Mario Vaquerizo permanece en el hospital tras la aparatosa caída que sufrió el pasado 20 de octubre en el Festival Horteralia de Cáceres. El artista, de 50 años, se cayó del escenario en la primera canción y fue trasladado rápidamente al hospital de la capital extremeña. Después de pasar la noche en observación, regresó a Madrid, a su casa, pero días después tuvo que ser ingresado de nuevo debido a la gravedad de las secuelas. El marido de Alaska tiene varias vértebras fracturadas y no puede ver con claridad. Pese a ello, no pierde su sentido del humor y anoche apareció por sorpresa en El Hormiguero para dar la última hora sobre su estado de salud.
"Estoy bien, gracias a Dios estoy hablando con vosotros, porque la caída podría haber sido mortal", comenzó diciendo en una videollamada con Pablo Motos. "Me podría haber muerto o haberme quedado tetrapléjico. El cuello lo tengo un poquito a la virulé. Ha sido un susto muy grande, pero creo que tengo un ángel de la guarda que me protege y muchos amigos que estáis pendientes de mí. La alegría y la amistad siempre curan las heridas, es la mejor medicina que podemos tener todos", señaló desde la cama del Hospital Ramón y Cajal, donde está siendo tratado de todas sus lesiones por el equipo de oftalmología y neurología.
"El golpe me ha afectado mucho a la visión. De momento, no tengo visión clara. La contusión ha sido tan fuerte que me ha afectado a los dos ojos y veo borroso", explicó. "Es cierto que no ha habido ningún corte que haya afectado al nervio óptico pero está inflamado. Tengo mucho líquido acumulado que no me permite ver con nitidez", comentó.
Los médicos están tratando este problema con corticoides y analgésicos. "El dolor era tan fuerte que no me podía poner de pie porque se pinzaba el nervio, me dolía mucho el hombro y se me paralizaba hasta el brazo, pero hoy ha sido el primer día que no me han tenido que poner más medicación para controlar el dolor", confesó animado el líder de Nancys Rubias.
El marido de Alaska tiene por delante una larga y lenta recuperación, y los médicos, tal y como aseguró, le han pedido que tenga "mucha paciencia" porque podría tardar meses en volver a estar bien. Afortunadamente, "me dicen que soy muy buen paciente", puntualizó, contando que, desde que está ingresado, ha reducido por completo el consumo de tabaco y alcohol. "Nunca hay mal que por bien no venga, este golpe a mí me ha dejado peor de lo que estaba porque no echo de menos ni la cerveza ni fumar. De hecho, me pusieron parches de nicotina y dije: 'Ni que fuera yo tabacalera española", contó sin parar de reír. "Estoy preocupado porque no paro de comer chocolate, entonces tengo miedo, no vaya a dejar de ser la Nancy esbelta para ser la gordinflonita", bromeó.
Además del cariño de sus amigos, Mario aseguró que el apoyo de su mujer está siendo clave en estos momentos. "Si Alaska era la mujer de mi vida ahora es más, ahora también es mi enfermera sexy", concluyó.