En las esperadas memorias póstumas de Lisa Marie Presley la recordada hija del rey del pop no deja rincón por explorar, luces y sombras de una vida marcada por la muerte de Elvis Presley, el mito y la figura paterna que persiguió sus pasos, las adicciones y la repentina pérdida de su hijo Benjamin. Lisa Marie dejó su historia inconclusa, igual que su vida, truncadas ambas por su inesperada muerte en enero de 2023, pero con un legado en forma de horas de grabaciones en las que desgranaba sus secretos. Ha sido su hija Riley Keough quien ha recogido el testigo de un relato que tenía que ser contado, para terminar con la leyenda negra que rodeó algunas de las experiencias que saltaron a los titulares en sus 54 años de vida y para mostrar la vulnerabilidad de la niña a la que persiguieron los focos desde su nacimiento.
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Convertida en actriz de éxito y ahora heredera única (las mellizas de Lisa Marie acaban de cumplir apenas 16 años) del talento que subió el apellido Presley a lo más alto del universo artístico, Riley ha tomado el relevo completando los párrafos que su madre dejó sin escribir. El resultado es Desde aquí a lo desconocido, casi un título premonitorio de su final, que se publicará en España el próximo 17 de octubre (en Estados Unidos ya está en las librerías). Riley escuchó las horas de grabaciones que dejó su madre para terminar este volumen, que recoge el dolor de una hija al perder a un padre y el de una madre al enterrar a su hijo. Su dependencia de las drogas, la tristeza que inundaba su corazón y la historia de su controvertida relación con Michael Jackson tienen también un hueco entre estos capítulos.
De ellos ha hablado Riley con Oprah Winfrey, a la que ha recibido en Graceland, mansión que guarda los fantasmas de la familia y que ahora ha quedado a su cuidado. Será ella la encargada de ocuparse de un legado que, lejos de pesar (lo hizo en algunas ocasiones), ha abrazado con el objetivo de que perdure. Estas son las revelaciones más sorprendentes que se recogen las memorias de Lisa Marie.
La premonición que tuvo el día que murió Elvis
Lisa Marie describe Graceland como "un vórtice sin reglas" y recuerda que hacía travesuras porque “era una verdadera niña salvaje”, que incluso estrellaba coches de golf en la propiedad. Cuando era adulta visitaba mucho la casa porque era allí donde se sentía más cerca de su padre, a pesar de que también la invadía el dolor. “Trato de lamentar la pérdida de mi padre; si voy allí, todavía está ahí. No lloro, pero aún siento toda la energía que está ahí. Simplemente sigue ahí” asegura. Tenía solo 9 años en 1977, cuando Elvis murió con 42 años, una tragedia en el mundo de la música. Riley cuenta que su madre tuvo una premonición antes de que muriera el artista, ideas que plasmaba en cartas que escribió en su infancia. El día anterior le dio las buenas noches como siempre, pero sabía que algo no iba bien cuando se despertó.
Detalla que la tuvieron que sacar llorando del baño en el que encontraron al artista porque no quería dejarle allí y que se acercó para ver los restos de su padre cuando todo el mundo se marchó tras un día de velatorio. Un duro episodio que narra así: “Solo quería estar con él, le toqué la cara y cogí su mano para hablar con él. Le pregunté: ‘¿Por qué ha pasado algo así? ¿Por qué haces esto?”.
Su ‘obsesión’ con Michael Jackson
Después de su divorcio de Danny Keough (estuvieron casados de 1988 a 1994), con quien tuvo a sus dos hijos mayores, Benjamin y Riley, Lisa Marie se casó con Michael Jackson. Su relación estuvo en el punto de mira desde el principio por las especulaciones de montaje, pero según Riley, su madre le quería de verdad. “Recuerdo lo mucho que amaba a Michael Jackson. Estaba realmente obsesionada con él”. “Estaba muy, muy interesado y fascinado por todo lo que tenías que decir sobre lo que hacías. Así que animaba a la gente. Lo veía hacerlo todo el tiempo. Era increíble. Ya sabes, lo hizo conmigo" dice Lisa Marie en sus memorias sobre lo que la unía a la artista.
Estuvieron juntos dos años muy complicados por las acusaciones de abuso de menores que pesaban sobre el intérprete, un tiempo en el que según Riley, los dos trataban de hacer una vida normal de pareja llevando a los niños al colegio y conviviendo en casa de Lisa Marie.
Las adicciones la llevaron a su momento más oscuro
Fue después del nacimiento de sus mellizas Harper Vivienne Ann y Finley Aaron Love, en 2008, fruto de su relación con Michael Lockwood (estuvieron casados desde 2006 hasta 2016), cuando empezó su problema con las drogas. Riley explica que le recetaron opiáceos para recuperarse de la cesárea y ya no pudo dejarlos. “He estado tomando pastillas. Al principio las tomaba por el dolor, luego para dormir ahora es para pasarlo bien” relata Riley, recordando las palabras que pronunció su madre. Aunque estuvo en rehabilitación, nunca pudo salir de aquella espiral. Fue entonces cuando su exmarido, Danny Keough, con quien tuvo una relación muy estrecha durante toda su vida, se mudó con ella con las mellizas. Ya nunca las dejaría.
En el libro escribe Riley: “Parecía que era bueno estar todos juntos, pero parecía como el final de todo. Teníamos esta vida maravillosa, abundante, divertida y llena de color, pero en aquella casa todo cambiaba y se convertía en oscuridad”. Son sus recuerdos más amargos.
Le daba miedo el parecido de su hijo con Elvis
La muerte de Benjamin fue un golpe terrible para Lisa Marie -el joven murió a los 27 años en 2020- del que nunca se recuperó. En sus memorias cuenta que le daba miedo lo mucho que se parecía a su abuelo, Elvis. “Ben era muy parecido a su abuelo, mucho, mucho, y en muchos sentidos. Incluso miraba como él. Se parecía tanto que me daba miedo. No se lo quería decir porque pensé que era mucha presión para un niño. Estábamos muy unidos, me lo contaba todo. Ben y yo teníamos la misma relación que mi padre tenía con su madre” detalla Lisa Marie.
Riley recuerda que su madre y ella encontraron un mensaje en el móvil tras la muerte de su hermano en el que confesaba que pensaba que tenía un problema de salud mental. Esto sorprendió a Riley, que simplemente pensaba que a su hermano le gustaba salir y nunca imaginó que su hermano estuviera deprimido.
Lisa Marie no enterró a su hijo hasta dos meses después de su muerte
Riley desvela que su madre decidió esperar para dar sepultura a su hijo Benjamin. Mantuvo sus restos en casa congelados durante dos meses. “Puedo entender que esto suene completamente absurdo”, dijo Keough, “pero mi madre era muy personal… Ya sabes, no era una loca”. Contó que su madre tardaba más en procesar la muerte y que a veces simplemente se sentaba cerca de sus restos y se quedaba pensativa. Fue enterrado en Graceland, motivo por el que Riley piensa que retrasó tanto la ceremonia, pues antes tenían que trasladarlo y era algo que le resultaba doloroso.
Un tatuaje a juego con su hijo después de su muerte
Antes de enterrarle, Lisa Marie quiso hacerse un tatuaje a juego con otro que llevaba Benjamin. Para conseguirlo, llevó un tatuador a casa y abrió el ataúd para mostrarle la mano de Ben y que así su tatuaje estuviera en un lugar idéntico al de su hijo. “El tatuador mantuvo la compostura en todo momento” cuenta Riley, describiendo aquel momento como una locura y también como una de esas situaciones insólitas que protagonizó su madre.
El futuro de Graceland, mansión ‘maldita’ y amada
Riley tiene intención de seguir gestionando Graceland, una propiedad que visitan más de 2.000 personas al día. Hubo un tiempo en que reconoce que no quería ir allí pues veía cómo afectaba a su madre, lo mal que lo pasaba y los recuerdos dolorosos que le traía (lo cuenta en el volumen). Sin embargo, quiere honrar el recuerdo de Lisa Marie. “Mi instinto es hace siempre lo que mi madre habría querido, que es mantenerla en la familia. Era nuestro hogar”. Asegura que pese a los momentos complicados que atravesó con su madre, el amor siempre está presente en la casa.
Algún día espera transmitir este sentimiento de pertenencia a su hija Tupelo, de dos años. “Creo que puedo lograr que Tupelo se enamore del mismo modo en que mi madre lo consiguió con nosotros. Fue un amor incondicional, verdadero”. Quiere dejar así Riley atrás los recuerdos vinculados a los momentos más difíciles con su madre. “Tuvimos peleas, hizo cosas que yo no aprobaba. Tuvimos enfrentamientos terribles, como pasa siempre con alguien que tiene adicciones… pero el amor siempre estuvo presente”.