HOLA Un Dos Tres© GTres

Además de Mayra Gómez Kemp

Lydia Bosch, Victoria Abril... las otras estrellas que empezaron en 'Un, dos, tres...'

Chicho Ibáñez Serrador, creador y alma del concurso, fue todo un descubridor de talentos


18 de octubre de 2024 - 17:09 CEST

La triste noticia de la muerte de Mayra Gómez Kemp ha sobrecogido a toda una generación de españoles que crecieron viendo cada viernes por la noche el concurso más familiar de la historia de la televisión española: el mítico Un, dos, tres… responda otra vez. Y nos ha traído a la memoria a la cantidad de figuras que, como ella, surgieron de esta cantera de talentos. Chicho Ibáñez Serrador, creador de este espacio y considerado un genio del ámbito audiovisual, tenía un ojo único como descubridor de estrellas. La prueba es la cantidad de actrices, actores y cómicos que dieron sus primeros pasos en el famoso programa y después se convirtieron en nombres de primera fila del mundo del espectáculo. Como la propia Mayra — actriz y cantante que saltó a la fama como presentadora cuando en 1982 sustituyó a Kiko Ledgard—, numerosas figuras le deben su éxito a Un, dos, tres... Recordamos aquí a algunas de ellas.

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Victoria Abril

Fue una de las primeras en ponerse las enormes y características gafas redondas de las azafatas del programa. Victoria Abril fue también azafata/secretaria contable del concurso entre 1976 y 1978. Aunque ya había intervenido en algunas películas —incluida una pequeña aparición en Robin y Marian, protagonizada por Sean Connery y Audrey Hepburn— fue su paso por el concurso lo que la catapultó a la fama mundial. Es uno de los nombres más reconocidos del cine español y del francés, aunque también ha rodado en otros países. Ha trabajado con algunos de los directores de cine más relevantes, como Almodóvar y Vicente Aranda, y tiene a sus espaldas una lista interminable de películas, series de televisión y obras de teatro, la última de ellas Medusa, que representó el pasado verano en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

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Juan Tamariz

Juan Tamariz llevaba años fascinando al público con sus juegos de magia y humor cuando Narciso Ibáñez Serrador decidió incorporarlo a su equipo de actores en la segunda etapa de Un, dos, tres... El mago se convirtió en Don Estrecho, uno de los Tacañones —la parte negativa y censora del programa— que junto al Profesor Lápiz y Don Rácano sustituyeron a Don Cicuta en las labores de aguar la fiesta a los concursantes. El último programa en el que Tamariz intervino como 'tacañón' se emitió el 22 de abril de 1977. A partir de ese momento, su carrera como mago despegó y comenzó a hacerse muy popular no sólo en España sino en todo el mundo.

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Edmundo 'Bigote' Arrocet

El actor al que las nuevas generaciones conocen por ser la última pareja de la añorada María Teresa Campos, pensaba dedicarse a la canción, sobre todos después de su triunfo en el Festival de Viña del Mar, en Chile. Sin embargo, su salto a la fama se produjo en España como humorista gracias a sus intervenciones en Un, dos, tres... Con el sobrenombre de Bigote Arrocet, por su abundante mostacho, trabajó en el concurso entre 1976 y 1988. La coletilla "Piticlín, piticlín" con la que se presentaba en la subasta ante Mayra Gómez Kemp, aún se recuerda.

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Silvia Marsó

Además de presentar a los concursantes y calcular el premio en metálico que estos acumulaban en la ronda de preguntas, las azafatas animaban el programa protagonizando números musicales, es decir, tenían que saber cantar y bailar. Y así, tras verla actuar en un teatro, fue como Ibáñez Serrador descubrió a Silvia Marsó. La catalana participó en Un, dos, tres... entre 1981 y 1982, y en la etapa de 1987 a 1988. Con su desparpajo y carisma pronto se ganó la simpatía del público. Desde entonces, ha desarrollado una brillante carrera en cine, televisión y teatro, siendo en este último género donde más se ha entregado. “Yo rechacé muchos millones de pesetas porque quería, por encima de todo, seguir con mi carrera de actriz. Desde la humildad, aprendiendo poco a poco y desde papeles pequeños”, confesaba hace años en una entrevista a La Vanguardia, recordando que optó por la interpretación frente a un sustancioso contrato como presentadora oficial de una cadena.

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Kim Manning

La azafata de origen estadounidense es una de las más recordadas de todas las que han pasado por el programa. Comenzó a la vez que Silvia Marsó y sus grandes dotes de bailarina, además de su simpatía, hicieron que pronto se ganara el cariño de los telespectadores. De hecho, fue una de las más veteranas del espacio, participando en 131 emisiones. Tras despedirse de Un, dos, tres en 1988 participó en otros programas y series de televisión, como Farmacia de guardia o Manos a la obra.

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Beatriz Carvajal

La popular intérprete de series como Aquí no hay quien viva, La que se avecina o Los misterios de Laura, tuvo una vocación temprana y debutó como actriz a los 14 años en el Teatro María Guerrero. En 1978, Beatriz Carvajal empezó en televisión de la mano de José Antonio Plaza y su programa 625 líneas. Pero, como a la mayoría de los protagonistas de esta galería, la gran popularidad le llegó en 1982 gracias a Un, dos, tres… Tras interpretar varios personajes —gallega, catalana, pasota— en la parte de la subasta, el papel por el que siempre se la recordará fue el de “la Loli”, una prostituta tartamuda, del que tuvo que despedirse en 1983. Las protestas de padres de niños tartamudos, que consideraban el personaje ofensivo, suscitaron que fuera suprimido.

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Arévalo

El humorista valenciano al que decíamos adiós el pasado 3 de enero de este año, también debe su salto a la fama a Un, dos, tres… Después de su debut en televisión en 1978, de la mano de José María Íñigo en su programa Fantástico, en 1983 se incorporó al equipo de cómicos fijos del programa —las hermanas Hurtado, Raúl Sender, Fedra Lorente y Bigote Arrocet— participando en todas las etapas del programa en las que Mayra Gómez Kemp estuvo al frente.

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Lydia Bosch

El caso de Lydia se ajusta al tópico de la chica que acompaña a una amiga a un casting y termina siendo ella la elegida. Fue en 1984 cuando su vida cambió para siempre al acceder a hacer la prueba en la selección de nuevas azafatas que Chicho había convocado en Barcelona. Su sonrisa y capacidad de comunicación, además de su evidente belleza, fueron más que suficientes para que el creador del concurso viera en ella un gran potencial. Su paso por el programa duró hasta 1986, año en el que arrancó su meteórica carrera como actriz.

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Nina

La popular directora de la Academia de OT, también debe su fama al concurso, en el que debutó como artista invitada junto a la Gran Orquesta de Xavier Cugat en junio de 1987. Cuentan que Chicho se quedó prendado de su voz por lo que la fichó para su equipo de azafatas, del que entró a formar parte en septiembre de ese año. Solo estuvo a lo largo de 18 programas, pero Nina presume de su paso por el concurso, ya que fue lo que le dio la oportunidad de darse a conocer al gran público.

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Miriam Díaz Aroca

Licenciada en Periodismo, tras debutar en televisión de la mano de Jesús Hermida en Por la mañana y presentar el programa infantil Cajón desastre, Chicho la eligió para que estuviera al frente del Un, dos, tres… en el regreso del concurso a televisión, en 1991. Pero no le dio todo el protagonismo, sino que se encargó de presentarlo junto a Jordi Estadella hasta 1993. Miriam, además, se encargaba de contabilizar las respuestas acertadas, dirigía la fase de Eliminatoria y participaba en los números musicales en la subasta.

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Paula Vázquez

Tras dar sus primeros pasos profesionales como modelo, su primera oportunidad televisiva se le dio Ibáñez Serrador, que la eligió como azafata de la novena etapa del programa (1993-1994). Aunque Paula no era bailarina y no cantaba, protagonizó en solitario varios números musicales para los que su voz fue doblada por Andrea Bronston.

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Silvia Abascal

Quizá pocos recuerdan que la siempre elegante Silvia Abascal prácticamente echó los dientes en Un, dos, tres… Había estudiado ballet clásico y español, por lo que se presentó al casting de bailarinas. Pero una vez más, Chicho con su buen ojo vio que aquella adolescente tenía madera de actriz, por lo que le hizo varias pruebas. Silvia, que recuerda aquel casting como uno de los más difíciles de su vida, entró a formar parte del elenco de actores del programa en la novena etapa (1993-1994). Tenía 14 años y debutó con el papel de Mari Luz, una niña poseída por el espíritu del abuelo Onofre.

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