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Juventud y riqueza ... ¿existe una combinación mejor? A lo largo de la historia, tan solo un reducido grupo de personas puede presumir de haber alcanzado el estatus de multimillonario a una edad muy temprana y el italiano Clemente del Vecchio puede presumir de ser uno de ellos. Hijo pequeño de Leonardo Del Vecchio, presidente de EssilorLuxottica, la empresa de gafas más grande del mundo (Ray-Ban, Oakley, Persol), es a sus 19 años el multimillonario más joven del planeta con un patrimonio estimado en más de 3.700 millones de euros.
© Getty ImagesA pesar de su enorme fortuna, la cual proviene también de su participación del 12,5% en el holding luxemburgués Delfin que incluye participaciones en otras empresas como la aseguradora Generali, los bancos Mediobanca y UniCredit, Clemente es un chico muy discreto que lleva una vida completamente anónima y cuya imagen es un completo misterio ya que no se prodiga por fiesta ni saraos.
Pero Clemente, del que se dice que posee varias propiedades de lujo en Italia, incluida una villa en el lago de Como y un apartamento en Milán, no fue el único heredero de los 27.000 millones de euros de su padre, ya que el que fuera uno de los hombres más ricos de italia estuvo se casó tres veces, dos de ellas con su segunda esposa, Nicoletta Zampillo y tuvo seis hijos: un hijo, Claudio, y dos hijas de su primer matrimonio con Luciana Nervo; un hijo, Leonardo Maria, de su matrimonio con Zampillo; y dos hijos, Luca y Clemente, con Sabina Grossi, una exinversora del grupo.
© Getty ImagesSe dice que a pesar de su juventud, Clemente ha heredado el olfato para los negocios de su padre, y se dice que ya ha invertido parte de su fortuna en empresas como FlixBus, una compañía alemana que ofrece viajes de bajo coste en autobús entre ciudades en Europa, Norteamérica, Brasil y Chile, la plataforma de educación online Udacity y el programa de software de videochat Zoom.
© Getty ImagesLeonardo Del Vecchio, quien pasó parte de su juventud en un orfanato de Milán, comenzó su negocio desde bien abajo cuando con apenas 20 años comenzó a trabajar como aprendiz fabricando piezas para monturas de gafas. Después, montó su propio negocio. En 1961, se mudó de Milán al pueblo de Agordo, en las montañas Dolomitas, aprovechando una oferta de tierras gratis para crear puestos de trabajo y disuadir a los jóvenes de acudir en masa a las ciudades en busca de trabajo y el resto ya es historia.
Lo que comenzó como una empresa alojada en un remolque fue creciendo hasta convertirse en un complejo enorme, a 90 minutos en coche desde Venecia, que da trabajo a más de 80.000 personas y produce decenas de miles de monturas cada día.
