Elena Cué es una de las mujeres más elegantes del panorma social. La empresaria y experta en arte siempre destaca por su estilo sobrio y atemporal, aunque sin renunciar a las tendencias. Así lo hemos podido comprobar en su última salida. Aunque no suele prodigarse demasiado en público —vive alejada del foco mediático junto a su marido, Alberto Cortina, y su hija, Alejandra—, hace unos días, Elena fue fotografiada en la doble cita con la que celebró su 52 cumpleaños y nos dio una lección de cómo lucir perfecta este otoño.
Por el día, la empresaria acudió con una amiga a almorzar a un restaurante madrileño con un look fiel a su estilo clásico, pero sin renunciar a algunos de los hits de la temporada. Blusa blanca de seda con escote en V, blazer estructurado en tejido marrón de espiga —que llevó con las mangas remangadas para restarle seriedad—, y los pantalones vaqueros más trendy: diseño wide leg, con bolsillos de parche delanteros y la versión más elegante de los llamados cuffed, es decir, con el dobladillo visto.
La esposa de Alberto Cortina combinó su estilismo con accesorios en diferentes gamas de marrón, en armonía con su americana: un bolso tote de cocodrilo color chocolate, que llevó colgado del hombro; cinturón cámel y mocasines a juego, de puntera cuadrada y con adorno de hebilla dorada.
Para crear este look perfecto, Elena aplicó la máxima de menos es más, llevando un única pero importante joya, un collar de cadena de oro con medallón generoso, sin pendientes, ni pulsera, y una gafas de sol clásicas, el modelo aviador de Ray Ban, con montura dorada y cristal ahumado.
Por la noche, Cué celebró su cumpleaños con Alberto Cortina en un restaurante japonés y de nuevo apostó por una de sus combinaciones favoritas, chaqueta, blusa y falda, en lugar de vestido, una prenda que suele reservar para ocasiones más especiales, como una boda. Al tratarse de una salida nocturna, la empresaria dio un toque más festivo a su atuendo con una chaqueta de terciopelo arrugado de color azul añil y de líneas relajadas, con manga japonesa y silueta despegada del cuerpo.
Elena es coqueta y potenció su belleza con una blusa blanca de seda con lazada (pussy bow) anudada lejos del cuello, para dejar ver el escote, y una falda lápiz de ante negro, con gran abertura central, para lucir sus torneadas piernas. La empresaria aportó el toque de sofisticación con sus complemento: zapatos negros de salón de tacón sensato, de plena tendencia esta temporada, unos pendientes largos con lágrimas de amatistas, y un bolso de mano, el modelo tote mini de Staud, en piel de color rojo con el asa joya.