Estamos ya en el penúltimo capítulo de Hermanos y poco a poco las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. Las tramas se van aclarando, pero aún hay varias incógnitas por resolver. La semana pasada, dejamos a Cansu colgando de un precipicio, agarrada a la mano de Aybike para no caer al vacío. ¿Logrará salvarse? Y lo más importante, ¿será este angustioso momento el que logre unirlas de una vez por todas?.
Por suerte, todo se queda en un susto y la joven consigue ponerse a salvo sin sufrir ningún daño. Después, la llevan al hospital para que la examinen y asegurarse de que todo está bien. Ayten llega rápidamente y exige a Aybike explicaciones sobre lo sucedido, culpándola de haber querido matar a su hija. Aunque Cansu está fuera de peligro, el accidente sirve para que tanto ella como su madre se den cuenta de dos cosas: primero, de lo importante que es para Sarp; y segundo, del desinterés de los Eren hacia ellas y lo que pueda pasarles.
Tras lo sucedido, madre e hija toman una decisión sin consultar ni comunicársela a nadie: mudarse del hogar de los Eren y abandonar Estambul para volver a Ankara. ¿Cómo reaccionarán Orhan y sus hijos cuando se enteren? ¿Qué hará Sarp al descubrir que la chica de la que está enamorado se ha marchado? Ninguno se queda indiferente ante su partida. Todos suben al coche del hermano de Ömer y persiguen el autobús en el que Cansu y Ayten dejan la ciudad, logrando que se detenga.
Aybike se disculpa con su hermana y ambas se funden en un abrazo mientras que Orhan se declara a Ayten y ella se emociona mucho. Ambos vuelven juntos a casa y la relación de los tres hermanos es cada vez mejor. Están formando una familia muy unida.
Aires de cambio
Desde que enteró de que va a ser padre, Akif no se separa de Nebahat, a quien le han diagnosticado un embarazo de riesgo. El hombre está preocupado por la salud tanto del bebé como de la madre, lo que le lleva a cambiar su comportamiento. Su nueva actitud llena de esperanza a la futura mamá, que empieza a ver a su ex de manera diferente.
Un sueño truncado
Ömer y Süsen siguen felices y enamorados, planeando su futuro juntos y muy ilusionados con su nuevo hogar. Pero pronto empiezan a surgir problemas: la constructora les solicita más y más dinero para continuar con las obras, pero, a pesar de entregar las cantidades requeridas, no solo no avanzan, sino que ni siquiera han empezado. Ömer no tarda en descubrir que han sido víctimas de una estafa. El joven está muy angustiado porque les dio todo su dinero para comprar el piso.
Adiós al Ataman
Llega el último día de clases en el colegio y los chicos tienen sentimientos encontrados. Por un lado, sienten pena por dejar atrás el centro en el que han compartido tantos momentos, pero, por otro, están emocionados por la nueva etapa que están a punto de comenzar. Para dar el paso del instituto a la universidad, tiene lugar una ceremonia de graduación en la que todos reciben sus diplomas y, al final, se unen para lanzar sus birretes al aire.
Pero las celebraciones no terminan ahí. También hay programada una fiesta, aunque, como es habitual, los Eren no tienen el dinero necesario ni para las entradas ni para comprarse ropa elegante para la ocasión. Sin embargo, deciden conseguirlo, como siempre, trabajando. Lo inesperado llega cuando Sarp se ofrece a pagarles las entradas, pero su propuesta es rechazada. Ante ello, decide unirse a Ömer y los demás para conseguir el dinero que necesitan para asistir al evento.
La fiesta es todo un éxito. Alumnos, padres y profesores disfrutan de una velada inolvidable. El amor está en el aire y todos celebran junto a sus parejas: Ömer y Süsen, Berk y Aybike, Tolga y Yasemin, Ogulcan y Elif, y Cansu y Sarp, que ya no disimulan lo que sienten el uno por el otro. Todos cantan, bailan y se divierten, poniendo el boche de oro a su etapa escolar.
El momento decisivo
Días después, los chicos están muy nerviosos porque ha llegado la hora del examen de acceso a la universidad, un paso crucial para poder cumplir sus sueños y aspiraciones profesionales. En el camino hacia la prueba, Ömer se cruza con los estafadores y no duda en intentar que los detengan, llamando a la policía. Sin embargo, las cosas no salen como espera y, antes de que lleguen, termina recibiendo una paliza que lo deja malherido.
Aunque el chico hace lo posible por llegar a tiempo, ya que de eso depende su futuro, finalmente no lo consigue y cae desplomado en la puerta del centro. ¿Estará bien? ¿Logrará recuperarse y hacer la prueba o tendrá que despedirse de su deseo de estudiar para convertirse en médico?