La semana pasada, Rosalía ya utilizó sus redes sociales -donde cuenta con más de 27 millones de seguidores- como altavoz para pedir ayuda para los afectados por la DANA y ahora, se ha sumado a los centenares de voluntarios que se encuentran en Valencia ayudando a los vecinos que lo han perdido todo.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La cantante es uno de los rostros conocidos que ha dejado a un lado su imagen de estrella internacional y se ha puesto a trabajar en el barro codo con codo, como una voluntaria anónima más, para que la ayuda llegue a todos los hogares donde se necesita.
Ha estado descargando camiones con alimentos y materiales necesarios para la limpieza en uno de los almacenes de Paiporta, epicentro de la catástrofe, donde trabajan los voluntarios de la ONG World Central Kitchen, fundada por el chef José Andrés. Allí también están colaborando Paz Padilla, su hija, Anna Ferrer Padilla, y Ana Matamoros.
Las influencers, al igual que la estrella catalana, no están compartiendo en sus redes sociales ninguna imagen de su labor en la zona. Están volcadas en su trabajo, descargando camiones y moviéndose por los pueblos que la tormenta arrasó para arrimar el hombro en todo lo que se necesite.
Sin embargo, a su llegada junto a José Andrés y el resto de los voluntarios de la ONG al pueblo de Llocnou de la Corona, uno de los lugares a los que ha tardado más en llegar la ayuda, ha sido reconocida y muchos son los que se han acercado para darle las gracias por su gesto y fotografiarse con ella.
Desde todos los rincones de España llegan cada día camiones cargados con todos los materiales y alimentos que la gente ha donado y cientos de voluntarios armados con sus palas, botas de agua, comida y sobre todo mucha fuerza y esperanza se unen a las labores de organizaciones y fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para llegar a los rincones donde aún queda mucho trabajo por hacer.