Laura Pausini no necesita presentación alguna. 30 años en la música la avalan. Pero nadie le ha regalado nada. Porque podríamos llegar a creer que, después de tanto tiempo en la cumbre, con un Globo de Oro y una candidatura al Oscar, ella no entiende de techos de cristal. Pero sí. Sabe demasiado bien lo que son. Es una estrella internacional y, también, una mujer y eso no es fácil en un mundo de hombres, ni siquiera para una "tipa" con tanto carácter como esta italiana, versión 5.0 de las maggiorate de Fellini, Rossellini o Vittorio De Sica.
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Ahora, está de aniversario. Cumplió 50 en mayo, aunque las divas no tengan edad. O la tienen, precisamente, porque les da la gana. Y han pasado tres décadas también ya de I sogni di Laura, su primer álbum. Y, sí, muchos de aquellos sueños se han cumplido. No obstante, es en este momento cuando ha logrado "ser más coherente con sus emociones", cuando es más "consciente de lo que significa amar y ser amada". Del amor, en definitiva. Gracias a su marido, Paolo, y a su niña, Paola, los pilares de su vida. Pero ha habido un detonante. Ha ocurrido con su último sencillo que, con un cambio de imagen radical —ahora es rubia—, abre y cierra una etapa. Como ese ambivalente ciao italiano, que lo mismo significa "hola" que "adiós", y que ella ha españolizado. Su single se titula, así, Chao.
Dice que no siempre le ha sido fácil despedirse "de una forma pacífica". "Cuando una historia —ya sea de amor, amistad o trabajo— termina, es más fácil discutir, culpar o anular al otro. Sin embargo, también se puede hacer desde el respeto. Sin reproches, sin rencores… Personalmente, “Chao” lo siento como un mensaje de liberación, de dejar ir, de aprender a soltar lo que no nos permite crecer".
"Laura —confiesa, hablando de sí misma en tercera persona— es más madura. Ya conoce el amor propio". Parece increíble escuchar a una mujer, tan todopoderosa como ella, decir algo así, pero es que, en sus 30 años de carrera, "La Pausini" ha tenido sus luces y también sus sombras. Especialmente, por eso, porque se le presupone poder con todo, y "hubo una etapa, te confieso, en la que sentí que ya no podía. Coincidió con el confinamiento, un periodo terrible, pero en el que, en cambio, gané un Globo de Oro y fui candidata a los Oscar. Sin embargo, fue uno de los momentos más complicados para mí. Sentí un bloqueo absoluto. Pensé que no tenía nada más que decir. Jamás había vivido algo así". Finalmente, supo cómo reencontrarse y cómo reconectarse, y cuenta que fue a través de las historias vitales de aquellos que habían vivido con sus canciones, como banda sonora. "Ahí, realmente, encontré la motivación para seguir". "La música cambia la vida de la gente. No puede tomarse a la ligera".
Mucho por hacer
¿Entienden ahora por qué la pasión de Laura Pausini no es impostada? Impegnata, però non finta. Ser auténtica siempre ha sido su máxima. Algo que ha tenido muy claro desde sus inicios y de lo que se siente muy orgullosa. "El mundo de la música no fue fácil, ni antes, ni ahora. Al principio, tuve que demostrar y demostrarme que podía estar aquí. Sobre todo, como mujer, porque cuando yo empecé, era una industria orquestada mayoritariamente por hombres. Ahora, por suerte, ha cambiado la fotografía general, pero sigue quedando mucho por hacer. En mi camino, lo más importante —y lo más difícil— ha sido mantenerme fiel a mis valores, a quién soy. Y mantenerte fiel a ti misma, cuando todo lo que te rodea te señala hacer lo contrario, no es sencillo. Siempre resulta más cómodo dejarte llevar. Pero yo, no".
Quizás porque se rodeó de quien debía, o porque en la cumbre no ha "estado sola. He tenido a mi familia, a mi equipo, a mis “fans”. Ellos son mi motor. El éxito puede ser abrumador, y debes encontrar un equilibrio para recordar de dónde vienes y hacia dónde quieres ir. Al final, la felicidad no es ni el triunfo ni el dinero. La familia fue siempre en lugar a donde volver".
"Estoy orgullosa de haber sido fiel a mí misma y no haberme convertido en ningún juguete de la industria", afirma la cantante, que hoy se confiesa "más madura y coherente con mis emociones"
En especial, su núcleo duro: Paola, su hija, que "lleva la música en el ADN", dice su madre, y Paolo, 19 años después y pese a los miles de compromisos, con quien ha logrado que "el amor sea posible. Cuando construyes una base sólida, se puede superar cualquier cosa". La vida sonríe a la chavalina romagnola que dejó de cantar en el piano bar de su padre, para ganar San Remo, con 18 años. Posiblemente, porque está loca por la vida, pero no ha perdido nunca el norte: "Hoy me enfrento a la vida y a la industria de una manera diferente. Soy más consciente de quién soy y de lo que quiero. Pero estoy orgullosa de no haber permitido, jamás, convertirme en un juguete".
-Laura, cuéntame cómo es tu nuevo sencillo, ¿Qué podemos encontrar en él? ¿Qué nueva Laura nos dibuja Chao?
-Chao nace de manera inesperada. No siempre he sido capaz de vivir los finales de igual manera y Chao trata de eso, de cómo dejar ir a las personas que han estado a tu lado, pero de una forma pacífica algo que, no es fácil, o al menos, para mí. Normalmente, cuando una historia, ya sea de amor, amistad o trabajo termina, es más fácil discutir, culpar o anular al otro, sin embargo, con Chao quiero demostrar que también se puede hacer desde el respeto. Se puede llegar a un final de una relación, por ejemplo, sin reproches, sin rencores…Personalmente, lo siento como un mensaje de liberación, de dejar ir, de aprender a soltar lo que ya no nos sirve para crecer. Y pienso que refleja una Laura más madura y más consciente de lo que significa el amor. El amor propio. He querido transmitir una sensación de empoderamiento, pero también de vulnerabilidad. Un sentimiento que nace de la vida misma, de esos momentos en los que tenemos que cerrar capítulos para comenzar otros.
-Cuando una mujer como tú, que lo ha hecho todo (hasta una BSO de Oscar), ¿dónde encuentra los retos? ¿Qué tiene que tener algo para que te apetezca hacerlo?
-Hubo una etapa, te confieso, en la que sentí precisamente que ya no tenía retos. Coincidió con el confinamiento, un periodo terrible para todos, pero en el que, en cambio, gané un Golden Globe y fui nominada a Los Oscar. Reconocimientos que no esperaba y ni tan siquiera soñaba. Y, sin embargo, fue uno de los momentos más complicados para mí. Sentí un bloqueo absoluto. Pensé que no tenía nada más que decir. Jamás había vivido un momento así a lo largo de mi carrera. Por suerte, mientras trabajaba en el documental sobre mi vida, supe reencontrarme y reconectar con mi motor y superarlo porque, al final, siempre hay retos. La música es infinita. Siempre te ofrece nuevas formas de expresarte, nuevos mensajes que compartir, nuevos viajes y aventuras que vivir.
En resumen, mi mayor desafío vital es mantener la autenticidad, pero también sorprenderme a mí misma. No me gusta repetirme, y cada proyecto tiene que tener ese “algo” que me mueve. A día de hoy me inspiro mucho en las historias que me cuentan mis fans, en cómo mi música, mis historias, han influido en sus vidas. Y es ahí realmente donde encuentro la motivación para seguir.
-Da la impresión de que Laura Pausini no para nunca… ¿alguna vez se aburre?
-(risas) Pues tu impresión es muy acertada, sí. Me aburro muy pocas veces. Soy muy inquieta, y vivo este trabajo como una misión. Es compromiso, es dedicación, es disciplina. Fíjate que, independientemente de los resultados, me gusta que todos creamos en el proyecto, creo que es la única manera de hacer un buen trabajo porque, la vida cambia la vida de la gente, no puede tomarse a la ligera.
-¿Qué queda en la Laura Pausini de hoy de la Laura Pausini de I sogni di Laura?
-Mucho. La ilusión, las ganas de aprender, la emoción de estar sobre un escenario…Eso no ha cambiado y espero que no cambie jamás. Lo que sí ha cambiado es la manera en la que me enfrento la vida y a la industria. Hoy soy más consciente de quién soy y de lo que quiero. La Laura de ahora es mucho más madura y coherente con sus emociones. A la Laura joven le diría que siguiera soñando, pero también que sea fuerte, que encontrará obstáculos, pero que vale la pena seguir.
-El mundo de la música no parece fácil. ¿Cómo ha sido tu camino?
-No lo es, no. No fue fácil ni antes ni ahora. Y estos 30 años de carrera han sido un recorrido cargado de mucho trabajo y perseverancia. Al principio, tuve que demostrar y demostrarme que podía estar aquí. Sobre todo, como mujer porque cuando yo empecé, en la industria musical habían muy pocas mujeres y era una industria orquestada mayoritariamente por hombres. Ahora por suerte ha cambiado mucho la fotografía general pero sigue quedando mucho por hacer. En mi camino, lo más importante -y lo más difícil- ha sido mantenerme fiel a mis valores, a quién soy. Y conseguirlo ha sido la verdadera clave para mí. A veces, mantenerte fiel, cuando todo lo que te rodea te señala hacer lo contrario, no es fácil. Siempre resulta más sencillo dejarte llevar. Pero yo, no. Y me siento orgullosa de haber sabido mantenerme fiel a mi misma y no haberme convertido en un juguete.
-La moda, la belleza, la industria musical… ¿Sigue regida por la dictadura de la belleza?
-Creo que estamos avanzando, pero aún queda camino por recorrer. La edad se vende como que ya no es un límite, pero no es del todo cierto. Sigo escuchando comentarios que me siguen entristeciendo mucho. Del mismo modo que las presiones sobre la belleza siguen existiendo también y a cualquier edad. Me gusta ver como cada vez más artistas están rompiendo esos estereotipos… Ahora espero que las principales cabeceras también lo normalicen.
-¿Cuál es la fórmula del éxito? ¿Eres perfeccionista? ¿Te perdonas los errores?
-No hay una fórmula mágica para el éxito. Es una combinación de talento, trabajo duro, pasión, algo de suerte y saber rodearte de las personas adecuadas. Ser perfeccionista me define a la perfección (risas), pero con los años he aprendido a ser más permisiva también conmigo misma. Ahora entiendo los errores como parte del camino, y es fundamental aprender de ellos.
-¿Cómo mantienes la seguridad en ti misma?
-Es un proceso. Siempre habrá críticas, y no es fácil cuando te señalan tus defectos. Pero he aprendido a centrarme en lo positivo, en lo que soy y en lo que he logrado. Mi seguridad viene de saber quién soy más allá de la fama. Por eso es importante ser fiel a ti misma. ¿Sabes el único lugar donde siempre me siento segura? Cuando estoy en un escenario. Para mí es mi verdadero hogar. Mi casa, mi lugar de paz.
-Treinta años en la cumbre… ¿se siente una sola allí arriba?
-No, porque no estoy sola. Tengo a mi familia, a mi equipo, y sobre todo a mis fans. Ellos son mi motor. Sí que es cierto que hubo un punto en el que me encontraba sola, en el que tuve que parar y equilibrar mis pilares principales. El éxito puede ser abrumador y debes encontrar ese equilibrio para reconectar: recordar de dónde vienes y hacia dónde quieres ir. Mi familia es el pilar. Sin ellos todo sería diferente.
-Ser una estrella mundial es compatible con ser esposa y madre?
-No es fácil, pero es posible. Ser madre es lo más bonito y desafiante que me ha pasado nunca. Mi hija Paola es mi mayor alegría, y aunque el equilibrio entre mi vida profesional y personal es complicado, lo intento una y otra vez con amor y paciencia. No siempre es perfecto, pero entre todos hacemos que funcione. Cuento con el apoyo incondicional de Paolo y con el de mis padres y mi hermana. Ellos me ayudan a lograrlo.
-¿Paola seguirá tus pasos?
-¿Quién sabe? Me hacen mucho esa pregunta… Ella decidirá lo que quiera ser. Lo más importante es que sea feliz, que encuentre su propio camino. Si la música es parte de su vida, estaré ahí para apoyarla, pero también si decide hacer algo completamente diferente. Mi apoyo lo tendrá siempre. Es cierto que la música le apasiona y que lleva en su ADN. Pero ni su padre ni yo queremos condicionarla en nada. Es libre de escoger aquello que le haga feliz. Solo deseo que cumpla sus sueños. Y eso no significa ni éxito ni dinero. Solo deseo se sienta realizada.
-Cantante tú, productor musical él… ¿en casa se habla de algo que no sea música?
-(risas) Obviamente hablamos mucho de música. Y ya me conoces: a Laura Pausini le encanta hablar. Así que, claro que hablamos de más cosas. Como toda buena familia.
-Lleváis más de una década juntos… ¿Es fácil mantener una relación estable siendo una estrella?
-No es fácil, pero cuando hay amor y respeto, todo es posible. Las relaciones en este mundo —el de la música— pueden ser complicadas, pero cuando construyes una base sólida, se puede superar cualquier cosa.
-Eres una estrella internacional, pero ¿España se ha convertido en tu segunda patria?
-Sí, absolutamente. España es parte muy importante de mi vida. Siento que este país me ha dado mucho. No hablo solo profesionalmente, sino también a nivel personal. Hay algo en la gente, en la cultura, que me hace sentir en casa y que me permite sentirme libre. Es un lugar en el que siempre me siento yo misma y en el que, desde el primer día, me he sentido acogida. Amo España y nunca veo la hora de regresar.