Solo hace unos días la pregunta era: ¿Dónde está Ivanka Trump? La hija mayor del ya reelegido 47º Presidente de los Estados Unidos había ocupado un perfil muy bajo durante toda la campaña electoral, asistiendo solamente a la Convención Nacional del Partido Republicano en el que su padre fue nombrado candidato. La hija que Donald Trump tuvo con su primera mujer (Ivana, la modelo nacida en la antigua Checoslovaquia con la que tuvo tres hijos y falleció en el año 2022), no estuvo con el resto de la familia en uno de los actos clave: el cierre de campaña que tuvo lugar en Míchigan. Sin embargo, la que fuera en el anterior mandato la 'Primera Hija' en la Casa Blanca, por el importante papel que ocupó en la Administración de su padre, reapareció para paladear la victoria sobre Kamala Harris en el centro de convenciones de West Palm Beach en Florida, el estado en el que se instaló en el 2021 cuando los estadounidenses decidieron que ya no había sitio para ellos en Washington. Cuatro años después la suerte de los Trump ha cambiado: a pesar de las causas penales que el nuevo presidente tenía pendientes por los altercados que se generaron en el Capitolio al cuestionar la legitimidad de las pasadas elecciones, el republicano ha sido elegido de nuevo y ahora las preguntas sobre su hija ha cambiado: ¿cómo es su nueva vida? ¿puede volver a la política?
El papel que han tenido y tienen las dos hijas del presidente de los Estados Unidos es evidente: son el contrapunto de sus hermanos varones y del propio Donald Trump. Tanto Ivanka como Tiffany (fruto del segundo matrimonio del magnate con Marla Maples) son fuerzas pacificadoras que captan el voto femenino y se refieren al presidente como "papá" humanizando al personaje al tiempo que su hermano, Donald Trump Jr. lo presenta como una fuerza indomable dispuesta a todo. La estrategia les funcionó en el año 2017, donde quedó demostrado que Ivanka fue un imán para el voto femenino frente a una Melania que por propia naturaleza tiene una imagen más inaccesible. Por eso la sorpresa fue grande cuando la propia Ivanka Trump, de formas siempre pausadas, dulces y educadas, que no duda en llevar a su hija a un concierto de Taylor Swift, aunque la cantante apoyara la candidatura de Kamala Harris, anunció que en esta ocasión tanto ella como su marido, Jared Kushner, se mantendrían alejados de la vida política para priorizar su vida familiar. “Siempre amaré y apoyaré a mi padre, pero lo haré fuera del ámbito político”, afirmó entonces Ivanka. Para The New York Times la decisión de retirarse coincidió con el tiempo en el que Donald Trump fue imputado en cuatro causas judiciales penales.
Cambió Washington por Miami y la política por la vida familiar
El matrimonio epítome de la élite neoyorquina cambió Washington DC (donde vivieron durante los cuatro años que duró el primer mandato de Trump) por Florida para comenzar una nueva etapa en la urbanización más exclusiva del mundo, Indian Creek, y centrarse en sus tres hijos, Arabella Rose (17 de julio de 2011), Joseph Frederick (14 de octubre de 2013) y Theodore James (27 de marzo de 2016). En Miami tienen como vecinos a Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger —la mujer del española y la ex asesora política se han hecho muy buenas amigas—; al ex marido de Gisele Bündchen, Tom Brady, y al magnate de Amazon Jeff Bezos. Kushner explicó que su mudanza venía motivada por el cierre de los colegios en tiempo de pandemia y también porque Miami era más segura que Nueva York, además de resultarle más interesante como sede de sus nuevos negocios.
Allí comenzaron a disrutar de una vida familiar y privilegiada en la que Ivanka Trump muestra su faceta de amante del hogar que ha cambiado sus look de oficina por un estilo más relajado, colorido y con mucha ropa deportiva, sin olvidar, las puntuales apariciones con trajes de lujo. Comparte su exigente rutina física: "Como muchas mujeres solía centrarme principalmente en cardio, yoga y pilates. Desde que me mudé a Miami, he cambiado mi enfoque al entrenamiento de halterofilia y resistencia", eso sin olvidar que también hace esquí acuático, jiu jitsu, surf y moto cross. Por otro lado, ella siempre ha sido una persona muy familiar: cuida de su abuela materna, está presente en la vida de todos sus hermanos, comparte hobbies y deportes con sus hijos y, aunque en la prensa estadounidense circuló la idea de que su paso por la Casa Blanca le había costado amistades, sigue teniendo una vida social activa frecuentando fiestas, en una de ellas se dejó ver con Kim Kardashian, acude a ver partidos de tenis y disfruta de veladas nocturnas en compañía de su marido.
Tres victorias diarias: una física, una mental y una espiritual
Lejos del Capitolio cuenta que trabaja de lleno para tres victorias diaras: una física, una mental y una espiritual. Ivanka cita con soltura a sus gurús que van desde la cantante Dolly Parton hasta el magnate indio Naval Ravikant, pasando por el propio Marco Aurelio. "Observa, estudia y aprende", dice en una de sus publicaciones y lo cierto es que Ivanka ha demostrado ser exigente con ella misma. Estudió en dos de las universidades más prestigiosas: Georgetown y Wharton, donde se graduó Cum Laude en 2004, y pronto se ganó la confianza de su padre que la sitúo en el centro de imperio familiar con cargos superiores a los que han tenido sus hermanos Donald Jr y Eric.
“Nuestra misión es llevar la marca a nivel internacional y global y hacerla crecer realmente, no solo fuera de Nueva York, sino fuera de Estados Unidos y realmente en todo el mundo. No soy un clon ni un esbirro, tengo la increíble oportunidad de tomar una marca que es tan fuerte (y es tan fuerte gracias a mi padre) y llevarla al siguiente nivel", explicaba Ivanka en El Aprendiz, el reality de televisión en el que varios aspirantes demostraban sus habilidades para los negocios con el fin de conseguir un contratado de un año en una de las empresas de Donald Trump.
Ivanka Trump nunca se desvía del camino: 'Volver a entrenar el músculo del negocio inmobiliario está siendo divertido'
En esa serie, igual que en las muchas entrevistas que ha dado a lo largo de una vida en al que también ha sido modelo, Ivanka Trump ha demostrado que es inteligente y mostró cierto desdén por las herederas que solo aspiran a ser estrellas de televisión sin reunir la formación y experiencia necesaria para hacer crecer el imperio familiar. "No soy de las que bailan en las mesas sin ropa interior", le dijo a una revista estadounidense en el año 2007 (haciendo referencia a la otra heredera protagonista de ese tiempo) mientras compartía sus planes de dominar globalmente el mercado inmobiliario y defendía con uñas y dientes su nuevo puesto como vicepresidenta de desarrollo y adquisiciones en el imperio Trump.
Mirando su trayectoria y con los 43 años recién cumplidos todo indica que Ivanka Trump no se ha desviado del camino y mucho menos ha fallado el tiro. Se dedicó de llenó a la primera campaña de su padre, lo que según Forbes le pasó cierta factura a su marca personal, y después estuvo cuatro años a su lado como asesora en la Casa Blanca pero todo indica que este tiempo fue de lo más fructífero para los Trump y para esos planes de expansión global que ella albergaba desde que salió de la universidad. Ivanka pasó de ser empresaria e hija de un magnate a ser la hija y mano derecha de un hombre de Estado y así sus relaciones se expandieron por todo el planeta: recibida con honores en Buckingham, invitada en la boda del futuro rey de Jordania y presente en las reuniones del G20. En este último año fue una de las invitadas a la boda del milenio, la del hijo más rico de la India, y estuvo visitando a pie los lugares en los que Israel había sido atacado por Hamás.
Jared Kushner, el 'socio' perfecto
En este camino Ivanka Trump ha encontrado al "socio" perfecto: Jared Kushner, hijo de otro de los grandes imperios inmobiliarios. La historia de los Kushner, aunque menos conocida que la de los Trump, también es hiperbólica: supervivientes del Holocausto que llegaron a Nueva Jersey a través de la Unión Soviética y terminaron convertidos, en una de las familias judías más ricas y poderosas del país. Igual que Ivanka, su marido, que también estudió en las mejores universidades, demostró ser mucho más que un heredero y cuando en el año 2005 su padre, Charles Kushner, fue condenado a dos años de cárcel por diversos delitos fiscales y de corrupción política, Jared Kushner, con apenas 25 años, se hizo cargo de la compañía familiar y demostró no solo su eficacia, también su "brutalidad depredadora para el negocio inmobiliario neoyorquino", según medios económicos de la ciudad. Kushner, que también adquirió empresas informativas, ha pasado a la historia como el gran arquitecto de la campaña que llevó a su suegro a la Casa Blanca y durante cuatro años fue uno de los principales asesores del presidente mediando en los asuntos de máximo calado político dentro y fuera de los Estados Unidos. Todo quedó en casa y antes de salir de la Casa Blanca, en diciembre de 2020, Donald Trump usó su derecho de otorgar indultos para eliminar la condena del suegro de su hija.
El mismo mes que Donald Trump dejó la Casa Blanca, Ivanka Trump y Jared Kushner crearon, según informaciones de Forbes, Affinity Partners desde Miami "un fondo que gestiona 925.000 millones de dólares de Arabia Saudita y más de 400 millones de dólares en inversiones de fondos de riqueza en Qatar y Abu Dhabi. Aproximadamente 600 millones de dólares en fondos adicionales procedieron de un inversor anónimo y del multimillonario taiwanés Terry Gou, cuya Foxconn fabrica la mayoría de los iPhones del mundo. Kushner ayudó a negociar subsidios para una fábrica de Foxconn en Wisconsin mientras estaba en la Casa Blanca". Es por esto que el citado medio económico publicaba hace unos días que ganara quien ganara, el matrimonio Trump y Kushner ya era de oro. "Ahora estoy trabajando con mi marido. Tenemos un terreno en el Mediterráneo y estamos trayendo a los mejores arquitectos y marcas", contó ella misma en el podcast de Lex Friedman. "Para mí volver a entrenar el músculo del negocio inmobiliario está siendo divertido”, comentó sobre el gran proyecto inmobiliario que tienen en marcha en Albania, solo uno más de una empresa que, según datos de Forbes, ha invertido alrededor de 1.500 millones de euros en al menos ocho empresas en Brasil, Alemania, Israel, Estados Unidos, el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos en sectores que van desde las finanzas hasta la energía.