Por fin ha llegado el momento: Marta Riumbau ha dado a luz. La influencer está viviendo los días más felices de su vida,pudiendo tener ya en sus brazos a su pequeña Julieta, un nombre que siempre tuvo "clarísimo, desde pequeña, era mi nombre número uno". Fue el pasado mes de mayo cuando anunciaba en nuestras páginas de ¡HOLA!, que había tomado la decisión de ser madre en solitario y nos contaba cómo había sido todo el proceso hasta cumplir su gran sueño.
A pesar de que los primeros meses tuvo varias complicaciones — como una amenaza de parto, o el pequeño sangrado que vivió en el quinto mes de embarazo por el que tuvo que ir a urgencias — todo eso quedó en el pasado y como un mal sueño tras tener al fin a su recién nacida con ella. Desde que era una niña, Marta Riumbau lo tenía claro: soñaba con convertirse en algún momento en madre. Por ello, a sus 36 años, tomó la valiente decisión de serlo en solitario.
Fue este domingo, 3 de noviembre, cuando la creadora de contenido anunciaba que se iba a desplazar al hospital para quedarse ya ingresada: "Desde ayer estoy con bastantes dolores. Estoy segura de que si dejase pasar una semana más, me pondría de parto sola. Si todo va bien, daré a luz el lunes o martes". También quiso tranquilizar a sus seguidores y a todos aquellos que estaban preocupados por ella: "Hasta que nazca, os quería avisar, por lo que no hace falta que os preocupéis".
Además, Marta aprovechaba este último vídeo antes de convertirse en mamá, para explicar que si no cuenta nada es por razones obvias, ya que la influencer se ha volcado por completo con la tragedia del país tras la DANA que ha arrasado con la vida de más de 200 personas. Incluso, antes de trasladarse al hospital, se acercó a un supermercado para comprar productos básicos de primera necesidad para ayudar a todos aquellos que lo necesiten.
Marta decidió ser valiente y ser mamá soltera. Un arrojo que, tal y como contó a ¡HOLA!, le llevó un tiempo de meditación: "Siempre he querido ser madre joven, soñaba con una familia numerosa de cuatro hijos. En enero de este año, me encontré con 36 años, sin pareja y sin hijos. Mi yo del pasado te hubiese dicho que ser madre soltera era un fracaso, no sabes las innumerables veces que me he dicho a mí misma: “No merezco ser madre soltera, no lo seré”. Era un machaque continuo hacia mí misma. Fue un gran trabajo de deconstrucción sobre mi propio pensamiento y volver a construirlo para entender que una familia no es el ‘abc’ que nos han enseñado desde el colegio: boda-casa-hijo; de hecho, tuve una boda, una casa y no fue bien. Y cuando por fin pude eliminar todo eso de mi cabeza, fue una liberación y se apoderó de mí una felicidad que me hizo no dudar ni un segundo; no necesitaba a nadie, podía hacerlo yo sola".