No iba a perderse por nada del mundo una celebración tan divertida y terrorífica a la vez como es Halloween, aunque pudiera estar algo convaleciente aún del susto que se llevó hace apenas diez días. Georgina Rodríguez deja definitivamente atrás la neumonía que sufrió y este jueves se puso manos a la obra (nunca mejor dicho) para disfrutar con sus hijos de una noche tan mágica.
Entre las imágenes que ha compartido de la velada, la vemos luciendo a cámara unas uñas postizas bien largas y blancas, mientras que la pequeña Bella Esmeralda imitaba a su madre al llevarlas también, pero de color lila. Además de eso, en la decoración de la casa no podía faltar la clásica calabaza de miedo que, en este caso, tenía velas dentro.
La modelo y Cristiano Ronaldo residen en una espectacular mansión valorada en 12 millones de euros, un hogar de dos plantas y estilo contemporáneo situado en un complejo exclusivo de viviendas de Riad con fuertes medidas de seguridad. Una residencia de lujo con amplias cristaleras, gran terraza chill out, piscina... que además tienen fácil acceso a tiendas y restaurantes de la zona.
Tras pasar cuatro días ingresada en el hospital por esa afección, la influencer fue dada de alta el pasado 25 de octubre y desde entonces ha ido retomando su día a día con los planes que más le gusta hacer. Entre ellos, además de pasar la mayor parte del tiempo con sus niños, está el poder animar y apoyar al futbolista portugués en sus partidos de manera presencial.
Así ocurría este viernes por la tarde con uno de los encuentros más importantes que se disputan actualmente en la Saudi Pro League, donde medían sus fuerzas dos colosos de la competición. Eran el Al Nassr, el equipo de CR7, y el Al-Hilal, el actual campeón y que tiene en sus filas al brasileño Neymar.
Georgina, como es habitual cada vez que los locales juegan en su feudo, ocupaba su sitio en la grada VIP del estadio Al-Awwal Park junto a sus niños y desde allí no quitaba ojo al choque que concluyó con empate a uno. Vestida con gorra negra, pantalón vaquero azul y sudadera de cremallera a juego, antes del pitido inicial también compartía un vídeo de la salida al campo de los futbolistas.
El delantero luso, que no logró marcar esta vez, sigue siendo pieza clave sobre el césped y no escatima esfuerzos para dar lo mejor de sí a los 39 años. Tras la batalla en el terreno de juego, tocaba recuperarse físicamente y él mismo contaba cuál es uno de sus secretos. "Trato de usar el baño de hielo de manera frecuente para ayudar a restablecer mi cuerpo de cara al próximo duelo", ha contado en su perfil público con una foto del momento.