Los cánones de belleza están en constante cambio, pero el cirujano plástico Julián De Silva ha creado una teoría que le ha permitido encontrar al hombre perfecto sin importar que las tendencias sean diferentes según pasa el tiempo. El doctor brasileño ha hecho uso de las matemáticas para aplicar la proporción áurea, es decir, una regla matemática de la que se obtienen las proporciones ideales que debe tener una persona para ser considerada perfecta estéticamente. Siguiendo este mecanismo, ha encontrado al hombre más guapo del mundo: Aaron Taylor-Johnson, muy conocido en la gran pantalla.
La clasificación obtenida por el cirujano la encabeza Aaron Taylor-Johnson, quien ha obtenido una puntuación del 93,04% al aplicar la citada regla en la que se han tenido en cuenta medidas como la distancia que hay entre los ojos, cuánto mide la nariz o la simetría de la cara. El actor británico de 34 años, ganador de un Globo de Oro, trabaja en la industria interpretativa desde niño y es conocido por su participación en películas como Kick-Ass: Listo para machacar y Vengadores: La era de Ultrón. Además, ha aparecido en títulos como El ilusionista, Salvajes, Anna Karenina y Godzilla y su nombre ha sonado con fuerza para ser James Bond.
La interpretación le ha permitido a Aaron convertir su pasión en su profesión y también encontrar el amor. En Mi nombre es John Lennon conoció a Samantha Louise Taylor-Wood, que debutó entonces como directora y es 23 años mayor. En 2010, cuando llevaban dos años saliendo, se convirtieron en padres por primera vez de una niña llamada Wylda Rae. En 2012 nació Romy Hero. El actor siempre tuvo claro que sería padre joven y que tendría muchos hijos. No se equivocaba ya que forman una familia numerosa con Angelica y Jessie Phoenix, hijos de la cineasta y Jay Jopling.
"Tengo una mujer maravillosa... Es encantadora y es una madre fantástica", explicaba el actor británico, cuya prioridad es la familia. De hecho, ha rechazado papeles importantes para estar más tiempo con su mujer e hijos porque, según sus palabras, "no vivo para actuar e ir de trabajo en trabajo, vivo para mi esposa y mis hijos, me despierto con ellos y es lo que disfruto". Además, tiene la norma de turnarse con Sam para que uno de ellos siempre esté en casa.
Aaron, como explicaba en Esquire, da mucha importancia a actividades cotidianas como preparar a sus niños por la mañana, llevarlos al colegio, acompañarlos a las actividades extraescolares... Entre rodajes incluso ha ejercido de entrenador de baloncesto en el equipo de su hija y la máxima que tiene con su mujer es mantener a su familia completamente al margen del foco mediático al que ellos están expuestos por su trabajo.