canal clave en su carrera y sobre cómo ha sido formar parte de esta serie en la que, además de forjar una gran amistad con sus compañeras Maribel Salas, Andrea Duro, Elena Maroto y Raquel Querol, habría encontrado el amor junto a Luis Fernández.
Elena, tu papel en La Favorita 1922 es el de una mujer muy decidida, empoderada. Ahora lo vemos como algo relativamente normal, pero ¿cómo se vivía esa actitud en esa época?
V. S.: Ellas están constantemente enfrentándose a obstáculos. De hecho, mi personaje y el de Cecilia (Raquel Querol) huyen de Sevilla debido a una situación dramática que enfrentan por el simple hecho de ser mujeres. Escapan para empezar una nueva vida. Todos los hombres a su alrededor, unos no confían en ellas y otros intentan aprovecharse… menos los que forman parte del elenco principal, que son los únicos que sí creen en nosotras, se unen a nuestra causa y luchan a nuestro favor en lugar de en contra. Pero, en definitiva, todo son zancadillas.
Tú ya habías trabajado en series de época, ¿qué te atrae de este tipo de producciones?
V.S.: A mí, hacer feliz a mi madre. A ella le hace muchísima ilusión que haga este tipo de papeles; querría verme todavía más atrás, con un miriñaque. Le hace tan feliz que digo: "¡Qué bien, una serie de época para que mi madre se ponga contenta!". Y el disfraz ayuda mucho a la creación del personaje. Cuando te pones ropa de otra época, directamente el cuerpo se coloca de manera diferente, porque, por ejemplo, el talle está en otro sitio, a lo mejor llevas una faja o el tacón tiene una medida distinta y eso te ayuda a entrar en el personaje. El hecho de que con un corsé respiras y te mueves de otra forma, con un traje de época, te cambia. Muchas mujeres de los años 20 rompían con los estereotipos: se cortaban el pelo para no tener que estar tan pendientes de esas larga melenas. Es casi un acto reivindicativo. Cortarse el pelo, llevar ropa ancha para no usar corsé...
Tal vez el que tu personaje sea una marquesa, ¿le pone las cosas más fáciles?
V. S.: Ella está sometida a otros corsés sociales. Tiene un matrimonio completamente infeliz. No diría que fuera forzado, pero sí acordado. Para que su familia ascendiera de categoría, la casan con un marqués, y así ella obtiene el título de marquesa. Pero Elena nunca se quiso casar con ese hombre, y él, probablemente, tampoco con ella. Así que ya están en un marco de infelicidad que no se puede romper, y eso convierte el matrimonio en algo bastante desgraciado, incluso violento. Ella también tiene sus barreras que romper dentro de esa clase acomodada, pero solo en lo que respecta al dinero.
¿Qué ha supuesto para ti volver a trabajar en la cadena que te vio nacer tantos años después?
V.S.: Me hace ilusión volver a Telecinco, porque es cierto que no habíamos vuelto a trabajar juntos desde entonces. Yo salí de Los Serrano en 2005, ¡y han pasado casi 20 años desde entonces! También me hace ilusión no solo regresar a Mediaset, sino que la ficción vuelva a las cadenas generalistas. Es estupendo que existan las plataformas, pero creo que hay muchas formas de ver televisión.
Cierto, porque también tiene mucho encanto lo de tener que esperar siete días para saber qué va a pasar, que te dejen con la intriga...
V.S.: Ahora se han vuelto a emitir series, incluso en las plataformas, que te van dando un capítulo semanal. Lo que al principio nos parecía buenísimo, poder verlas todas del tirón, ahora gusta otra cosa. Porque, en el fondo, se volvía compulsivo el consumo y no las disfrutábamos tanto.
¿Cómo estás viviendo esa nueva vida de ‘Los Serrano’ en streaming?
V.S: No deja de sorprenderme el éxito de esta serie. Me alegra muchísimo, pero hay dos cosas que realmente me sorprenden mucho: una es que sigue funcionando, tengo fans de nueve años que digo: "¡Pero si no habías nacido!", pero les sigue gustando. La otra es que la comedia de Los Serrano estaba más localizada en una época y en un entorno específico, y, sin embargo, funciona en países nórdicos. Y yo me pregunto: "¿Qué entenderán ellos?" Y, aún así, funciona. Trasciende fronteras, pasa el tiempo y sigue enganchando a nuevas generaciones. Así que, la verdad, soy la primera sorprendida.
¿Qué significa para ti la televisión, el medio que te dio la fama?
V.S.: Primero empecé estudiando para hacer teatro, porque como nací en Sevilla y estudié arte dramático allí, realmente el acceso al cine parecía como irte a Hollywood, irte a Madrid y que te abrieran las puertas. Como el mercado era mucho más pequeño, pensabas: "¿Quién me va a coger a mí?". Empezar en cine ya me sorprendió, pero luego llegó la televisión.
En su momento, la televisión me dio la oportunidad de tener un entrenamiento actoral muy valioso. Cuando tienes que sacar adelante un personaje al ritmo al que se rueda en este medio, dotándolo de coherencia dentro de guiones que se van escribiendo mientras los vas interpretando, es un reto. Es un entrenamiento actoral fantástico. Pero ahora, además, creo que estamos haciendo una televisión mucho más arriesgada. Los personajes televisivos y lo que contamos hoy en día es mucho más atrevido que cuando yo empecé y hay un espacio para las mujeres. Creo que mis últimos papeles me han dado la oportunidad de interpretar a mujeres muy, muy potentes, que siempre suponen un reto actoral para mí, y son historias que realmente me apetecen.
El buen ambiente se respira entre el elenco de La Favorita 1922, lo que seguro que ha dado paso a diferentes anécdotas, ¿recuerdas alguna?
V.S.: No sé, la verdad es que nos hemos unido muchísimo. Todas tenemos edades distintas. Maribel Salas es la mayor y vamos desde los 59 hasta los 20 de Raquel Querol, la más pequeña. Es curioso que nos hayamos unido tanto, que incluso salgamos a cenar o vayamos al cine juntas, y que compartamos no solo lo que nos une laboralmente, sino también la vida. Nos aconsejamos, nos contamos historias... Además, al principio de la serie nos dimos cuenta de que no había manera de rodar once horas diarias durante ocho meses sin algún tipo de "droga", así que nos compramos un carrito de chucherías.
¡Qué buena idea! Un poco de azúcar siempre ayuda...
V.S.: Estábamos todo el día comiendo chucherías y pensábamos que en algún momento íbamos a tener que parar... pero, ¡no paramos nunca! Entonces pedimos nuestra mini nevera y un montón de chucherías, y acabamos extendiendo el "mal" a todo el equipo. Todo el mundo terminó enganchado a las gominolas. Lo hemos hecho fatal en cuanto a dieta, pero… (Risas)
¿Tenéis algún tipo de chat de grupo?
V.S.: Teníamos uno cuando empezamos, un chat de “Favoritas” que, cuando comenzamos a ensayar, era solo nuestro, para comunicarnos sobre los ensayos y demás. Eso despertó una envidia bastante malsana en los chicos y nos obligaron a crear otro donde los incluyéramos. Luis (Fernández) se puso muy envidioso, así que abrimos un chat en el que los incluimos a ellos también.
El original seguro que es más divertido, porque lo seguiréis usando igualmente, ¿no?
V.S.: Sí claro, eso seguro, y es más activo. Hablamos de nuestras cosas y no tienen por qué enterarse. (Risas)
Verónica, ¿crees que reflejar el empoderamiento femenino desde la ficción ayuda hoy en día a concienciar sobre el abuso y el maltrato?
V.S.: Sí, yo creo que tiene un papel muy, muy importante en eso, aunque sea solo a la hora de encontrar referentes. La ficción también nos explica como sociedad, nos relata a lo mejor tiempos pasados y nos muestra el presente. Creo que sí, que en ese sentido la labor es importante, sin necesidad de moralizar, adoctrinar ni nada de eso, solo como reflejo. En ella siempre hemos encontrado un espejo y una explicación, por lo menos yo. Me eduqué en el VHS, con el cine... y a mí me sirvió mucho para entenderme, para entender el mundo en el que vives, que cuando eres adolescente no sabes realmente lo grande que es. Las referencias son siempre interesantes. Explicarnos es importante, comunicarnos con otras sociedades es importante y encontrar referentes en los que poder proyectarte, también.
Antes comentabas que comenzaste en el teatro, ¿te gustaría volver a subirte a las tablas?
V.S.: Sí, pero te confieso que ahora mismo me da mucho miedo, porque hace tanto que no vivo esa adrenalina de salir al escenario... Recuerdo cuando hacía teatro, todos los días antes de salir escuchaba el murmullo del público y me decía que lo dejaba, que sería el último día. Porque empezaba a hiperventilar y a entrar en pánico y pensaba: "esto no puede ser bueno". Pero luego se te olvida, entras en la rueda del personaje, disfrutas, y cuando ves que ha gustado, que has transmitido algo, se te olvida todo y al día siguiente, otra vez. Hace mucho que no vivo esa adrenalina del directo y me gustaría volver, pero sé que tendría que hacer un trabajo psicológico importante, porque ahora me da vértigo. Ahora solo pensaría en que se me va a olvidar el texto. (Risas)