Fue una de las novias del año, y su boda, una de las más esperadas. Han pasado más de dos meses desde que Victoria López-Quesada dio el ‘sí, quiero’ a Enrique Moreno de la Cova -el pasado 31 de agosto-, en un enlace celebrado en la Finca Soto Mozanaque, a las afueras de Madrid.
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No habíamos vuelto a verla en un acto público desde entonces -la discreción siempre ha sido una de sus máximas-, pero, tal y como mostramos en las páginas de ¡HOLA! esta semana, la hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y Pedro López-Quesada ‘ha reaparecido’, y lo ha hecho, además, por un motivo muy especial.
Victoria no quiso perderse la inauguración de la nueva exposición de su abuela, la princesa Ana de Orléans, el pasado jueves 17 de octubre.
Doña Ana, Duquesa Viuda de Calabria y de Caserta, presentaba ‘Acuarelas con alma’, una muestra donde mostraba algunas obras con mucho significado para ella, de sus más de dos décadas de trayectoria en el arte. Así que la joven no dudó en apoyar a su abuela en esta cita tan excepcional, a la que acudió acompañada por su madre y también por su tía Victoria de Borbón-Dos Sicilias, quien ha heredado el don y la pasión por la pintura de la princesa artista.
Para la ocasión, Victoria escogió un look muy casual y relajado, ideal para este encuentro con el arte: un jersey de cuello vuelto granate -el color de la temporada- y unos pantalones y chaqueta, a juego, con rayas verticales, que combinaban este color en diferentes tonalidades.
Podemos observar que, en su mano, portaba el catálogo en el que se mostraban las acuarelas que Ana de Orléans había elegido para esta nueva exhibición, la más personal hasta la fecha, según confesaba a ¡HOLA! hace unas semanas.
Una amistad que traspasa generaciones
La suya fue una boda que, como ya informamos en las páginas de nuestra revista, contó con la presencia del rey Felipe VI, como invitado de honor, la reina Sofía y las infantas Cristina y Elena.
Don Felipe, padrino de bautismo de Victoria, mantiene una gran amistad con su padre, Pedro López-Quesada, y, además, es primo de su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, aunque la relación de la familia Borbón-Dos Sicilias con la Familia Real va mucho más allá de los lazos de sangre.
El abuelo de Victoria, el Infante don Carlos -marido de la princesa Ana de Orléans-, era mucho más que un primo para el rey Juan Carlos, quien le confirió honores reales -fue único Infante de España- y le concedió la más alta distinción de la Corona Española, el Toisón de Oro, en 1964. Cuando falleció don Carlos, en 2015, fue enterrado, por deseo de don Juan Carlos, en el panteón de Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
La suya es la historia de una amistad que ha ido pasando de generación en generación -Victoria es, a su vez, amiga de Victoria de Marichalar-. Por ello, quien tampoco quiso perderse la última exposición de la princesa Ana de Orléans fue la infanta Elena, quien también disfruta mucho con el arte -de hecho, una de sus citas predilectas es la entrega de premios del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil que convoca Patrimonio Nacional y que presidió, un año más, el pasado mes de junio-.