La última expulsión de MasterChef Celebrity 9 causó una reacción un tanto inesperada entre los concursantes del talent. Pelayo ha sido uno de los aspirantes que más críticas ha recibido de parte de sus compañeros (y de la audiencia) por su actitud durante el programa, por lo que su eliminación fue de las más aplaudidas. Esa misma noche algunos habían dicho de él que era “intenso” y un tanto “rencoroso” y que además se pasaba de sincero, lo que le llevaba a ser un poco cruel en ocasiones. Él se marchó entre lágrimas abrazando a su amiga Hiba Abouk. Confesó, eso sí, que no había tenido conexión con Marina ni con Raúl Gómez durante el tiempo que había permanecido en el talent.
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Pitingo comparte en 'MasterChef Celebrity' sus divertidas anécdotas con los Obama y Jennifer Lopez
En la primera prueba los aspirantes abrieron sus cajas misteriosas para encontrar una tarta con un mensaje oculto (las llamaron burn away cakes), que revelaban lo que piensan los compañeros unos de otros. Algunos de los mensajes más polémicos fue el de Pitingo, que dijo que Hiba “un día te habla y otro no”, y el de Marina, que calificó a Pelayo de “villano y rencoroso”. Tras estas revelaciones, quedaron divididos en parejas: Marina con Pelayo, Inés con Pocholo, Cifuentes y Pitingo, Hiba y Francis y Raúl e Itziar. Tuvieron que trabajar en una tarta rellena de frutas y con una decoración que reflejara su personalidad.
Itziar y Raúl se alzaron como los mejores y viajaron a Valladolid, donde además de cocinar ellos lo hicieron los exaspirantes, pues se celebraba la tradicional repesca. El único que no participó en esta segunda oportunidad fue Rubén Ochandiano, que abandonó el talent de forma voluntaria. Los aspirantes oficiales quedaron divididos en dos equipos capitaneados por Pocholo e Inés, que tenían que elaborar tapas para 100 personas. El equipo mejor valorado fue el de Inés, mientras que en el de Pocholo cuestionaron la actitud de dos de sus miembros, Hiba y Pelayo. Así el equipo azul, Francis, Pelayo, Itizar, Pocholo e Hiba, fue a la prueba de eliminación.
En la repesca destacaron el trabajo de José Lamuño y María León, aunque fue el primero el que consiguió el delantal blanco para regresar a las cocinas. Recupera así su espacio en los fogones. “Estoy supercontento y superorgulloso, porque he currado y no me he venido abajo. Quería llevármelo y lo he conseguido” dijo el actor.
La prueba de eliminación acabó siendo una competición a cuatro bandas, pues Francis entregó su pin de la inmunidad y subió a la galería. Tuvieron que diseñar un plato libre de alta cocina inspirado en la canción de su vida: Pocholo escogió a Adamo, Pelayo optó por Ni una sola palabra de Paulina Rubio, Itziar escogió el No puedo vivir sin ti, de Coque Maya, Hiba se quedó con el Orgullo de las Grecas e Inés con Viva la vida de Coldplay. Pudieron utilizar un comodín para hacer una llamada y así pedir ayuda, una ventaja que todos utilizaron. Pelayo e Hiba fueron los peores del reto y la pareja de amigos tuvo así que separar sus caminos. Reconoció Hiba al haberse encontrado en la cuerda floja que tenía que ponerse las pilas y trabajar más.