La conocida influencer portuguesa Joana Mascarenhas ha sido condenada a dos años y seis meses de prisión por el Tribunal Penal de Lisboa, tras ser declarada culpable de un delito de violencia doméstica. La sentencia, que ha sido suspendida bajo la condición de cumplir un plan de reinserción, fue impuesta después de que Mascarenhas sumergiera a su hija de tres años en agua fría como castigo para frenar sus rabietas. Además, la influencer deberá pagar una indemnización de 1.000 euros.
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El caso salió a la luz cuando Mascarenhas compartió un vídeo en redes sociales, que rápidamente se volvió viral, en el que relataba su polémico método de disciplina. En el vídeo, explicó cómo, tras una rabieta de su hija, decidió sumergirla en una piscina con agua fría hasta el cuello, asegurando que este era "el método más eficaz" para calmarla.
"Estábamos en la piscina, se sentó en el suelo a llorar y decir que no podía caminar, lloró y lloró, gritó y yo pensé que tenía dos opciones: dejarla que se hartase de llorar y que descubriese que no conseguía nada o, si yo me cansaba de escucharla, meterla en la piscina, ella odia el agua fría. Estaba todavía con el uniforme escolar y lloró otros quince minutos. Yo no le dije nada ni la amenacé, la cogí y la sumergí en la piscina hasta el cuello" relataba Mascarenhas en el mencionado video. "Aquello la desconcentró, el cerebro fue para otro asunto: ahora estaba con frío. Al cambiar el foco de la rabieta, que ella intentaba ganar, comprendió que tal vez perdería siempre. Ella ya no tiene berrinches en la piscina desde hace más de tres semanas. Sabe que si hay rabieta, va al agua" añadía la influencer.
Sin embargo, esa no fue a única vez que esta creadora de contenido portuguesa recurrió a este método pues tras un berrinche nocturno decidió meterla bajo el agua fría de la ducha ya que ella consideraba que su hija utilizaba los terrores nocturnos "como táctica" para llamar la atención de sus padres y que alguno de ellos acudiera para estar junto a ella. "A partir de cierto momento ella ya no tenía terrores nocturnos, ya solo se despertaba y montaba rabietas porque quería que fuésemos a estar con ella o porque decía que estaba sola (...) nosotros le dejamos que si se despierta de noche pueda venir a nuestra cama, pero ella adquirió el hábito de pedir que la fuéramos a buscar porque tenía miedo. Día sí, día no, nosotros sabíamos que era una táctica porque ella no tiene miedo de la oscuridad y dejamos la puerta abierta para que entre (...) pensé que estaba creando una reina y que teníamos que cortar aquello de raíz".
"Vestida con el pijama, la metí y la mojé con agua fría. Fue un super remedio. Le quité la ropa mojada, la envolví en una toalla, la acosté y durmió unas tres horas. Fue maravilloso, ella se relajó y se dio cuenta de que no puede tener rabietas en la piscina o en casa porque puede perder", presume la madre en el vídeo. Fue un super remedio. Le quité la ropa mojada, la envolví en una toalla, la acosté y durmió unas tres horas. Fue maravilloso, ella se relajó y se dio cuenta de que no puede tener rabietas en la piscina o en casa porque puede perder”.
La publicación generó indignación, y la Fiscalía abrió contra ella una investigación. Un año después esta misma Fiscalía describió el castigo como "humillante" y consideró que la influencer había tratado a su hija de manera "indigna". Mascarenhas, que defendió públicamente su comportamiento, ahora deberá enfrentar las consecuencias legales de sus acciones.