La miniserie Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, estrenada el 19 de septiembre en Netflix, no solo ha reavivado el interés por el caso criminal de los hermanos Menéndez, quienes asesinaron a sus padres en Beverly Hills en 1989 sino también la inesperada popularidad del dúo musical Milli Vanilli que arrasó a finales de la década de los 80 antes de descubrir que realmente no cantaban ellos. Pero… ¿ a qué se debe este resurgimiento?
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La banda sonora de esta producción creada por Ryan Murphy utiliza de manera prominente las canciones de este dúo alemán formado por Fabrice Morvan y Rob Pilatus, lo que ha provocado un notable aumento en las reproducciones de sus temas volviendo así a ganar una gran popularidad.
Según el libro The Menendez Murders: The Shocking Untold Story of the Menéndez Family and the Killings that Stunned the Nation, Lyle Menéndez eligió la canción Girl I’m Gonna Miss You para el funeral de sus padres y eso es algo que ha sido recreado en la serie lo que ha provocado que el tema se encuentre actualmente en la lista de las canciones más virales a nivel global en Spotify, aunque no es el único.
Según datos de Billboard, el catálogo de Milli Vanilli ha experimentado un incremento del 114% en reproducciones por streaming desde el estreno de la serie. Clásicos como Blame It on the Rain y el ya mencionado Girl I’m Gonna Miss You han registrado aumentos del 68% y 258% respectivamente, mientras que Girl You Know It’s True vio un incremento del 32.5% logrando así que estos temas con cierto olor a naftalina lleguen ahora a los oídos de las nuevas generaciones.
Sin embargo, pese a la gran popularidad que cosechó el dúo, que logró revolucionar el panorama musical no solo con sus canciones sino también con su estética, todo se hundió de manera estrepitosa cuando se descubrió que no eran ellos quienes cantaban sino que su discografía pagaba a artistas anónimos para que interpretaran sus temas mientras ellos hacían maravillosamente playback.
Bailarines de profesión se dejaron engatusar por este mundo y la madeja se lio tanto que sus canciones se volvieron un éxito mucho más allá de las pistas de baile, para lo que en un principio fueron ideados. Llegaron a tener tres números uno en Estados Unidos, unas ventas mundiales de ocho millones de copias y una nominación al Grammy como mejor artista revelación, por lo que desvelar en aquel momento que ellos no cantaban era como cometer un sacrilegio.
Pero como dice el dicho, la mentira tiene las patas muy cortas y a medida que se hacían más y más conocidos empezaron a conceder entrevistas y fue en ellas donde se empezó a desenmascarar el fraude, ya que tanto el acento como la voz de ambos, poco o nada tenía que ver con las que sonaba en los discos. Los rumores corrían como la pólvora y poco o nada se podía hacer por atajarlos, ya que guardar silencio no era una opción, por lo que finalmente su productor, Frank Farian, acabó contando toda la verdad provocando así la irremediable caída del dúo, así como la caída de ambos en la más profunda desgracia.
Fab Morvan es el único miembro vivo del exitoso dúo cayó en el mundo de las drogas, del que ya hace años que consiguió salir, sin embargo, su compañero, Rob Pilatus no corrió la misma suerte y el abril de 1998 apareció muerto en el hotel Kent’s Cube de Frankfurt a causa de una sobredosis de tranquilizantes mezclados con alcohol. Tenía tan solo 32 años.