La salud del Rey ha vuelto a estar en el punto de mira por unas horas, en los últimos días… Pero, de nuevo, solo eran rumores. Saltaron las alarmas cuando Buckingham anunció que no acudirá a la cumbre del clima COP29, que se celebrará en Azerbaiyán en noviembre, pero todo volvió a la normalidad al ver que, en su agenda, se mantenía la gira de nueve días y casi 50.000 kilómetros a Australia y Samoa, que empieza este mismo fin de semana.
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Que un verdadero pionero en cuestiones ambientales —se puso a chillar cuando vio, por primera vez, a Camilla con film transparente para cubrir un plato en la cocina, sin saber lo que era— se salte una cumbre tan importante puede ser llamativo, pero para la nación lo lógico es pensar que se trata, simplemente, de tomarse la salud, la vida y el trabajo con la calma necesaria. Y que, tras un viaje a Oceanía tan extenuante, los cuidados y el descanso tienen que ser lo primero. Y de esto los británicos saben mucho. En cuestión de semanas, pasaron de los tranquilizadores primeros diagnósticos, a saber que el Rey y la princesa de Gales tenían cáncer.
El pasado fin de semana, después de un breve descanso en Escocia, emprende su primera gira a Oceanía con la Reina, y suspende su tratamiento contra el cáncer
Sigue habiendo incertidumbre porque la lucha no ha terminado, pero ha sonado a gloria que los médicos le hayan permitido suspender su tratamiento once días. Y es, sin duda, la mejor noticia que se sienta con fuerzas para emprender una visita agotadora, aunque se haya eliminado Nueva Zelanda del itinerario.
Cogiendo fuerzas
Para empezar el viaje en forma y librar, seguramente, el mayor desafío de su vida, el Rey ha dejado la agenda casi vacía, en estos últimos días, y se ha retirado a su casa de Birkhall, en Balmoral, Escocia. Es un lugar de paz para él y siempre le esperan sus pinceles y lienzos, los bosques y el mar. Según el Daily Mail, ha estado disfrutando del aire fresco con largas caminatas y buscando setas, sin dejar de lado los documentos estatales, ni sus visitas a Londres donde, además de sus reuniones con el primer ministro, recibe tratamiento semanal.
El viaje, que comienza este 18 de octubre, los llevará a Sídney y Canberra y, después, a Samoa, en el Pacífico Sur, donde asistirá a la Reunión de jefes de Gobierno de la Commonwealth (CHOGM). La primera como Su Majestad. Nueve días lejos de casa, con uno solo de descanso y un séquito que incluye a dos médicos, entre los que no está Michael Dixon, jefe del equipo médico de la Casa, su amigo y uno de sus mayores aliados, en la defensa de la homeopatía como tratamiento complementario. Del "enfoque integrado de la medicina y la salud... Una fórmula de cuidar del paciente que englobe la mente, el cuerpo y el espíritu... y que incluya todas las áreas relacionadas con la salud", escribió el Rey hace años.
Media aguacate
El Rey siempre ha llevado una vida saludable: ejercicio físico y dieta. Según Tom Parker Bowles, el hijo de la Reina Camila, que acaba de publicar el libro "La cocina y la corona: recetas reales desde la Reina Victoria hasta el Rey Carlos III", el Monarca es un "verdadero héroe de la alimentación" que "practica lo que predica", especialmente cuando se trata de sostenibilidad alimentaria… Y a la mesa solo llegan productos de temporada de las propiedades reales, que incluyen "caza, carne de res y cordero", además de frutas y verduras, como "guisantes, fresas, frambuesas y acelgas".
Cada mañana desayuna lo mismo —frutas, yogur y semillas— y, hasta hace muy poco tiempo, nunca almorzaba para no perder tiempo. Pero esto ha cambiado. El Rey ha tenido que ceder por recomendación médica y ahora, según Daily Mail, "a pesar de su reticencia, toma un tentempié, que incluye medio aguacate".
Carlos III batalla con sus días malos y exprime los buenos al máximo, disfrutando de sus pasiones y de su adicción al trabajo. Se lo contó la Reina Camila al autor Lee Child: "Está bien, aunque no disminuye el ritmo y no hace lo que le dicen". Y claro, preocupa a todos que trabaje hasta altas horas de la noche, aunque, por otra parte, se reconoce que es muy importante para su salud mental que mantenga su rutina habitual. También que siga luchando con esa determinación —mente positiva— convencido, al igual que la Reina, de que al final, como decía Isabel II, "todo irá bien".