Sara Carbonero ha emocionado a toda España con su conmovedor y sincero discurso en el que ha hablado con el corazón en la mano y por primera vez de su cáncer de ovarios, enfermedad que le fue diagnosticada en 2019. La periodista, de 40 años, confesó cómo la enfermedad cambió para siempre su vida, así como la de aquellos que la rodean. Además, aprovechó la ocasión para mandar ánimos a todos aquellos que estuviesen en su misma situación. Unas palabras que han causado una enorme repercusión y una oleada de empatía. Amor por el que Sara se siente más que agradecida.
Este fin de semana, la periodista ha compartido una profunda carta. “Todavía con resaca emocional, no podía dejar de dar las gracias. Estoy abrumada y en una nube”. Un mensaje que va acompañado de unas imágenes muy especiales de una jornada que marcarán para siempre un antes y un después en su vida. Además, en este mensaje ha hecho alusión a personas muy importantes para ella como Eva González y su buena amiga Raquel Perera.
En su discurso, Sara Carbonero hizo especial hincapié en lo importante que es para el enfermo estar acompañado y tener una red de apoyo en el duro camino del cáncer. Como no podría ser de otra manera, en esta jornada tan especial ha estado arropada por algunas de las mujeres que jamás le han soltado de la mano. Su madre Goyi, su hermana Irene y amigas como Isabel Jiménez, la cual no pudo contener las lágrimas al volver a escuchar a Sara durante la emisión de los informativos que presenta. De la misma manera, le ha dedicado unas cariñosas palabras a Eva González y Raquel Perera que estuvieron a su lado en el escenario.
“Gracias Eva por salirte dos veces del guion y ser tan auténtica y generosa. Eres el eslabón y el alma de estos premios”, ha escrito sobre la maestra de ceremonias con la que se fundió en un fuerte abrazo. Raquel, por su parte, forma parte de su círculo más cercano y ha vivido junto a Sara algunos de los mejores y peores momentos de su vida. “Raquel, no se me ocurrió nadie mejor para hacerme entrega de este reconocimiento que las dos hemos soñado y conseguido juntas. Mis lágrimas son las tuyas y al revés”.
Todas ellas aparecen en este peculiar álbum de fotografías. Caminando al lado de la periodista, compartiendo risas y también lágrimas en los momentos más emotivos, pero, sobre todo, aplaudiendo este gran logro. Y es que aunque Sara era la protagonista del evento, esta historia no se podía haber escrito sin ellas.
Una cita en la que también hubo tiempo para las primeras veces. La presentadora castellano-manchega es una amante confesa de la buena música y en esta velada tuvo la oportunidad de compartir anécdotas con Miguel Ríos, uno de los rockeros más populares de nuestro país. “Gracias Miguel Ríos por ese abrazo, fue un sueño conocerte y que nos contases la historia de este grupo llamado ‘los Almudenos’ en honor a nuestra querida Almudena Grandes”.
La velada estuvo amenizada por las canciones de Amaral. A pesar de los problemas técnicos la periodista disfrutó al máximo del concierto y de sus himnos intergeneracionales que le pusieron la piel de gallina. Sara ha usado un juego de palabras con uno de los temas más populares del grupo aragonés para, de nuevo, dar las gracias a todos los que la rodean. “Porque yo, sin toda la gente que me quiere, no soy nada”.
Esta valiente y sincera intervención tuvo lugar en la gala benéfica ELLExHOPE, donde se busca recaudar fondos para la investigación, que como subrayó la presentadora es fundamental para poner fin a la enfermedad. Sara fue galardonada con el Premio Valentía, una distinción que también recibieron la bióloga molecular Sara García Alonso y el poeta y ensayista Luis García Montero, marido de Almudena Grandes, que falleció en 2021 a los 61 años a causa del cáncer. La periodista ha expresado su admiración por ambos.
Un look con mensaje
Para tan señalada ocasión, la periodista toledana se ha decantado por un favorecedor vestido lencero blanco de inspiración nupcial de la firma Álex Vidal Atelier. Un diseño que no fue elegido al azar, ya que, tal y como ella misma ha explicado, era un guiño al color del plumaje de las aves que alcanzan la libertad deseada al desplegar sus alas y alzar el vuelo.