La novena edición de MasterChef Celebrity le está permitiendo a Raúl Gómez vivir "el baile culinario más extraordinario de la televisión". Durante su paso por el concurso de TVE no solo está adentrándose con ilusión en el universo gastronómico y adquiriendo nuevas herramientas para ponerse entre fogones, sino que también le está dando la oportunidad de hacer nuevos amigos entre sus compañeros y mostrar al público su lado más personal. Aunque el presentador siempre destaca por buen humor y su felicidad contagiosa, también se ha roto al hablar de la pérdida familiar que lo ha marcado para siempre.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Mientras avanzaba en la primera prueba de la entrega de este 21 de octubre, Raúl ha contado que se enfrentó a la trágica muerte de su hermano mayor, Roberto, con 18 años y desde aquel día nunca volvió a ser el mismo. "Perdí a la persona que más quería en el planeta, se me rompió el corazón en mil pedazos, también a mi familia, pero que eso no me va a pasar nada", ha comenzado a decirle Jordi Cruz, uno de los tres miembros del jurado. "Mira que han pasado años. Llevo más años sin él que con él, pero nunca uno acaba de acostumbrarse y de decir es que no está. Aunque no está, pero sí está... Yo lo siento, pero no lo puedo tocar", ha señalado.
La pérdida de su hermano, que tenía 21 años, fue especialmente dura para Raúl ya que se produjo durante una noche en la que ambos salieron de fiesta juntos, dispuestos a disfrutar y a divertirse. El humorista ha narrado emocionado que se perdió en la discoteca a la que acudieron y al verse solo decidió volver a casa. Cuando al llegar su abuela le preguntó, excusó a su hermano diciendo que estaba aparcando. Instantes después recibió una llamada de su padre en la que se enteró de que su hermano había tenido un accidente que no pudo superar. "Yo debería haber estado en ese coche", ha puntualizado, ya que estaba previsto que volvieran en el mismo coche.
Para Raúl, su hermano sigue presente cada día, en los buenos momentos y en los malos. Desde aquel día en el que todo cambió, decidió que la sonrisa sería su herramienta más importante para seguir adelante y le acompañaría cada día. Lo sigue cumpliendo. "Sonrío siempre porque intento disfrutar de la vida como si no hubiera un mañana. La vida es un regalo y puede cambiar de un segundo para otro", ha reflexionado. Además, ese recuerdo de su hermano mayor se lo transmite a sus dos hijas, Julieta y Olivia. "Si les preguntas dónde está el tito Roberto dicen que en la estrella más luminosa", ha contado.