Hace tres años, Armie Hammer protagonizó uno de esos escándalos “made in Hollywood” que ponen a temblar a la industria del entretenimiento. En 2021, Courtney Vucekovich, la última novia conocida del actor, presentó una denuncia que supuso la inmediata cancelación de varios proyectos que Hammer tenía en puertas; entre ellos, una miniserie sobre el rodaje de El padrino de Coppola. La noticia dio la vuelta al mundo, porque al intérprete de películas como Call Me By Your Name, Edgar, El llanero solitario o Muerte en el Nilo se le imputaban los delitos de violencia, abusos sexuales e, incluso, lo que más perturbó a sus seguidores, tendencias caníbales. Esto último impactó sobremanera e hizo que uno de los galanes más admirados de Hollywood se convirtiera en un proscrito, que buscó refugio en las Islas Caimán hasta que las aguas se calmaran y su situación legal hallara una solución.
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Tres años después, y cuando la fiscalía de Los Ángeles ha decidido no presentar cargos por agresión sexual, porque no hay pruebas suficientes para condenarlo, el actor regresa a Hollywood con varios proyectos debajo del brazo: un pódcast, un wéstern, Frontier Crucible, y el empeño de rehabilitar su nombre y su imagen. Sin embargo, las palabras de Courtney Vucekovich y de otras presuntas víctimas aún revolotean demasiado cerca y cuesta deslindar al actor de esa fama que le adjudicaron en un pasado reciente.
El estallido del escándalo
Entre los testimonios que más espeluznaron de su exnovia destacó aquel con el que quiso confirmar las fantasías caníbales del actor: “Me dijo que quería romperme las costillas, hacerlas a la barbacoa y comérselas”. Sin palabras.
Aunque estas acusaciones comenzaron a florecer por las redes sociales, ninguna se confirmó. Hammer calificó las denuncias de “ataque en línea”. Por su parte, su abogado, Andrew Brettel, emitió un comunicado poniendo los puntos sobre las íes ante lo que consideraba una desinformación: “Nunca hubo un caso. Mucha gente piensa que sí, pero nunca hubo un proceso judicial ni un proceso penal. Los medios están obsesionados con este asunto. Nunca se convirtió en un litigio ni en una acusación penal contra nadie. Esa fue una idea errónea […] Captó la atención del público, pero fue completamente desproporcionado, hasta el punto de que nunca hubo nada en los tribunales”.
Después de dos años en silencio, en las Islas Caimán, donde su familia tiene propiedades, y trabajando en un discreto puesto en un hotel de lujo, el actor habló por primera vez con el periodista James Kirchick, autor de un extenso artículo sobre su persona. En este texto, Hammer entonó algún que otro mea culpa (por ejemplo, reconoció haber sido emocionalmente abusivo en las relaciones con algunas de sus exparejas), pero aseguró que no jamás había cometido delito alguno, porque siempre había realizado prácticas sexuales consensuadas con personas adultas. Además, aseguró que él había sido víctima de abusos sexuales, cuando apenas tenía trece años.
En el momento de las acusaciones más graves, Armie Hammer, quien tenía treinta y cuatro años entonces, a punto estaba de rodar una película, Shotgun Wedding, con Jennifer Lopez como protagonista. Según se publicó en su día, el actor salió del proyecto y la productora, Lionsgate, lo apoyó en su decisión. Desde 2021, el actor ha tratado de reconducir su vida personal y profesional y de limpiar su imagen, algo terriblemente complicado, pero a lo que no renuncia.
En ocasiones, para ganar una guerra, hay que unirse al enemigo, y esto es exactamente lo que ha hecho Armie Hammer, que aún no tiene agente ni empresa de representación que quiera contar con él entre sus talentos. En su pódcast, HammerTime, ha incorporado, en tono de broma, las acusaciones que recibió, muy especialmente la de canibalismo. Por ejemplo, durante la presentación del mismo se escucha una voz que dice: “No te preocupes… lo alimentamos antes de cada episodio”. Por el momento, se han emitido dos episodios: el primero, el 28 de octubre, con Tom Arnold; y el segundo, el día 4 de este mes, con una invitada muy especial: la madre del actor, Dru Ann Mobley.
Lo siniestro... y lo luminoso
Aunque el actor esté usando la estrategia de reírse de sí mismo y de reconstruirse, hay algo que le preocupa sobremanera y no se lo toma a broma: qué pasará cuando sus hijos puedan ver y leer todo cuanto se ha dicho de él. Armie Hammer es padre de una niña y un niño, Harper y Ford, nacidos de su matrimonio de una década con la empresaria texana Elizabeth Chambers, de quien se divorció en julio de 2020. Elizabeth Chambers habló en su momento de la traumática separación que vivieron: “Pasé por un divorcio muy público que estuvo plagado de escándalos. Cada día salían historias y artículos horribles, y aprendía de ellos a medida que sucedían […] Fue un periodo doloroso y un absoluto infierno”. Sin embargo, en 2022, cuando el escándalo de su “ex” ya era vox populi no dudó en echarle un cable y revelar que tanto ella como el actor estaban “totalmente comprometidos con nuestros hijos y con estar juntos tanto como sea posible de una manera no romántica para nuestros hijos”. Esta es la parte luminosa de una historia oscura y siniestra.
Después de todo el horror aparecido en las denuncias, Armie Hammer accedió a internarse en un centro de rehabilitación, en Florida, para tratar sus adicciones al sexo, a las drogas y al alcohol. También, se acercó a su exmujer para solicitarle ayuda. Y ella no le cerró la puerta. La última fase de “recuperación” la llevó a cabo en las Islas Caimán. Curiosamente, el actor ha llegado a decir que nunca ha sido tan feliz como en esa temporada en la que se apartó de todo y pudo analizar su vida y sus acciones de principio a fin.
Secretos de familia
Tras el escándalo mayúsculo en la vida de Armie Hammer, salieron a la luz secretos familiares que llevaban años ocultándose. Los hechos dieron para una miniserie de tres capítulos, La saga de los Hammer: escándalo y perversión, que vino a arrojar leña sobre el árbol caído… o no, porque se hizo más claro el ambiente en el que había crecido el actor.
Armie Hammer, de quien se dijo que estaba en la más absoluta ruina y que no tenía dinero ni para gasolina, es bisnieto de quien fuera una de las grandes fortunas de Estados Unidos, Armard Hammer, un magnate petrolero, que comenzó su andadura empresarial vendiendo alcohol durante los años de la célebre Ley Seca. De hecho, Armie Hammer apareció en los medios de comunicación en un principio más como heredero, junto a otros millonarios como Ivanka Trump o Jared Kushner, que como actor. Por eso, no resulta extraño que cuando verbalizó a los suyos su deseo de dedicarse al mundo del cine estuvieran a punto de desheredarlo.
El primer escándalo familiar del que se tiene noticia ocurrió en 1919, cuando su tatarabuelo, el doctor Julius Hammer, un emigrante ruso, realizó un aborto a la esposa de un diplomático ruso. La mujer falleció días después y Julius Hammer fue declarado culpable de homicidio y condenado a la cárcel. El hijo de Julius, Armard, hizo fortuna con el petróleo y supo relacionarse como pocos con las altas esferas: amigo de Al Gore, fue invitado a asistir a las tomas de posesión de Roosevelt, Regan y Bush. Vivían como multimillonarios, con un Boeing 727 privado para desplazarse, y con fiestas de alto copete por todo el planeta. Falleció en 1990, cuando el actor tenía cuatro años, pero seis años después se descubrió que no era oro todo lo que relucía y que Armard presuntamente había cometido un número considerable de delitos que iban de financiar el espionaje soviético a, según The New York Times, “ayudar a pagar el encubrimiento del Watergate”. En vida, se libró de todas las acusaciones.
Michael, el padre de Armie, heredó las empresas familiares, con un valor que se estima en la nada desdeñable cifra de doscientos millones de euros. En el caso de Michael, el escándalo llegó porque la galería de arte familiar fue acusada de vender sesenta y tres falsificaciones de obras de arte; entre ellas, un cuadro de Jackson Pollock.
El 21 de noviembre de 2022, fallecía el empresario, y su hijo Armie mantuvo un prolongado silencio en torno a la muerte de su progenitor. Al parecer, cuando Armie Hammer pasó a ser una persona repudiada en Hollywood, su padre le cortó la ayuda y se negó a apoyarlo económicamente. De ahí, su necesidad de irse a vivir a las Islas Caimán, donde había vivido en su infancia, y de ponerse a trabajar; pero ha regresado y ha querido hacerlo público en sus redes sociales. El caso de Armie Hammer es el de muchos otros famosos, que no necesitan hacer nada (apenas ha subido siete post) para contar con un millón de seguidores. A finales de octubre, subió una fotografía suya, de perfil, en la que se le ve con un sombrero de cowboy y un guion entre las manos: “De vuelta al ruedo”, se lee. Armie Hammer, como el ave fénix, vuelve al reino de Hollywood con hambre de éxito.