La boda de Teodora de Grecia se ha convertido en uno de los temas más comentados de las últimas semanas. Tras varios cambios de fecha y una gran expectación en torno a la organización y los invitados llegados de toda Europa, este fin de semana de septiembre estaba marcado en rojo en el calendario de muchos. No era para menos, no solo se dieron cita miembros de hasta tres familias reales distintas, sino que reunió a familias aristocráticas con siglos de historia, rescató de los joyeros algunas de las piezas menos vistas la realeza y hasta nos enseñó que no hay mejor decisión estilística que la de tener un buen fondo de armario.
Con el color azul 'Grecia' como auténtico protagonista, fueron muchos los detalles que podemos resaltar de los estilismos de la delegación española. Y no hablamos solo de la familia del Rey, otros rostros patrios también dieron auténticas lecciones de estilo (algunas con historia) en la gran boda griega de la hija de la reina Ana María y el tristemente fallecido rey Constantino.
El joyero real
Uno de los aspectos más llamativos siempre en una boda real son las joyas elegidas por sus ilustres invitadas. Qué mejor ocasión que un enlace en una catedral para desempolvar algunas de las piezas más especiales de los joyeros.
Es el caso de la infanta Elena que, tal y como nos comenta David Rato, experto en joyas reales, “se decantó por un elegante collier de chien con diez hilos de pequeñas perlas, espaciadores de pedrería y una elaborada placa central, de diseño abierto, con un gran rosetón enmarcado por cintas”. Una pieza que hacía años que no veíamos y que durante un tiempo se convirtió en una de sus favoritas. Lo complementó con un par de pendientes de diamantes donde se intercalan tres grandes rosetas con dos solitarios que también forman parte de su colección desde hace varios años.
No fueron estas las únicas joyas que lució. También vimos en su muñeca izquierda un brazalete cuajado de diamantes talla baguette, otra pieza veterana en su joyero. Y, en la derecha, un brazalete realizado en oro amarillo, diamantes y un zafiro. Brazalete que forma parte de un aderezo que comprende además un par de pendientes y un collar. Como curiosidad, también del joyero de la infanta Elena salieron los espectaculares pendientes de brillantes y rubíes que lució la infanta Cristina junto con su favorecedor vestido drapeado también en una tonalidad del color de la jornada.
Su madre, la reina Sofía, también llevó algunas de las piezas más especiales de su joyero personal. Eligió el mismo collar y pendientes que había lucido en esta misma catedral en el día que contrajo matrimonio con Don Juan Carlos, hace 62 años y que ha utilizado en un sinfín de ocasiones. Tanto ella como alguna de sus hijas y también su nuera, doña Letizia.
Los pendientes de diamantes en forma de lágrima forman parte del aderezo nupcial que sus padres, los reyes Pablo y Federica de Grecia le regalaron. Resulta evidente que su diseño de forma de pera emula el elemento central de la diadema prusiana. El collar, una sencilla rivière de diamantes con caída en ‘v’, donde se puede suspender una cruz o un colgante con cuatro diamantes, también formaba parte de los regalos nupciales recibidos por doña Sofía.
Como gran pieza, destacada sobre el hombro izquierdo, doña Sofía lució el broche-lazo platino con diamantes, que perteneció a la Reina regente María Cristina de Austria y la pulsera con rubí de la Reina Victoria Eugenia. Unas joyas con gran valor sentimental para ella con las que aderezó el conjunto que diseñó a medida para ella el modisto Alejandro de Miguel, que ha firmado algunos de sus últimos estilismos.
También llevó joyas de la reina su nieta Irene Urdangarin que, para deslumbrar en la boda de su tía, no dudó en recurrir al armario familiar confirmando lo que adelantó ¡HOLA!: doña Sofía ha empezado a repartir en vida algunas piezas entre sus hijas y nietas.
El armario de las españolas
Además de los preciosos pendientes que le prestó su abuela, la hija de la infanta Cristina recuperó uno de los vestidos más bonitos que llevó su madre en el año 2010. Aunque iba ligeramente escondido bajo un chal de gasa colocado con gracia a modo de capa, se podía reconocer perfectamente el vestido que la infanta llevó en 2010 durante la entrega de la Medalla Sorolla a ¡HOLA! en Nueva York.
También recurrieron al fondo de armario de su madre Ana María y Amelia, dos de las hijas de Alexia de Grecia. Dos diseños, además, con muchísima historia que sin duda su madre guardaba con cariño a la espera de una ocasión como esta para que sus hijas los rescataran.
Ana María, la segunda, lució ni más ni menos que el diseño de Valentino que ella misma llevó en la cena previa a su boda en 1999. Un vestido color champán con pedrería que le sentaba a las mil maravillas.
Su hermana menor, Amelia, también deslumbró con otro de los icónicos diseños de Valentino en posesión de su madre. Un vestido de satén en color azul pálido que Alexia de Grecia lució durante la boda del Haakon de Noruega y Mette-Marit en el año 2001.
Un 'todo al azul' al que la última de las españolas que nos queda por repasar también se sumó. Victoria de Borbón-Dos Sicilias, como muchas de las asistentes a la boda, escogió el azul en su caso el turquesa para su look. La hija del duque de Calabria y la princesa Ana de Francia acudió con su esposo, el armador griego Markos Nomikos.