La relación profesional entre el tenista griego Stéfanos Tsitsipás y su padre, Apostolos Tsitsipás, ha llegado a su fin, marcando el cierre de un capítulo complicado en la carrera del joven deportista. Esta decisión se produjo después de un episodio particularmente tenso durante el Master 1.000 de Canadá, donde el tenista griego arremetió públicamente contra su progenitor tras ser eliminado en la primera ronda por el japonés Kei Nishikori.La ruptura entre ambos ha generado una considerable atención mediática, no solo por la cercanía familiar, sino también por la dinámica compleja y a menudo tumultuosa que han exhibido a lo largo de los años en el circuito de tenis profesional.
Este desencuentro no es el primero en su carrera, pero sí parece haber sido el detonante definitivo para que Stéfanos decidiera que era momento de cambiar la estructura de su equipo. En un comunicado, el tenista lamentó su comportamiento hacia su padre y confirmó que su colaboración como entrenador había llegado a su fin. Sin embargo, expresó que Apostolos seguiría acompañándolo en los torneos, pero exclusivamente en su rol de padre.
Stéfanos reconoció en su declaración que las tensiones acumuladas a lo largo de los años y su tendencia a reprimir emociones fueron factores que llevaron a este desenlace. “Mi padre, probablemente, ha sido el núcleo de toda mi vida, no sólo en el tenis sino también en mi día a día. Ha sido una figura muy importante, pero ya había sentido en varias ocasiones esa necesidad de seguir adelante en lo profesional sin él. Obviamente, es uno de los grandes responsables de mis éxitos hasta ahora, pero también necesito explorar mis propios límites, tener mi historia y emprender un viaje diferente en el que seguir aprendiendo”, cuenta el tenista en la entrevista concedida esta semana a ¡HOLA!, para, acto seguido, añadir: “Ha sido muy difícil para los dos tener una relación natural padre-hijo durante todos estos años de campeonatos. Esa fue también una de las principales razones por las que decidí separarme de él como entrenador. En última instancia, también puede entenderse como una manera de salvar nuestra relación y construir algo saludable en el futuro”.
Cabe recordar que Stéfanos es el mayor de cuatro hermanos en una familia casi íntegramente dedicada al tenis. Pese a sentir desde niño una enorme atracción por lo artístico (es un gran amante de la lectura, la filosofía y, sobre todo, de la fotografía, como demuestra en su perfil personal de Instagram), huir del tenis habría sido una utopía en su caso. Su padre daba clases de este deporte cuando, en los años 80, se enamoró de una jugadora soviética, Julia Apostoli.
La relación profesional entre Stéfanos y Apostolos, que lo entrenó desde que tenía nueve años, ha sido una montaña rusa. No es la primera vez que deciden poner fin a su colaboración como entrenador y pupilo. Ya en 2023, la pareja había tomado caminos separados brevemente, con Mark Philippoussis, un extenista profesional, asumiendo el rol de entrenador. Sin embargo, esa colaboración también fue breve y, tras solo dos meses, Stefanos decidió volver a trabajar con su padre. Este retorno fue visto en su momento como un intento de estabilizar su carrera, pero la persistencia de los problemas sugirió que el conflicto subyacente no había sido resuelto.