El pasado fin de semana, las familias Ruiz de Velasco Treviño y Lizarriturri Lacalle se dieron cita en Guadalajara para celebrar el enlace de Juan y Beatriz. Una boda organizada con cariño durante los últimos meses que se convirtió en un auténtico cónclave de aristócratas.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
No era para menos, este enlace unía a dos grandes sagas de nuestro país: la aristocrática familia de los condes de Vastameroli –padres de la novia– con los Zunzunegui, una de las familias más importantes en la industria de la moda en España. Amalia, abuela materna del novio, fue la encargada junto a sus hermanas de traer Armani a nuestro país hace varias décadas.
Una de las invitadas más importantes fue sin duda la infanta Elena, gran amiga de la familia que tal y como relatan las fuentes consultadas a ¡HOLA! “se lo pasó fenomenal”. De hecho, incluso se animó a bailar con los novios en el cóctel al ritmo de la música en directo que tocó un grupo flamenco que les regalaron por sorpresa a los contrayentes. Sin duda, uno de los momentos más comentados por los invitados al día siguiente.
Entre los invitados, tampoco faltaron Ioannes Osorio, duque de Albuquerque o los condes de Montalbán, también grandes amigos de las familias. También asistieron a la cita los condes de Osorno, que como el resto de invitados, disfrutaron tras la ceremonia religiosa de una preciosa celebración en Dehesa de Valbueno, la finca propiedad de los padres de Belén Corsini, prima de la novia y además una de sus personas de máxima confianza.
Por supuesto, al enlace asistió toda la familia Lacalle, que posaron en una multitudinaria foto que publicamos en exclusiva en el último número de nuestra revista junto al resto del reportaje de la boda.
Belén forma parte del círculo más íntimo de amistades de la novia. De hecho, fue una de las designadas para ser testigo del enlace. Un honor que compartió junto a otras cuatro amigas: Marta Hernández-Gil, sobrina del ex presidente de Alianza Popular y prima de Eugenia Silva (que fue su testigo principal al ser su mejor amiga); Lucía Piñeyro Martos, baronesa de Molinet y nieta por parte de padre de los marqueses de Bendaña y por parte de madre de los marqueses de Casa-Tilly; Marcelina Chavarri Muguiro y Cristina Beca Silos, nieta de los marqueses de Ureña. Un auténtico cónclave aristocrático que por supuesto encabezan sus padres, los condes de Vastameroli, León de Lizarriturri y Beatriz Lacalle.