Hace casi diez años, Stéfanos Tsitsipás tuvo una experiencia de vida, o mejor dicho de muerte, que lo marcó como tenista y sobre todo como ser humano. Conocido por su rápido ascenso en el ranking de la ATP y por hacer historia como el primer griego en ganar un título en el tour, el tenista también se ha ganado la simpatía del público por mostrar una personalidad más relajada ante la vida.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Más allá de sus frases motivacionales en redes sociales, o de los vídeos que comparte sobre sus experiencias de viaje desde su canal de YouTube y podcast, al jugador se le reconoce como un hombre de familia, quienes suelen viajar con él a lo largo del tour. Su padre, Apostolos, no solo ha sido su entrenador, sino quien lo salvó de morir ahogado cuando Stéfanos, tal como recordó en su momento, era octubre de 2016 y Tsitsipás, un desconocido por entonces, se movía por los torneos Futures, los de menor categoría en el circuito. En un día libre, quedó para correr junto a un amigo. "Salimos a correr un rato para hacer un poco de cardio y después nos fuimos para la sauna". Tras el ejercicio, decidieron, en lugar de tomar una ducha normal, ir a la playa, en busca de agua fría. "Solo queríamos refrescarnos", confesó el griego. Y se zambulleron.
Había tormenta y mucho viento y, nada más lanzarse al agua, el ahora número seis del mundo se golpeó el pie con una piedra. "Sin casi darme cuenta estaba a 30 o 40 metros de la orilla. Nunca me había sentido tan perdido". En la playa, según recordaba Tsitsipás, no había socorrista, ni salvavidas, ni manera de pedir auxilio. Entró en pánico. "Fue una experiencia aterradora. No creo haber sentido nunca una experiencia así, que me enseñó a vivir cada momento, a ser agradecido y a no dar nada por sentado en la vida. Seguramente me impactó porque también me di cuenta de lo aterradora que puede ser la naturaleza, especialmente cuando no eres consciente de ello. Aquel día me tocó aprender para el resto de mi vida que siempre hay peligros que uno no puede controlar", cuenta en la entrevista concedida en exclusiva a ¡HOLA! en su primer posado junto a Paula Badosa, donde nos hablan de su historia de amor, superación y lucha.
Entonces apareció su padre, que tiró de él para llevarlo hasta la playa. "Vi el miedo en sus ojos y él lo vio en los míos. Fue un héroe, me salvó sin importarle lo que le pasara a él", explica un emocionado Tsitsipás en las confesiones que realiza públicamente en su afamado canal de Youtube. Apostolos le rescató y pudieron volver a tierra firme, enmarcando casi sin saberlo el momento más importante de su carrera y su vida. "Es el momento en el que he estado más cerca de la muerte. De hecho, por un momento pensé que ya estaba muerto". Pero la historia no acaba ahí, ya que Apostolos, tras salvar a su hijo, volvió al agua para rescatar a su amigo. "No sé ni cómo llegamos a la orilla. Estuve tirado en la arena durante quince o veinte minutos, pensando en cómo había ocurrido todo esto".
Casi tres años después de aquella experiencia, Tsitsipas ha subido más de 200 puestos en el ránking, sabe lo que es ganar a Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic. Desde entonces, su proyección no tiene límites en una época de cambios en el tenis. Su raqueta opta a dominar el deporte en los años venideros. Su juego resurgió del mar para irrumpir con fuerza en las pistas de tenis y no es de extrañar que no le tiemble el pulso en las situaciones de presión. Él miró de tú a tú a la muerte y se salvó. "Desde ese día veo la vida desde otra perspectiva. Me cambió psicológicamente. Desde aquel momento, puedo hacer lo que sea".