Jenna Fischer, conocida por su inolvidable papel como Pam Beesly en The Office, no solo ha cautivado a millones de espectadores con su encanto y talento, sino que también ha demostrado una admirable fortaleza en su vida personal. Con el paso de los años, ha logrado equilibrar su carrera profesional con la maternidad y su vida familiar, pero uno de los desafíos más grandes que ha enfrentado recientemente ha sido su lucha contra el cáncer de mama. En una reveladora entrevista al programa de televisión estadounidense TODAY, la actriz se ha sincerado sobre cómo vivió ese difícil proceso, apoyada por su familia y seres queridos, pero siempre con ese sentido del humor y optimismo que tanto la caracterizan.
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Fischer conoció que tenía cáncer de una manera totalmente inesperada, tras una biopsia que, según los médicos, solo tenía un "10% de probabilidades de ser canceroso". Sin embargo, esa mínima probabilidad le tocó a ella y su vida comenzó a desmoronarse cuando vio en sus resultados palabras como "invasivo", "ductal" y "maligno". Aunque al principio no estaba del todo segura de lo que significaban, el miedo y la incertidumbre comenzaron a apoderarse de ella hasta que su médico confirmó lo que tanto temía; padecía cáncer de mama. "Sentí una incredulidad total", confesó. A lo largo del tratamiento, que incluyó quimioterapia, una lumpectomía y radioterapia, Fischer mantuvo la compostura por sus hijos y su marido, quien fue su principal apoyo durante todo el proceso.
El diagnóstico de cáncer triple positivo hizo que la actriz tuviera que enfrentarse no solo a la enfermedad, sino también a los difíciles efectos secundarios de la quimioterapia. Uno de los momentos más duros fue la pérdida de su cabello, algo que, según ella, la afectaba profundamente. "Busqué mucho en Google sobre cabello y fotos del cabello y me pregunté: '¿Cómo se verá?' Es curioso. La forma en que lo perdí no fue uniforme", reveló Fischer. Empezó con una gran calva en el lado derecho de su cabeza y confesó entre risas que, para cubrirla, utilizaba el pelo de su otra mitad, lo que dificultaba bastante su forma de peinarse. Sin embargo, la actriz de The Office logró mantener una actitud positiva e hizo caso a un sabio consejo que le dio su enfermero: "vive tu vida durante el proceso".
Su papel como Pam Beesly en 'The Office' cambió su vida
Aunque Jenna Fischer ha tenido una carrera llena de éxitos, fue su interpretación de la dulce y encantadora Pam Beesly en The Office lo que la catapultó a la fama mundial. Durante nueve temporadas, interpretó a la tímida recepcionista que, con el tiempo, se convirtió en una mujer fuerte y decidida. La química entre Fischer y su compañero de reparto, John Krasinski, se convirtió en uno de los romances televisivos más icónicos de los últimos tiempos, y su actuación le valió el cariño de millones de fans. En más de una ocasión, Jenna ha expresado lo agradecida que está por haber formado parte de una serie que, a día de hoy, las nuevas generaciones de espectadores siguen disfrutando.
El gran amor de Jenna Fischer: Lee Kirk
El amor llegó a la vida de Jenna Fischer en forma de Lee Kirk, un talentoso guionista y director con quien contrajo matrimonio en 2010. Entre sus trabajos más destacados se incluyen se incluyen Ordinary World y The Giant Mechanical Man y apareció en la sexta temporada de The Office haciendo un cameo junto a su esposa. Desde entonces, su relación se ha mantenido sólida y llena de complicidad.
Kirk, como hemos señalado anteriormente, ha sido siempre el mejor apoyo para Jenna, especialmente durante su batalla contra el cáncer de mama, una etapa en la que, según ella misma ha dicho, su marido fue su "roca". Juntos han construido una vida familiar estable y feliz, y han compartido no solo los momentos dulces, sino también los más complicados y duros. Fischer es partidaria de que uno de los pilares de su matrimonio es la comunicación y el sentido del humor, dos aspectos que les han ayudado a atravesar unidos esta enfermedad.
El apoyo que encuentra en sus hijos
Jenna Fischer es, ante todo, una madre dedicada. Junto a su esposo, Lee Kirk, ha formado una hermosa familia con sus dos hijos: Weston Lee, de 13 años, y Harper Marie, de 10. Para la actriz, la maternidad ha sido una de las experiencias más gratificantes de su vida. y siempre ha mantenido una relación muy especial con sus pequeños. En más de una ocasión ha confesado que, a pesar de su carrera en Hollywood, su prioridad es estar presente en la vida de sus hijos. Weston y Harper han sido testigos del coraje y la fortaleza de su madre en momentos difíciles, especialmente cuando la actriz se enfrentó a su inesperado diagnóstico. Fischer siempre ha destacado la importancia de la honestidad y compartió con ellos cada paso de su tratamiento para que comprendieran que la enfermedad no era la que la hacía sentir mal, sino los efectos secundarios del tratamiento. "Fueron increíbles, lo hicimos juntos", declaró la actriz, quien quisó demostrar asi el profundo lazo que los une como familia.
Ahora, tras haber pasado el cáncer, Fischer ha reconocido que su perspectiva de la vida no es la misma que la que tenía antes. Admite que ve el mundo como "un lugar bonito en toda su rareza. Incluso lo que antes me irritaba, ahora me parece encantador".
Al mismo tiempo, aprovecha esta experiencia que, por desgracia, le ha tocado vivir para animar a todas las mujeres a que acudan a las revisiones de detección del cáncer de mama. "Si hubiera esperado seis meses más, podría haber sido mucho peor. La rutina de mamografía salvó mi vida, y estoy tan agradecida de haber acudido a esa cita", reconoció Fischer a TODAY y lanzó un mensaje de esperanza a todas aquellas mujeres que estén pasando por una situación similar: "Sé que hay una mujer sentada al final de su cama preguntándose: '¿Qué sigue para mí?’. Y quiero decirle: ‘Vas a recuperar tu vida. No podrás creer toda la belleza y maravilla que te espera en este camino'".