En medio de un paraje de lo más inhóspito, donde la erosión del viento ha esculpido el sobrecogedor macizo de Ennedi, con vertiginosos acantilados y un laberinto de cañones, se encuentra un sorprendente oasis que atesora vitales reservas de agua, cuyo paradero solo los nómadas conocen, llamado Guelta de Archei.
Es como un 'hotel de cinco estrellas' para las caravanas de camellos —en ocasiones de cientos de ellos—, en el que reponer fuerzas. Aunque parece un espejismo, es una maravillosa realidad.