El desenlace de Hermanos en España está a punto de producirse, mientras los protagonistas continúan viviendo situaciones límite. Süsen ha sido tomada como rehén por unos delincuentes que la tendrán retenida hasta que Ömer les devuelva un objeto que, sin ser consciente de su valor, tuvo en su poder y que les pertenece. El chico se ha comprometido a entregárselo, el problema es que no sabía que se trataba de un diamante, ya no lo tiene y ha terminado en el vertedero, lo que hace prácticamente imposible recuperarlo.
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Saben que el tiempo corre en su contra y que cada segundo es decisivo para salvar la vida de Süsen que, en estos momentos, corre un grave peligro. Por este motivo, Ömer y Oğulcan, muy asustados, recurren una vez más a Akif para que les ayude a encontrar una solución lo antes posible.
Todo está a punto de cambiar
Nebahat está muy ilusionada con su embarazo y comienza a preparar cosas para la llegada de su bebé. En esta tarea cuenta con la inestimable ayuda de Ayla, su mejor amiga. Sin embargo, la madre de Doruk y Melisa recibe una visita con la que no contaba: Süreyya, quien ha decidido romper su compromiso y su relación con Akif, echándose a un lado, para que los futuros padres puedan ser felices cuando nazca su hijo.
La madre de Süsen no es consciente de hasta dónde está a punto de cambiar su vida, no solo en lo que respeta a lo sentimental, sino que su mundo se va a poner patas arriba al enterarse de la fatal noticia de que su hija ha sido secuestrada. Desesperada, quiere salvar a la joven sea como sea y cueste lo que cueste; no puede quedarse con los brazos cruzados. Sin embargo, Ömer y Akif le piden paciencia mientras buscan el diamante.
Cuando la vida de un hijo está en juego, una madre no entiende de tiempos. Süreyya, desoyendo los consejos que ha recibido, decide actuar por su cuenta. Encuentra una manera de llegar hasta el lugar donde tienen secuestrada a Süsen e, ignorando el peligro que esto puede suponer para ambas, se presenta allí. Por suerte, la piedra aparece y Ömer respira tranquilo pensando que todo ha terminado, sin saber que la prometida de Akif se ha enfrentado sola a los criminales, empeorando la situación. El peligro no solo no ha pasado, sino que acaba de empezar.
Ahora deben entregar la joya para que Süsen y su madre sean liberadas. Mientras esto sucede, se produce un tiroteo. Los chicos y Akif en enfrentan a los secuestradores, pero, en un momento, tanto Ömer como uno de los delincuentes toman un arma y se apuntan mutuamente, el criminal no duda en disparar.
Sin embargo, la bala no impacta en el joven; Süreyya hace de escudo para salvarlo y es ella quien recibe el disparo. Gravemente herida, cae en brazos del chico y, en su último aliento, le hace una impactante confesión que lo deja helado: fue ella quien mató a su madre. Además, le pide que cuide de su hija. La ambulancia no puede hacer nada por su salvar su vida y Ömer y Oğulcan consuelan a Süsen y Akif que se quedan destrozados con su muerte.
Nuevos caminos y viejos conflictos
Una semana después, todos intentan reponerse del duro golpe y, poco a poco, van retomando sus vidas. El final del curso se acerca y es hora de que los chicos piensen en lo que quieren hacer en el futuro. Todos parecen tenerlo claro, pero Aybike les sorprende al decidir dejar de lado su sueño de ser piloto para seguir el de Asiye: convertirse en abogada.
Ömer y Süsen, Oğulcan y Elif, Berk y Aybike, Yasemin y Tolga... todos han resuelto sus problemas y tienen relaciones sólidas y estables. Solo queda un conflicto sentimental por resolver: el triángulo entre Sarp, Cansu y Ayaz. La chica y el hermano de Ömer no logran entenderse y casi todas sus conversaciones terminan en discusión. Una noche, mientras Cansu está en un bar con una amiga, unos chicos la molestan. Sarp, que está en el mismo lugar, se pelea con ellos para defenderla. Esto provoca un inesperado acercamiento entre ambos que lo cambia todo entre ellos.
Sin embargo, la relación que parece no tener arreglo es la de Cansu y Aybike. Las dos hermanas no pueden ni verse, y sus tensiones, en lugar de disminuir, se intensifican. Esto convierte la vida en casa de los Eren en un verdadero infierno.
La oportunidad de Ömer
Ömer participa en un concurso de la televisión y destina el dinero que gana en pagar la entrada de una casa. Está muy emocionado y promete dar a Süsen y su familia el futuro que merecen.
Su mejor apoyo y sus mayores miedos
Tras la muerte de Süreyya, Akif está destrozado. Está convencido de que todo el que se acerca a él acaba mal y tiene miedo de que les pueda pasar algo a Nebahat y al niño que viene en camino. En sus momentos más bajos, la madre de sus hijos se convierte en su mejor apoyo: le escucha, le aconseja y logra animarle.
Sin embargo, su calma dura poco, ya que, poco después, la mujer sufre un fuerte dolor, cae al suelo y se queda muy preocupada por el bebé. Por suerte, acude corriendo al hospital y los médicos aseguran que está todo bien. Akif promete salir de su depresión para cuidar de su familia. Además, quieren montar una fiesta para descubrir el sexo de su futuro hijo.
Redescubriendo sentimientos olvidados
Aunque al principio le había dicho que solo podían ser amigos, Orhan empieza a estar cada vez más interesado en Ayten. Todo se intensifica cuando la ve coqueteando con Emin, su amigo de la infancia, ahora jefe de la madre de su hija. Sus viejos sentimientos, que pensaba enterrados tras la pérdida de Şengül, empiezan a resurgir, y se da cuenta de que podría estar enamorándose de nuevo.
Una nueva tragedia se acerca
En el Ataman, organizan una convivencia en el bosque a la que asisten todos los alumnos y algunos padres para disfrutar de una divertida jornada al aire libre. Allí juegan a diferentes deportes, montan una tumbona sujeta a los árboles para columpiarse y organizan un picnic, pasándolo en grande, ajenos a lo que está por venir: un balonazo de Cansu a Aybike durante un partido desata un nuevo enfrentamiento entre ambas.
Las jóvenes se apartan del grupo y, en medio de la pelea, Cansu se resbala y está a punto de caer por un barranco, pero su hermana la agarra a tiempo para evitar que se despeñe al vacío.