Ya nos conquistó hace una década en El Príncipe, un boom que le convirtió en un sex-symbol y en un rostro habitual de otras series de éxito. Pero desapareció repentinamente durante varios años. Hace dos, regresó en El cuarto pasajero, con Blanca Suárez, y relató 'el infierno' que había vivido: tuvo que despedir a sus padres, perdió un proyecto en el que se había volcado, todo se juntó con la pandemia y 'toqué fondo'. Lo peor llegó cuando, por motivos de visados, no pudo salir de Cuba en tres años. Ahora vuelve de nuevo a la televisión dispuesto a enamorar a la audiencia en la serie ¿A qué estás esperando?, de Atresplayer, adaptación de dos novelas de la superventas Megan Maxwell.
—Para una persona que conozca poco el fenómeno, ¿cómo presentarías la serie y tu personaje?
—Jan es un tipo que está en el momento de oro, con dinero. Va a heredar una empresa billonaria en el campo de la aeronáutica y vive su vida sexualmente sin ningún conflicto. Ni se juzga a sí mismo ni a nadie. Está en un momento muy dulce y tiene pánico al compromiso. Ese es el dilema, el conflicto en el que se va a encontrar o enfrentar.
—¿Te costó aceptar el papel?
—No, porque primero leí el guion y me pareció muy bueno. El final del capítulo uno me pareció muy potente.
—¿Conocías la novela?
—No. Hasta que no entré en el proyecto no la leí.
—Durante muchos años, tanto papel de guapo... ¿cómo es volver a hacer un personaje así?
—Hay que asumirlo ya de lleno, ¿no?
—Supongo que lo tienes asumido después de tanto tiempo...
—Ya está. Llegó un momento en el que dices: "Bueno, esto es lo que quieren. Esto es lo que les vamos a dar". Está muy bien. Yo lo considero un regalo de la vida.
—¿Ser guapo o que te den papeles por guapo?
—Las dos cosas (ríe). Ya llegará lo otro.
—Claro. Mira a Leonardo DiCaprio...
—Esto es a largo plazo, efectivamente.
—¿Qué otros proyectos tienes a la vista?
—Estamos intentando cerrar una cosa que nos gusta mucho, muy potente, pero no se puede contar todavía. Por eso llevo barba.
—Hace ya diez años que tuviste el 'boom' con 'El Príncipe'. No sé si aprovechaste el tirón para probar suerte en Estados Unidos, como hizo tu paisana Ana de Armas.
—Me salieron cosas allí, pero para una no tenía visado, la otra llevaba tiempo… Me han salido muchas cosas. Estuve a punto de entrar en Todos quieren a Daisy Jones y en Shogun, pero no se pudo… Y también en Rebel Moon.
—Hubo un momento en el que diste paso para atrás. ¿Necesitabas un poco mantener el control?
—Yo tengo mucho cable a tierra, sí. También es bueno que la gente te eche de menos.