La historia de amor entre Noah y Joanne ha cautivado el corazón de todos sus espectadores. Nadie quiere esto, de Netflix, se ha convertido en un completo éxito. Sin duda, la relación de los protagonistas es idílica, digna de película. Así lo debió pensar la creadora de la serie, Erin Foster, quien ha hecho el guion inspirándose en sus propias vivencias. Además, a su trama se suma que nos ha traído de vuelta a la pequeña pantalla a dos de los actores más queridos de los 2000, Adam Brody, conocido por su papel revelación fue de Seth Cohen en Fox The OC, y cuyo personaje forró las carpetas de las estudiantes de la época; y Kristen Bell, como actriz de doblaje, ya que era la voz en off original de Gossip Girl y de Elsa en las películas de animación Frozen y Frozen II. Os contamos todos los detalles.
Ha sido la propia directora, Erin Foster, quien ha desvelado que la trama de Nadie quiere esto, es su historia con Simon Tikhman, quien en la vida real es ejecutivo de la industria musical. Ella era actriz, empresaria, y presentadora de un podcast. Por su parte, su pareja, no era rabino como sí ocurre en la ficción, pero provenía de una familia judío practicante. Una circunstancia que provocaba que vieran la vida de maneras muy diferentes. Aunque la serie refleja su crónica amorosa, en la realidad, la productora americana y su marido, no recibieron tanta oposición de sus familias y amigos como los personajes protagonistas.
Tal y como la productora confesó en el medio americano, Today, ella y Simon se conocieron en un gimnasio de Los Ángeles en el año 2018 y justo un año después, en 2019, pasaron por el altar. Además, explicó que siempre había pensado que su forma de ver el mundo "nadie podría cambiarla". Hasta que llegó Tikhman, quien le hizo replantearse su visión de la vida y convertirse al judaísmo para poder pasar por el altar. Una decisión, que tras mucho sopesar, aceptó por amor: "Cuando conocí a Simon, me dijo que sería importante para él casarse con una judía. En ese momento no significaba nada para mí, me daba igual. Pero cuando pasé por el proceso y fui a las clases de conversión en Wilshire Boulevard Temple, era un mundo fascinante, expansivo, muy guay". Otra de las diferencias que hay entre la ficción y la realidad, es que tanto ella como el productor musical, son muy celosos de su intimidad: "Mi marido es muy reservado. Estar casado con alguien como yo es su infierno personal. Literalmente, hoy me dijo: 'Que tengas un buen día. Buena suerte con las entrevistas. Por favor, no hables de mí'
Más allá de las diferencias entre los personajes reales y los de ficción, sí que la escritora y productora contó que hay escenas que ha recreado literalmente como pasaron en su vida. Uno de los ejemplos que expone, es cuando en el capítulo 6, Noah conoce a los padres de Joanne. Para impresionarlos, llega vestido con ropa de gimnasio y un ramo de girasoles. Un hecho que les ocurrió de verdad: "Las flores eran tan largas, y seguían cayéndose. Estando ahí, pensé: Bueno, si alguien se esfuerza tanto, se siente como una debilidad", recodó Foster entre risas.
Si el éxito de Nadie que quiere esto continúa, dado que el romance de Adam Brody y Kristen Bell queda en el aire, Erin Foster podría seguir inspirándose en su día a día. Si fuera así, tendrán un final feliz, ya que ella y Simon pusieron el broche de oro a su historia de amor tras dar la bienvenida a su primer hijo, Noa, el pasado mes de mayo.
Nadie quiere esto, sinopsis
Nadie quiere esto trata de una agnóstica presentadora de podcast y un rabino que se acaba de separar y se siente muy unido a sus tradiciones y su fe. Joanne y Noah se conocen en una fiesta y enseguida surge la magia entre ellos. Dos personas completamente diferentes se ven unidas por una gran conexión que no se puede ocultar. Mientras su relación se intensifica, los dos se ven obligados a enfrentarse a sus propias creencias y a analizar el impacto que pueden tener sus diferencias en un futuro en común. Una producción que consta de 10 capítulos de 30 minutos y de la que se puede disfrutar en la plataforma digital, Netflix.